Lafinur, “El Señor de las Ideas”
La Opinión/ La Voz del Sud
El profesor José Villegas se ha especializado en la vida y obra de Lafinur. En su momento dirigió el Museo de la Poesía Manuscrita que el Gobierno de la Provincia de San Luis construyera en honor a Juan Crisóstomo en su pueblo natal, La Carolina. Juan Crisóstomo Lafinur: “El señor de las ideas” es el libro de investigación donde el historiador recrea su vida en 224 páginas.
De las disertaciones del historiador y docente Villegas, como así también de los textos enviados a este medio, la vida del puntano ilustre queda plasmada en sus diferentes aristas.
“Juan Crisóstomo Lafinur fue un ideólogo, político; filósofo, poeta, patriota, pensador y jurisconsulto y uno de los más grandes docentes que tuvo nuestro país. Se destacaba por ser un educador poco ortodoxo. Nació en el Valle de La Carolina, el 27 de enero de 1797. Es el arquetipo del puntano y merecedor de la gloria eterna. Su efímera vida fue truncada a los 27 años”.
La filosofía que él proponía inspiró a otros, lo que se conoció como el escolasticismo en esa época. Lafinur estudiaba el iluminismo a la vez que trataba el sensualismo y la ideología. Fue el primer filósofo argentino que combinó teoría y práctica refiere también Villegas. “El joven fue perseguido, exiliado y su muerte fue misteriosa y aún es materia de estudio”.
Lafinur murió en Chile el 13 de agosto de 1824 y sus restos fueron repatriados en la misma fecha del año 2007 por el Gobierno de la Provincia de San Luis. Es huella de nuestra historia. Su espíritu revolucionario y combativo se enfrentó siempre al régimen colonialista. “Debe destacarse la figura de un hombre de su talla, que incorporó teorías inspiradas en Locke o Rousseau”. La repatriación de los restos es el resultado de una intensa lucha que llevó más de un centenar de años de gestiones entre Chile y Argentina. Hoy, el hijo del Valle de La Carolina descansa en la casa que lo cobijó en su infancia.
En el Museo de la Poesía se reflejan las etapas de su vida como poeta y filósofo. En la Biblioteca se encuentran más de 150 manuscritos y poesías escritas por él.
Hay también poemas de Jorge Luis Borges, sobrino nieto de Lafinur, y de otros que le rindieron homenaje como Antonio Requeni, Fernando Sánchez Zinni o Rodolfo Braceli.
El profesor cuenta cómo encontró el nombre en el Diccionario de Filosofía , el más prestigioso de habla Hispana, el autor es José Ferrater Mora. Lafinur es citado junto a José Ingenieros, Alejandro Kor, Risieles Frondizi y Mario Bunge. Muchos años más tarde, Jorge Luis Borges, le dedicó su ensayo “Nueva refutación del tiempo” y publicó en “La moneda de hierro” (1976), un soneto en su honor. Rescata especialmente del poeta el haberse convertido en el primer docente que ganó su cátedra por concurso.
Sobre qué cuestiones de Lafinur incomodaban, Villegas describe que enseñaba Filosofía como una disciplina que no dependía de la religión, pero su decisión de dejar de impartir, por primera vez, los cursos de esa disciplina en latín, produjo el enojo de religiosos y otros estudiosos.
El rechazo y los reclamos hicieron que tuviera que renunciar y trasladarse a Mendoza, donde continuó su lucha para reformar la enseñanza, pero también aquí su línea de pensamiento chocó con el conservadurismo existente.
“El filósofo piensa y duda, hasta que decide, y su opción fueron siempre las cosas imposibles, porque de lo posible se sabe demasiado. El visionario soñando en el devenir, se angustia y sufre el presente, porque puede, don de pocos, ver más allá, porque por eso mismo siente la incomprensión y la infamia a flor de piel, siente que le pesa la reacción de los intolerantes, de los fundamentalistas, de los fanáticos y de los perversos que lo atormentan desde los púlpitos, los estrados, los banquetes de la oligarquía, los despachos del pusilánime poder político y, desde las cátedras donde vuelve a instalarse la enseñanza que atrasa mentes, que calla bocas e infunde la sujeción, el terror y la culpa”, diserta José Villegas.
Con firme convicción por su investigación, el historiador sospecha de la muerte que tuvo Lafinur: “se trata de una muerte no natural, misteriosa: ¡un caballo que se encabrita y un hombre con la experiencia de haber combatido en el Ejército del Norte a las órdenes del General Juan Manuel Belgrano, no es fácil de aceptar! Cuando cae se golpea el hígado con una piedra y agoniza durante más de 10 días. No es posible que haya caído de una manera tan tonta. En esa época había sectores muy progresistas, y retrógrados que no lo querían”.