Unos pequeños toques de nostalgia
La Columna de Iris
Nocturno a mi barrio Mi barrio era así, así, así. Es decir qué se yo si era así. Pero yo me lo acuerdo así: Con Yacumín, el carbuña de la esquina, que tenía las hornallas llenas de hollín y que jugó siempre de jas izquierdo al lado mío, Siempre, siempre… tal vez pa' estar más cerca de mi corazón. Alguien dijo una vez Que yo me fui de mi barrio. ¿Cuándo? … ¿Cuándo? Si siempre estoy llegando. Y si una vez me olvidé, las estrellas de la esquina de la casa de mi vieja titilando como si fueran manos amigas, me dijeron: Gordo, quedate aquí… quedate aquí.
Aníbal Troilo, Pichuco
Hoy quería empezar así. Porque hay lugares que me duelen. Hay recuerdos que me duelen. Y hay recuerdos de lugares que me duelen más todavía. Y como estoy invadida de cierta profusa nostalgia, me parece que esta joya era lo ideal para este momento. Viste que todas tenemos lugares a los que siempre estamos llegando. A mí, a veces, por momentos me asaltan la memoria personajes de un lugar.
O situaciones que sólo podían ocurrir en ese espacio. O cosas que casi no puedo creer que sucedieron. Y las ubico perfectamente sólo en ese específico lugar. Y además me queda la absoluta convicción de que nunca volverán a ser. Como dice la inmortal Eladia Blázquez, en El corazón al Sur: “…Mi barrio fue mi gente que no está, las cosas que ya nunca volverán…” Qué bueno que haya gente que haya dicho tan bien lo que uno quiere expresar. Cuánto les agradezco, qué generosos. Qué gusto publicarlos, recordarlos, rememorarlos, acercarlos un rato al corazón. Un rato largo…
Será el invierno, será esta larga pandemia, serán los años. Será la necesidad de cierta mediocridad que perturba y ensombrece. Está claro que no sé exactamente qué será. Pero tampoco puedo estar “pum para arriba” todos los días. Además, no confundir…no estoy para abajo, estoy para adentro. Tampoco me comí un payaso, ni tengo que ser graciosa a cada rato.
Murió el sociólogo y exdirector de la Biblioteca Nacional, Horacio González, debido a las complicaciones derivadas del coronavirus. Tenía 77 años. Fue uno de los referentes intelectuales más importantes de la Argentina. Fue fundador de Carta Abierta en 2008, conformado por un grupo de intelectuales para respaldar al gobierno de Cristina Kirchner y disuelto en diciembre de 2019.
Autor de más de cuarenta obras, se destacan El filósofo cesante; Las multitudes argentinas; Restos Pampeanos; Filosofía de la conspiración; Historia crítica de la sociología argentina; La crisálida. Metamorfosis y dialéctica; Las hojas de la memoria. Un siglo y medio de periodismo obrero y social; y Genealogías, Violencia y trabajo en la historia argentina.
El análisis de la literatura y de la política fueron dos de sus grandes contribuciones, a partir de una mirada que buscaba cultivar la lectura crítica y comprometida de la realidad, al filo de la disidencia. Durante su juventud militó en el movimiento estudiantil llegando a ser presidente del Centro de Estudiantes de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires a fines de la década de 1960, donde luego fue profesor en las Cátedras Nacionales, creadas entre 1968 y 1972 en la carrera de Sociología, que conformaron un movimiento de resistencia a la dictadura.