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INVAP, una empresa argentina de excelencia

La firma estatal rionegrina es un modelo exitoso en desarrollos tecnológicos en las áreas nuclear, espacial, defensa, seguridad, medioambiente y sistemas médicos. El gerente general, Vicente Campenni, detalla los desafíos y horizontes

Por Matías Gómez

Fundada en la década del 70, en la ciudad de San Carlos de Bariloche, este año INVAP festeja 45 años. En su trayectoria la compañía ha diseñado y fabricado ocho satélites, y ha exportado reactores nucleares de investigación a Argelia, Egipto, Australia y Países Bajos, entre otros importantes proyectos.

INVAP es una Sociedad del Estado totalmente autárquica que no recibe subsidios ni exenciones impositivas. La provincia de Río Negro es la propietaria del 100% de las acciones y comparte la dirección con el Estado Nacional, a través de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA).

“La clave para mantener este proyecto exitoso durante tanto tiempo es el convencimiento de que en Argentina tenemos la capacidad para hacer cosas como estas y, ante las adversidades, tenemos la flexibilidad para encontrar nuevas soluciones para mantener la continuidad. Un poco también es la pasión de saber que estamos contribuyendo al desarrollo de nuestro país”, indica el gerente general, Vicente Campenni.

En equipo

“A la empresa la hacemos todos y cada uno de los que estamos en ella. Es por eso que se mantiene el mismo nivel de beneficios para todos los empleados, que incluye la misma obra social y plan de salud, e incluso el beneficio más significativo, que consiste en la participación en un bono de ganancias, igualitario en monto, para todo el personal”, asegura el directivo.

“Creo que los argentinos tenemos una enorme capacidad para enfrentar desafíos. Nuestra experiencia en la empresa, a nivel grupal y personal, muestra que es posible vencer los obstáculos con flexibilidad y trabajando en equipo, poniendo por delante los objetivos globales. Si nosotros logramos trasladar esta visión seguro que Argentina tendrá un enorme futuro”, reflexiona Campenni.

INVAP emplea a más de 1400 personas, 85% de las cuales son profesionales y técnicos con alta especialización. Hasta el momento, la empresa ha ejecutado más de 1.000 proyectos en temas tan diversos como el diseño y la construcción de plantas nucleares de investigación y de producción de radioisótopos para usos médicos; el desarrollo de satélites de observación de la Tierra para la gestión de riesgos ambientales; satélites de comunicaciones para mejorar la conectividad de las diversas regiones de nuestro país; el diseño y la construcción de radares para controlar el tránsito y la seguridad aérea y el monitoreo de eventos climáticos; la provisión llave en mano de centros de medicina nuclear especializados, además de múltiples servicios de ingeniería para diferentes industrias.

El directorio de la empresa está compuesto por siete personas: cuatro designadas por la provincia de Río Negro, dos por la CNEA y una elegida de forma directa por el personal. La presidencia del directorio es consensuada entre la CNEA y Río Negro.

A la par de los líderes mundiales

El 30 de agosto del año pasado fue puesto en órbita desde Cabo Cañaveral, Florida (EE.UU.), el satélite de observación SAOCOM 1B, esta misión fue liderada por la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) quien designó a INVAP como contratista principal para el diseño, fabricación, integración y ensayos de la plataforma principal y la electrónica principal del radar. Este lanzamiento fue realizado por SpaceX, la empresa estadounidense de transporte aeroespacial, fundada en 2002 por el multimillonario Elon Musk.

“Argentina tiene una tradición de haber trabajado con las mejores agencias y empresas tanto en el área nuclear como espacial. Últimamente nos tocó interactuar con Space X, y eso significó ratificar que la capacidad argentina está a la altura para cooperar, trabajar en conjunto, en equipo con esa calidad de empresas”, sintetiza el gerente general.

Crecimiento, potencial y soberanía en áreas clave

En cuanto a los prejuicios sobre el uso de tecnología nuclear a nivel mundial, Campenni sostiene que estos vienen “cambiando rápidamente” y el nuevo escenario plantea la certeza de que “esta tecnología es parte de la solución al cambio climático, porque es un modo de generar energía que no libera emisiones de CO2 y tiene un amplio margen de seguridad en el tratamiento de los residuos. Por otro lado, en Latinoamérica también se manifiesta una renovada tendencia hacia esta tecnología, ya que se empieza a ver claramente la necesidad de poder tener control sobre la soberanía energética”.

“Paradójicamente, los mayores obstáculos que tuvimos que enfrentar para convertirnos en exportadores de tecnología nuclear no fueron los problemas tecnológicos, sino las dificultades comerciales, como por ejemplo conseguir las garantías, la financiación, los avales necesarios para presentarnos en estos contratos internacionales, que además tienen duraciones plurianuales”, detalla.

“Ha sido un desafío que durante la ejecución de los contratos algunas de las condiciones macroeconómicas variaran, afectando el resultado comercial del proceso. Sin embargo, en todos los casos hemos podido zanjar estas dificultades con una fuerte proactividad para solucionar los problemas a los clientes”, manifiesta el directivo.

Por otro lado, en cuanto a la importancia estratégica de involucrar e incentivar la participación de la industria local en el desarrollo de la defensa nacional, Campenni apunta: “Con la aprobación del Fondo Nacional de la Defensa (FONDEF), así como con la Ley de financiamiento del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación se generan pasos muy importantes a la hora de establecer presupuestos que sean previsibles, ya que la mayoría de los proyectos nacionales implican sistemas complejos que tienen desarrollos que se extienden durante varios años”.

Cambios y desafíos por el coronavirus

Consultado por la crisis provocada por la pandemia, el gerente general de INVAP se refirió a las estrategias y modificaciones que implicó. “La situación sanitaria tuvo un efecto generalizado en todos los proyectos de la empresa, en algunos fue muy significativo y en otros menos. Por ejemplo, en aquellos que se desarrollaban en el exterior, provocó que los grupos de trabajo tuvieran que volver al país dejando detenidas las obras hasta que se liberaron los viajes y se pudieron retomar las tareas pendientes.

En otros casos, el impacto tuvo más que ver con la organización del trabajo remoto donde es importante destacar que los empleados pusieron su máximo esfuerzo para adaptarse a la nueva situación”, asegura.

“Las perspectivas y desafíos para el próximo año son importantes en un momento donde la sociedad se ve afectada por la pospandemia y por un escenario laboral mundial que evoluciona a gran velocidad. Por un lado, las perspectivas son muy buenas porque los proyectos se están reactivando y están apareciendo nuevos en todas las áreas, sin embargo, el desafío será adaptarse a las incertidumbres y los cambios”, comparte Campenni.