Héctor Acosta-30/05/2021
Mi nombre es Héctor Acosta, soy periodista, locutor y orgullosamente Bombero. Nací el 15 de septiembre de 1979 en la Capital Federal. En 1984 cuando falleció mi mamá, Liliana Castro, mis dos hermanos (Susana y Eduardo) y yo nos fuimos a vivir con mis abuelos paternos, Omar y Ramona. Con ellos pasé mi infancia y adolescencia, fueron los pilares más importantes en mi desarrollo como persona, vivíamos en Concepción del Uruguay, tengo los más lindos recuerdos de la vida de campo.
Entrando en la adolescencia mis abuelos decidieron mudarse a Pinamar, donde crecí y donde conocí el amor por la radio hasta hoy. Tengo tres hijas, Sabrina de 20 años, Agostina de 16 y Malena de 14 años, las dos últimas fruto del amor con mi mujer Susana, quien falleció cuando tenía 34 años, cuando mis hijas tenían sólo 4 y 6 años.
La vida continuó y conocí a quien hoy es el pilar de mi vida, Natalia, ella me apuntala y fortalece, acompañándome en el trabajo diario que es la locución, me siguió en la locura de venirnos a San Luis y comenzar una vida diferente.
Sin conocer el lugar ni tener familia aquí, armamos los bolsos y emprendimos el viaje a lo que luego fue nuestro lugar en el mundo. Parecía que el destino no quería que viniéramos, nos pasó de todo… pero los sueños pudieron más que las adversidades. Nuestro primer destino fue El Volcán, nos enamoramos al llegar, el segundo destino La Punta, donde nos esperaba una falsa promesa laboral.
La Punta nos terminó de convencer, los espacios verdes y ese aroma fresco y natural hicieron que peleáramos por darles a nuestras hijas un futuro lleno de oportunidades. Hoy tengo una radio, es el resultado de un camino que comenzó cuando tenía catorce años, siendo aprendiz de operador, en los comienzos de Estudio Playa.
Tuve la posibilidad de trabajar con un grande, el gran Alberto Badía. Él me impulsó el terminar mis estudios, me ayudó a ingresar al ISER y ejercer mi trabajo con profesionalismo. Realicé mi pasantía en grandes medios para luego volcar mi aprendizaje a la radiofonía Pinamarense, pero sentía que estaba incompleto, que aún no encontraba mi lugar. Ese camino fue largo, tormentoso, y a veces frustrante, pero mis hijas y mi mujer Natalia no me dejaron doblegar.
También soy bombero, actualmente estoy en el Cuartel 16 de la ciudad de la Punta, como encargado del departamento de vinculación con la sociedad y prensa, reconocido por mis años dentro de la institución y por las capacitaciones como Sargento 1º, el ser bombero lo tomo como mi cable a tierra.
Me apasiona, me da adrenalina la situación de urgencia o emergencia, fluye la sangre de una manera indescriptible cuando suena el alerta para llegar a un incendio y hacer todo y más para proteger y resguardar.
Recuerdo el año pasado después de haber combatido más de dieciséis horas un frente de quince kilómetros, llegar al comando muy cansados y hambrientos, y tener que salir nuevamente olvidándonos de todo, recibiendo ayuda de bomberos de otras jurisdicciones, esa ayuda desinteresada me hizo comprender que en cada rincón de la provincia el puntano lo toma como propio, y lo cuida como si fuera su casa.
Esta es una vocación de servicio que me dio muchas satisfacciones, pero también tiempos de reflexión y de llanto, muchas veces me aleja de mi familia, esa familia que entiende lo que quiero y lo que me gusta.
San Luis permitió que todo se fusionara a la perfección. Los sueños que traíamos en los bolsos se cumplieron al encontrar nuestro lugar en el mundo, la posibilidad de la radio propia, ejercer la vocación y los lugares maravillosos. Tiene la paz y la tranquilidad de sus lugares, para sentarse a leer un libro, a tomar mates, a ver un amanecer, a pescar, tiene todo lo que se necesita para vivir en la mayor de las tranquilidades.