Salud mental: trascender lo urgente
Las consecuencias emocionales y psicosociales de la pandemia pusieron a la psicología en un lugar de relevancia. La SIP asistió con escucha, recomendaciones y estrategias para sobrellevar el presente y enfrentar desafíos futuros
Gabriela Pereyra
El 11 de marzo de 2020 el mundo asistió en su conjunto a una situación excepcional que perdura hasta estos días: la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró a la enfermedad causada por coronavirus como pandemia.
La cotidianeidad de los ciudadanos comunes quedó abruptamente sumergida en una primera sensación de incertidumbre. Pero esta sensación no fue exclusiva de ellos, sino que también transitó por el espacio científico, sanitario, educativo y por las políticas de gestión ante este panorama.
Esta crisis sanitaria conllevaría efectos físicos, económicos, sociológicos y con todo esto se afectaría también la salud mental.
Entre las entidades que salieron rápidamente a ofrecer asesoramiento y ayuda se encuentra la Sociedad Interamericana de Psicología (SIP). Ellos representan a la Psicología como ciencia y como profesión en América del Norte, América Central y el Caribe, y América del Sur. La SIP ha contribuido fuertemente al crecimiento de la Psicología interamericana.
La Opinión y La Voz del Sud consultaron sobre el panorama actual ante la Covid-19 a su presidente, el Doctor Carlos Zalaquett quien se desempeña además como catedrático en el Departamento de Psicología Educacional, Consejería y Educación Especial en The Pennsylvania State University (conocida como Penn State), en donde co-coordina el programa Clinical Mental Health in Schools and Communities. También es Profesor Invitado en varias universidades.
La vida como se la conocía sufrió cambios, para enfrentarlos será necesario colocar en un lugar de relevancia a las ciencias que se ocupan de la salud mental. Así lo ha comprendido la OMS, y por ello la inversión que piensa realizar para sumar 100 mil profesionales de la salud mental que ayuden a enfrentar los desafíos futuros tras superar la pandemia.
La psicología en primer plano
La planificación y proyectos de gestión de la presidencia del Doctor en Psicología Carlos Zalaquett fueron repensados. Debieron volcarse a la contención, asesoramiento y recomendaciones que ayudaran a los pacientes, ciudadanos, sanitaristas, familiares de enfermos, personas de riesgo, entre otros. Él transformó en una misión socializar el papel de la psicología. “Las demandas de salud mental exigen que los profesionales de la salud mental utilicen su experiencia para aliviar el sufrimiento generalizado. Los consejeros, psicólogos, trabajadores sociales y otros profesionales de la salud mental son más necesarios que nunca.
Nos encontramos con un desafío nunca visto para el cual no estábamos preparados y no teníamos respuestas. Todas las cosas que se dijeron acerca del virus, de cómo contenerlo, eran conductuales: use máscara, distancia, no se exponga, lávese las manos y la cara, cámbiese de ropa, proteja a los que están alrededor suyo. Todas esas medidas requieren cambios de conducta.
La que primero tuvo una respuesta razonable al Covid-19 fue la psicología y en muchos niveles: ¿cómo ayudar a que la gente se motivara para seguir esos cambios de conducta?, ¿cómo ayudar a aquellos que tenían preguntas sobre la contaminación, aquellos que eran pacientes afectados por Covid y aquellos que estaban trabajando en las trincheras con todos afectados sin saber qué hacer? No hay una ‘prescripción para el COVID’ y se tuvo que innovar. Ofrecer respuestas donde no las hay.
Entonces la psicología se levantó de una manera tal, y yo como presidente de la Sociedad me pregunté: ¿cuánto sabe el mundo de lo que estamos haciendo? Cuando hablo con mis colegas psicólogos/as y del personal de salud de psicología, me dicen nosotros siempre estamos en el segundo plano de la salud mental, incluso la salud física. ¿Y ahora?… Estamos en el primer plano. Por primera vez los servicios, no solamente de salud, sino todos los otros empezaron a necesitar trabajar con psicólogos para ver cómo se le comunicaba con la gente, cómo se les motivaba, cómo se les ayudaba a que usaran su tiempo”.
Zalaquett reflexiona sobre la importancia de la evidencia y de por qué no se vio en las mesas conformadas desde los organismos gubernamentales para enfrentar la pandemia la presencia de profesionales de la psicología: “la psicoterapia es efectiva a una tasa de más del 70%, pero si usted piensa un tratamiento médico se considera aplicable muchas veces con un 30% de efectividad. Sí yo salgo con un tratamiento psicológico y digo es efectivo al 30% no hay ninguna plataforma médica que me lo vaya a aceptar.
Nosotros somos tan o más eficientes que las mejores medicinas, y tenemos mucho menos recaída. Cuando se aplican las psicoterapias con medicina, la medicina se transforma en un 50% más efectiva por el hecho de estar combinada con terapia psicológica y en ese caso una se pregunta: ¿cuál es el componente activo de esta medicina?, porque si sube un 50% de su efectividad con la ayuda de la terapia psicológica me da la impresión de que el componente activo es la relación terapéutica.
Es tiempo de botar todos estos sesgos, todas estas cosas de ‘¡oh!, que nadie vaya a saber que yo tengo un problema psicológico’, hoy día todos sabemos que no hay nadie que pase por este mundo sin algún tipo de desafío. Y no digo problemas, porque generalmente nos juntamos con nuestros pacientes y le decimos ¿cuál es su problema?
La definición de problema es algo que usted no puede solucionar, la verdad que mucho de las cosas que todos nos vemos afectado tienen solución. Así que generalmente digo ¿cuál es su desafío?”.
Recomendaciones para transitar la pandemia
La SIP propuso la constitución del Comité “PsiCovid”, con el objetivo de llevar a cabo tareas de articulación institucional y profesional para responder a las demandas. Cuatro palabras abarcan una forma saludable de transitar la pandemia: responsabilidad, empatía, solidaridad y tranquilidad.
Se vuelve necesario reducir el estigma sobre lo que significa atenderse psicológicamente y el estigma hacia las personas con coronavirus. Es importante trabajar fuertemente sobre la idea de que el otro no es nuestro enemigo.
“El aislamiento social fue una expresión tan equivocada, era aislamiento físico, pero ‘por favor aumente su comunicación social usando los medios disponibles’. Y no solamente el internet o teléfono celular, porque no todos tenemos. Pero usted puede salir al balcón de su casa o la puerta de su casa, y saludar al vecino de enfrente y gritarse algunas palabras de aliento y ofrecer algunas posibilidades de ayuda”, afirma Zalaquett, y esto, en el texto de la SIP, fue sugerido como “distanciamiento saludable”.
Durante 2020 el doctor lideró un congreso con más de 80 especialistas que decían qué habían hecho y qué les funcionó. Por ejemplo, la colocación inmediata de líneas gratuitas de contención psicológica. La comunicación de sitios y teléfonos de atención de cada país que integra la SIP. La familiarización con la telepsicología, porque no todos los profesionales estaban preparados para este método.
“Lanzamos un programa de prevención de violencia, hoy día esto continúa con capítulos como lo es la violencia intrafamiliar. Generamos panfletos con información de cómo prevenir la violencia en el hogar, cómo bajar y prevenir las acciones de violencia por racismo o por prejuicios, ¿por qué?, porque la pandemia se transformó al menos en una pandemia triple. El coronavirus, el racismo o la inequidad, por supuesto, la debacle económica.
Ahora me doy cuenta de que si usted va a su médico de cabecera o de familia también debería tener una visita con un profesional de la salud mental o un psicólogo”.
“En menos de dos semanas iniciadas en la pandemia, un grupo apoyado por la SIP, junto a más de seiscientos profesionales se unieron para dar servicio en línea gratuitamente a cualquier persona que lo requería, se les entrenó, preparó, se les dieron las guías y se hizo un comité para apoyar cuando tuvieran consultas por la dificultad posible de los casos. Y se ofreció a todas las Américas. Ahora ¿por qué razón esos servicios no se socializaron aún más? ese, es todavía parte de mi objetivo y lo voy a continuar, aunque deje de ser presidente de la SIP.
Estamos formando grupos hoy en día para facilitar el acceso al tratamiento psicológico basado en terapias con evidencia de efectividad para por lo menos, tres factores principales, ansiedad, depresión e insomnio porque son de los más prevalentes, no solamente en el mundo sino en las américas, y queremos que estos servicios y estos tratamientos efectivos sean adaptados culturalmente, socialmente, económicamente y sean ofrecidos en múltiples plataformas, cosa que incluso personas de menos recursos, tengan acceso a un tratamiento efectivo”.
Sobre cómo disminuir las resistencias o el negacionismo ante el virus el especialista sugiere que hay que hacer hincapié en la evidencia y en la necesidad de consultar fuentes confiables e información oficial. “Tenemos que entender la importancia de una vuelta a una ‘racionalidad apoyada por las bases científicas’ y tenemos muchas. Es un esfuerzo combinado de los medios de publicidad, de los medios de prensa con todas las otras entidades envueltas en el control del coronavirus. Diseñar estrategias sobre cómo socializar esa información. Los juicios basados en políticas, en opiniones, en creencias, son importantes, pero no están avalados por algo que se pueda usar como evidencia”.
“También necesitamos reinventar lo que entendemos como comunicación social, y usar esta tecnología para enfocarnos en aquellas cosas que nos ayuden. Usar saludablemente el tiempo, comuníquese con las personas que valora y que también necesitan una palabra de aliento, usar el día para hacer cosas para su beneficio, para el de su familia, para su grupo, su sociedad. Remueva todas las fuentes negativas que uno tiene a su alrededor. Observamos muchas personas que están “languideciendo”, en otras palabras, viviendo a media máquina, lo que lleva a un nivel de infelicidad y esa infelicidad lleva un nivel de descuido, en general. Es importante involucrarse productivamente con el otro, esto ayuda a no estar aislado.
Una de las mayores contribuciones que hemos hecho con mis colegas es la descripción, enseñanza y entrenamiento de las microhabilidades (microskills) que son fundamentales para el establecimiento de la relación y el logro de la efectividad terapéutica en consejería y psicoterapia. Estas habilidades, que permiten el escuchar activamente y el construir nuevas posibilidades junto al otro, van a ser fundamentales para la construcción de la nueva normalidad y nos van a permitir reestablecer las relaciones sociales tan gravemente afectadas por las restricciones”.
El duelo y las despedidas presentan también características extraordinarias en este contexto, las personas no están pudiendo despedirse de sus seres queridos, muchos dejan de verse casi de golpe y el papel del acompañamiento psicológico dentro y fuera de los centros de salud se vuelve imprescindible.
“No porque usted haya perdido un ser querido tiene algún problema mental, sino que tiene un tremendo dolor y debe procesar ese dolor, compartirlo, poderlo hablar. Lo que hacían era crear una comunidad de personas que había pasado por esto, para que estas personas pudieran seguir la conversación, otros seres que habían perdido un ser querido de la misma manera y compartir el dolor, y acá es cuando se vio lo mejor de los seres humanos en acción, porque yo he estado muy conmovido no solamente por lo trágico de la situación sino por las grandezas”, dice un emocionado Carlos.
Cuidar la vulnerabilidad
Es necesario acompañar y comprender las reacciones de los adultos mayores, las infancias, jóvenes y adolescentes frente a la información que reciben de la pandemia. Zalaquett propone estar atento a que llegue la información suficiente, pero no la sobreinformación o la desinformación. Y que, aunque los adultos mayores muestran una tendencia a consumir excesivamente información (infodemia), sus cercanos deben pensar estrategias alternativas para quitar el foco, recurrir a los recuerdos, tareas recreativas, tareas compartidas, reordenamiento de álbumes familiares. Si no se puede hacer que salgan de la pantalla, cambiar entonces el contenido de la pantalla.
Con los niños y las niñas es importante preservar el acceso a la información sin filtros y cuidar que los miedos y ansiedades de los adultos no se les trasmitan pero no evitar si los niños y las niñas necesitan manifestar sus propios temores y conversar con ellos.
En cuanto al debate sobre presencialidad sí o no, retoma la idea de evidencia, entonces, si la evidencia muestra que en un ambiente controlado la tasa de contagios es baja, allí es recomendable mantener la presencialidad antes que la virtualidad. “El problema es: ¿podemos asegurarle esas condiciones a los niños y las niñas de las escuelas?”.
“Claramente esa socialización es tremendamente necesaria, porque si no vamos a crear generaciones de niños que como adultos no van a tener las competencias y habilidades para generar buenas relaciones, y una sociedad con relaciones basadas en la indiferencia tiene muy pocas posibilidades de aumentar la justicia social y de reducir las inequidades. Entonces yo entiendo que los psicólogos quieren que haya una interacción social, aunque sea limitada por máscaras o particiones plásticas, etc.”.
A propósito de las características de rebeldía, resistencia y conformación de sus identidades, que presentan adolescentes y jóvenes ante la restricción y peligrosidad del virus, él interpreta que se requieren estrategias que, sumadas a lo ya dicho, piensen tácticamente cómo hacer llegar un mensaje que sí estén dispuestos a escuchar, como pueden ser sus ídolos o referentes, por ejemplo, de música o deporte. “Acciones de modelaje acorde a la edad y movilizarse hasta dónde ellos están, incluso cuando se inicie la campaña de vacunación como se ha hecho en Estados Unidos”. Comenta que algunos estados ofrecen sortear el pago de la educación universitaria para quienes se vacunen.
La SIP convoca a los gobiernos a recurrir a los/as profesionales competentes y las instituciones representativas para continuar ideando acciones que permitan hacer más eficaz las medidas sanitarias que se han implementado, y se insiste en la necesidad de abordar la salud en sus planos físico, biológico, emocional y psicosocial.
Corresponde a las entidades gubernamentales proveer los recursos, insumos y condiciones necesarias que favorezcan la intervención de los profesionales de la psicología en los planes desarrollados. Consideran imprescindible indicar que la presente situación de crisis no sólo requiere la implementación de estrategias específicas de promoción y atención de salud mental mientras continua el evento, sino también posterior a la normalización de las actividades debido a los efectos postraumáticos y de cambios en las relaciones humanas que puedan presentarse.
Para finalizar, el Doctor Carlos Zalaquett reflexiona: “Ahora más que nunca, las habilidades para escuchar ayudan a abordar los desafíos sociales, mejorar las relaciones, promover el bienestar, mejorar la salud mental, promover la defensa y crear una sociedad multiculturalmente más humilde, equitativa y justa”.
Está muy bueno lo expuesto en este escrito por el DR. ZALAQUETT. Pero de muy difícil aplicación, No todas las personas tienen acceso a esos contextos , principalmente en muchas regiones del país . Hay que dejar al azar que cada uno con su entorno resuelva sus problemas. Los, niños, los jóvenes, adultos y ancianos. Yo me considero en este último y gracias a Dios estoy rodeada de mucha familia que me cuida. No siento el encierro. Vivo en un pueblo más o menos grande en donde se puede caminar sin peligro. Pero, habrá otras personas solas que la pandemia será terrible y lo único que tiene son los recuerdos. De todos modos ,yo creo que influye mucho la calidad económica de las familias , ya que al no poder trabajar, tampoco puede comer y allí sí hace falta un GOBIERNO RESPONSABLE que se haga cargo de estos casos.
De todos modos , la pandemia saca lo mejor y lo peor de cada persona y eso sí necesita apoyo psicológico. Lo cual tiene dos contras : El estómago vacío y la violencia de cada uno que no quiera cambiar.