Nahuel Martín Marrero-07/02/2021
Se siente realmente reconfortante ver a la gente contenta con lo que hacemos, o que recibe algo y se vayan felices, la verdad es que me llena el alma, estaría buenísimo tener algún día un comedor, sería genial, es a lo que apuntamos la mayoría de los que integramos “la ollita”.
Mi familia siempre que puede ayuda, ellos también empezaron a involucrarse un poco más en cuestiones solidarias. Tenemos una página en Facebook y en Instagram, donde se pueden sumar dándonos una mano o donando, estamos como “Comedor itinerante La Ollita viajera”.
En mis primeras “acciones relámpago” la gente no creía que lo que le dábamos era gratis: por ejemplo, un desayuno a los jubilados en la fila del banco en plena pandemia. El agradecimiento es la mejor paga de todas, me sirvió de experiencia y aprendizaje. Este año hay que ponerle más fuerza y ganas, seguir haciendo lo posible para llegar a los que más lo necesitan. Todos hacemos de todo, pero al tener movilidad también me dedico a la distribución, generalmente todos cocinamos, limpiamos, cortamos, pelamos y el bonus extra sería la distribución, la logística. Hay que hacer todo un mapa para que llegue la comida calentita.
Mi familia está compuesta por mi mujer Alejandra y mi hijo Mateo, de seis años. Mi filosofía de vida tiene que ver con una actitud positiva: “llamar” a las cosas buenas haciendo cosas buenas, si uno está negativo la vida te devuelve lo negativo. Si uno está positivo eso atrae buena energía, la vida te va a dar algo positivo. Uno cosecha lo que siembra, todos tenemos problemas pero hay que encarar la vida con buena onda, porque si no es un círculo vicioso del cual no se sale, el cambio comienza por cada uno.
Te felicito amigo mio