San Luis, Tertulias de la Aldea

SAN LUIS Y LAS CONSTITUCIONES DEL S XIX

Por José Villegas

Fue la época de la anarquía. El Litoral se había alzado en armas (1820), y Ramírez y López, con la ayuda fundamental de Artigas, derrocaban al Directorio. Luego ambos se volverán, convencidos por la política de chantaje de los poderosos políticos porteños, contra el caudillo Oriental. Lo derrotarán y lo condenarán al exilio en el Paraguay del Dr. Francia. Luego, sobrevendrá el conflicto entre ambos caudillos litoraleños y, tras la muerte de Ramírez, López será el caudillo federal de todo el Litoral argentino.

Mientras esto sucedía, una a una las provincias argentinas iban rechazando tajantemente la aplicación de la Constitución de 1819 por considerarla centralista, monárquica y aristocrática. La provincia de San Luis, cuya autonomía recién lograda de manos del Gobernador Federal José Santos Ortiz se opuso terminantemente a la aplicación de aquel engendro, lo que finalmente la dejó fuera de ejercicio.

La nueva Constitución de 1826, cuyas características serán aún peores que la de 1819, es decir Unitaria y con total ignorancia de las provincias del interior federal, disponía (entre otras aberraciones) que los gobernadores de provincias serían elegidos por el Presidente con acuerdo del Senado.

En este sentido es que la Honorable Cámara de Representantes de San Luis, enviando Acta a las autoridades de Buenos Aires, sostiene en su art. 1°: “la provincia de San Luis no admite la Constitución dada por el Congreso General Constituyente del 24 de diciembre del año pasado de 1826, por no estar montada sobre las bases de federación por la que se ha pronunciado la pluralidad de las provincias”.

En 1828, luego de un bochornoso papel en la Guerra con el Brasil (que ganamos), en el que el Presidente Rivadavia entrega la Banda Oriental al Imperio del Brasil, éste debe renunciar a su cargo. Adviene así la gobernación de Buenos Aires del Federal Manuel Dorrego (sostenido por Juan Manuel de Rosas), quien será asesinado por Lavalle (bajo la conspiración encabezada por Rivadavia), en Navarro.

Así, una vez firmados algunos pactos de “pacificación”, se produce el advenimiento de Rosas al poder y casi inmediatamente, el inicio de la guerra civil fratricida entre las dos Ligas que marcaron a fuego la conciencia política argentina desde la década del 1830 hasta “Caseros”.

Ante la extensa dilación de las promesas de Rosas, el gobierno de la Confederación Argentina convoca a un Congreso Constituyente (al que San Luis envía  sus representantes) que da a luz en 1853 a una nueva Constitución, la cual será reconocida y jurada por nuestra provincia.

Izquierda: Juan Manuel de Rosas, pintura de Fernando García del Molino hacia 1850. Derecha: Ejemplar de la Constitución de 1853 exhibida en el Museo del Bicentenario.