El buscador de poemas y metales preciosos
Anécdotas, misterios sanjuaninos y pasiones de Jorge Leonidas Escudero, desde la mirada cálida de dos amigos escritores, Javier Cófreces y Ricardo Trombino
Por Matías Gómez
Jorge Leonidas Escudero (1920-2016) fue un buscador de oro tanto en las cumbres sanjuaninas como en los poemas que legó con maestría e ingenio. Y, aunque comenzó a publicar a los 50 años, su obra poética se ha convertido en un metal precioso con resonancia nacional.
En San Luis, más precisamente en La Toma, el autor pudo dar con esos atisbos de misterio que registraba como explorador. Entonces, dejó un poema grabado en piedra que enaltece aún más el Monumento al Minero en la localidad.
Su vínculo con este suelo no es sólo por esos trabajos febriles (minería y poesía) sino por la promesa de una belleza regional, construida pacientemente, y sin canon.
“Conocí a Escudero gracias al poeta sanjuanino, radicado en Tucumán, Rogelio Ramos Signes. Me obsequió Le dije y me dijo, allá por la década del ochenta. Aquella obra fue suficiente para convencerme de que Escudero resultaba un poeta diferente, superior, mayúsculo”, recuerda el editor y escritor Javier Cófreces.
“De inmediato lo publiqué en la revista de poesía que dirigía, La danza del Ratón. Conseguí su dirección, le escribí y me respondió enseguida. A partir de entonces comenzó un intercambio epistolar que se mantuvo por más de 20 años. Esa correspondencia estuvo en sintonía con una amistad indestructible hasta su muerte.
A partir del 2001, cuando fundé el sello Ediciones en Danza, le publiqué todos sus libros, que fueron más de diez”, detalla.
“Con Escudero nos encontrábamos en Buenos Aires y en San Juan, ya que yo viajaba a su ciudad cada vez que podía.Lo hice más de media docena de veces exclusivamente para encontrarme con él. Trasnochadas, conversaciones, visitas al casino, a casa de amigos. Encuentros y más encuentros compartidos. Todos luminosos”, agrega Javier.
“Yo cursaba primer año de Letras, en 1979. Una profesora nos dijo ´no dejen de leer a ese poeta´. Yo comenzaba a incursionar en la vida literaria y cultural sanjuanina. Leí a Escudero, que entonces tenía solo dos libros publicados y el imantamiento que me producía su poesía era especial. Siempre me decía ´por qué esta poesía me moviliza y conmueve tanto…´ Con el tiempo fui profundizando sobre esa indagación y decidí ubicarlo. Tomé la guía telefónica un día a mediados de los 80 y llamé a su casa. Inmediatamente accedió a que nos juntáramos. El primer encuentro personal fue un sábado gris y lluvioso, en un café frente a la plaza principal de la ciudad.
Desde ese momento se fue forjando una entrañable amistad de más de treinta años.
Esa amistad fue enriqueciendo y transformando mi vida, desde lo que fui descubriendo de su poesía y también de ese ser especial que era Escudero, un hombre expansivo en la visión de mundo y vida, generoso, sencillo, y un gran cultor de la amistad”, indica el poeta y cantautor Ricardo Luis Trombino.
Recién a los 50
“Me cuesta responder por qué decidió publicar a esa edad. En consecuencia, transmito mi percepción personal acerca del asunto. Porque, simplemente, la tremenda sabiduría del genial poeta resolvió que había llegado el momento de hacerlo, en 1970”, sostiene Javier.
Ricardo agrega una interpretación filosófica. “Alguna vez una periodista sanjuanina le preguntó eso. Y Escudero contestó escuetamente: ´Creo que primero hay que vivir, experimentar muchas cosas, y luego comenzar a expresarlas en la escritura´.
“Eso también demuestra su sencillez y ausencia de apresuramiento por publicar su primer libro. No tuvo ese ego agitado y ansioso de figuración que suele preponderar en tantos. Experimentó, decantó y finalmente comenzó su tiempo de publicaciones, que fueron varias”, señala Trombino quien es docente de Letras en la Universidad Nacional de San Juan y conductor de programas radiales sobre literatura en la radio académica.
Asimismo, Cófreces recuerda cómo fue el proceso de edición de las obras completas. “Resultó natural, por entonces, en 2011, ya le había publicado seis libros al maestro y nuestra relación estaba basada en la confianza plena. Tantos años de amistad y admiración por su obra permitieron un logro fundamental para la poesía argentina, la edición de su Poesía completa, uno de los títulos fundamentales para la literatura nacional. En 2011 estuvo a punto de ganar el Premio Nacional de Poesía. Le otorgaron el segundo, y la polémica que se armó por quienes consideraban que se trataba de una injusticia, todavía se recuerda”, apunta.
Ante la inmensidad
Fue alguna de esas noches en que miraba cielo
en lejanías sobre campo oscuro y vi
cruzárseme un relámpago lejano. Fue tal
como ver chispear una idea
en el umbral de otro mundo.
Es como si en el fondo del desierto hubiera
querido hacerse luz una verdad pero
pasó fugaz y quedé a oscuras.
Parece que la inmensidad
quiere decirme un secreto y al ver
que todavía falta mucho en mí
queda muda.
Poeta nacional
“Todos los aportes del maestro Escudero a la poesía nacional son valiosos y trascendentes. Cualquiera que pudiera enumerar resultaría insuficiente y fragmentario. Mencionar su originalidad, su autenticidad, su potencia expresiva, sus recursos lingüísticos, su carnadura, su cosmovisión, etc…Escudero es todo eso y mucho más. Sin duda se trata de uno de los baluartes más rutilantes de las últimas décadas de la poesía argentina”, opina Javier.
“Escudero es una voz que sin vergüenza de expresarse desde su región cuyana, supo hacer de su poesía una voz original en el mapa de la poesía argentina y universal.
Es una voz distinta, indómita, no alineada nunca a cánones o categorizaciones que se imponen. Lenta y trabajosamente fue construyendo un proyecto creador que lo convirtió en un “poeta ventrílocuo”, a través de su voz nos expresamos todos, su poesía es un canal por el que se transmite una voz colectiva, la del ser humano cotidiano que transita experiencias diversas. Para eso también ofrece en su obra un registro de oralidad desde su tiempo y espacio, por la que es fácil identificarse.
Su poesía también puso la mirada en aspectos no muy observados anteriormente. En Cuyo, por ejemplo, en vez de centrarse en la cultura gringa del valle y del río, puso su mirada en la cultura criolla, cercana también a tareas del desierto y la montaña, arraigando un imaginario que nos remonta a tiempos precolombinos. Esto lo vincula con el mundo de la cultura andina, a veces tan ignorada o silenciada.
El eje medular de su poesía es el tema de la búsqueda, que se plantea desde la palabra hacia temas como la montaña, el amor, el juego, el develamiento del ser humano en su contacto con la Naturaleza y el Universo.
En la poesía de Escudero subyace permanentemente la idea de que si el ser humano pierde su vínculo y comunicación con la Naturaleza, pierde gran parte del sentido de su existencia”, analiza Ricardo.
La creatividad
Viene de antes que vos y sorpresivamente
a veces te habla.
Mientras tanto el artista hace
garabatos y cree
gobernarla manija creativa.
A veces se te asienta
el pájaro famoso de la inspiración
y otras un sapo intuitivo
salta en tu pecho y caza hermosa mariposa.
Creíste ser el creador de eso
cuando era el otro,
el que está escondido siglos y siglos atrás
y te habló porque estabas propicio a escucharlo.
Pero vos creíste ser el fabricante de crear
cuando más bien agradecé
porque te arrojaron desde lejos, si acaso,
un pedazo de verdá.
Porque antes de eso
cuántas veces creíste que sí,
que eras vos el creador y al intentar
hacer arte sólo hiciste
palos de ciego, merdosidá.
Luego si nadie es creador ¿qué pasa? Nada,
porque todo es garabatear mientras se espera
que desde lejos, de alivio,
se te asiente un pájaro hermoso
o el sapo intuitivo te entregue una mariposa.
Escudero estudió agronomía y se dedicó a la minería en forma rudimentaria. Entre otras distinciones recibió: Diploma de Honor del Honorable Senado de la Nación (2005), Doctor Honoris Causa de Universidad Nacional de San Juan (2006), Primera Mención Premio Nacional de Poesía (2011), Gran Premio de Honor de Fundación Argentina para la Poesía (2011), Premio “Rosa de Cobre” de la Biblioteca Nacional (2014) y Premio Konex(2014).
Libros preferidos
“Todos tienen perlas, cultivadas y en cultivo. Cada uno de sus libros ampara varios poemas deslumbrantes. De acuerdo a cada lector, aparecerá el rescate de los tesoros que Escudero hurgó en la montaña. Si tuviera que mencionar uno de sus títulos, lo cual me cuesta bastante, mencionaría Verlas venir. Curiosamente, muchos lectores opinaron lo mismo porque fue un libro que se agotó rápidamente. Por cierto, se trataba de ediciones pequeñas, de 300 ejemplares, pero Verlas venir desapareció rápidamente”, destaca Javier.
“Ediciones en Danza publicó hasta el último poema que escribió Escudero. La tanda final, “12 poemas vividos” fue publicada en la 2da edición de Andanzas mineras (2015). Me los entregó en mi anteúltimo viaje a San Juan, ya con su salud delicada. Meses después de la publicación del libro, en febrero de 2016, viajé a su tierra para despedir a mi amigo y mantuvimos nuestra última e inolvidable charla donde estaba internado, junto a sus hijas que lo adoraban. Su inmensa obra permitirá que jamás olvidemos a un poeta como pocos, a un ser humano incomparable”, agrega.
“Me resulta difícil elegir un libro, razón por la cual alguna vez decidí hacer mi Tesis de Maestría sobre toda la obra de Escudero, intentando profundizar en el estudio de las características de su poesía, que se van consolidando en todos sus libros.
En este momento podría nombrar a “Los grandes jugadores”, “Elucidario”, “Caballazo a la sombra”, “Aguaiten”, “Caza nocturna”, “Atisbos”… Imposible nombrar solo uno”, expresa Ricardo.
Poesía del interior
“El panorama literario actual es variado, prolífico, a veces excesivo por la cantidad que permiten las redes sociales (muy enriquecedoras por un lado, pero también engañosas). En el interior suelen construirse ricas propuestas de grupos, proyectos independientes, pero con dificultosas publicaciones y distribuciones del producto.
El interior aporta su llama luminosa y potente, pero el centro del poder cultural, la Gran Urbe, ignora bastante esa existencia. Siempre es importante no depender de ese centro de irradiación y crear distintos centros, desde otros lugares, desde otras formas de concebir el arte y comunicarlo”, sostiene Ricardo quien es un estudioso de la literatura regional.
A otra cosa ¿Pongámonos bien la vida que nos pusimos del revés? En vez de alimentar historias de plomo digamos cosas fáciles. En vez de hacer de perro del hortelano, o llorar a la luna porque no nos quieren, echemos pájaros en el jardín de las preciosidades. Probemos saludar a desconocidos a ver si aparece el amor, pues qué delgado está el mundo, qué pálido, y necesita apoyo. Aventa una palabra uno y afecta al tiempo futuro; por eso hay que hablar con cuidado y sonreír más. Pongámonos bien la vida a ver qué pasa, pues así como estamos se han desequilibrado los bancos de las plazas y si no intervenimos ¿a dónde va a ir la gente a tomar aire? Atisbos Veces me alejo caminando lejos en divergencia de mis propios pasos. ¿Busco lo perdido hace miles de años? Un hombre oscuro pervive, late como crisálida o un algo que pide abrir alas en mí. Siento que desde la penumbra me empuja pan que regrese ¿a dónde? De modo que divago y fluctúo en la ciudad bullicio y abatido me derrumbo en los bancos de las plazas, espero no sé qué. El hombre misterioso se aproxima, intenta religarme a su mundo indefinido pero no doy chispa. no accedo a su fervor de vida más allá de todo. La vislumbre de Eso me perturba. Hombre oculto no insistas, ya es demasiado tarde, no puedo volver a donde nunca estuve.
Muy interesante esta nota; que permite a conocer a este gran poeta de la Provincia de San Juan y su aporte a la cultura andina. Coloridas poesías que nos trasladan con sus versos a la realidad.
Muchas gracias Maty