Reportajes

Daniel Maffía-16-01-2022

Soy Daniel Maffía, vengo de General Pinto, en la provincia de Buenos Aires. Junto con mi señora estamos en Merlo desde hace trece años. Soy abogado jubilado, Profesor Superior Universitario de Ciencias Jurídicas y Sociales, hemos trabajado en el medio en diferentes actividades de servicio a la comunidad. Fui profesor de Ética durante siete años en la Universidad Nacional de San Luis, en la Facultad de Turismo y Urbanismo. Mi padre falleció cuando era muy chico, mi mamá era profesora de música, tuvimos una infancia modesta pero sin ningún tipo de privaciones. En aquél entonces no había test vocacionales, se elegía más por descarte, ejercí en mi pueblo, donde los tribunales están en Junín. Uno de los mejores recuerdos que tengo es cuando fui Presidente del Tribunal de Ética, que se encarga de juzgar la conducta de los demás abogados, ejercí ese cargo durante diez años.

Mi familia está compuesta por mi señora, Lía, (en dos años más cumplimos las bodas de oro), tenemos tres hijos profesionales, uno es quiropráctico, otra hija es bioquímica y mi hijo menor también es abogado. También tenemos once nietos de todo tipo, pelaje y edad, el mayor es ingeniero y el más chico tiene tres años. Nos sentimos bien en Merlo, estamos entre dos realidades que queremos mucho, igualmente la decisión de venirnos fue difícil, yo me adapté más fácil, a mi señora le costó un poco más pero gracias a Dios nos hemos rodeado de buenos amigos y de bastante trabajo.

En ese sentido trabajé también en Cáritas durante tres años, vale decir que todo lo que hago, lo hago porque me hace sentir bien espiritualmente. Soy profesor de filosofía, así que brindé un curso de política y valor, desde el punto de vista de los valores, no desde lo ideológico. Luego me contrató el Concejo Deliberante, (por unanimidad de todos los bloques, eso me dio una gran tranquilidad porque la gente lo primero que sospecha es si soy neutral o no), ya que varios concejales fueron mis alumnos.

Con mi señora, hace por lo menos treinta años, hicimos un curso de cine muy completo, con una persona que sabía mucho de la materia, lo hicimos durante tres años calendario, un año fue sobre la crítica cinematográfica, otro sobre cine y educación, otro sobre historia crítica del cine.

Con eso empezamos a hacer cine, esa experiencia ya la tenía cuando me vine a Merlo, pensé que no lo iba a hacer más. Luego de hacer el primer año el curso de política con mucha gente que se anotó, me pareció una buena idea retomar el tema del cine, porque el cine es un instrumento formidable para educar, pensar, para darle elementos en la discusión a la gente, en el debate, que sea respetuoso y que nos escuchemos todos. Ya llevamos diez años, empezamos en la Universidad en el Área de Extensión y luego nos llamaron de la Casa del Poeta, donde hay una hermosa sala cinematográfica, nos han recibido muy bien, estamos muy conformes con lo que hacemos.

Se formó un grupo con personería jurídica llamada «La Ventana», donde hay varios que ya dirigen, invitamos siempre a la gente que quiera dirigir, nosotros la asesoramos, la ayudamos a preparar la película, con mucha libertad, trabajamos sobre el tema de los valores, el análisis que hacemos del cine no pasa solo por lo estético, sino en los valores y los contravalores porque es nuestro modesto aporte. La gente quiere la verdad, la justicia, la honestidad, quiere esos valores universales, trabajar sobre ello, profundizarlos, discutirlos, ayuda a que la gente ordene sus pensamientos, a reflexionar.

Analizamos la película, se debate no más de quince minutos, luego quien lo conduce tiene cinco minutos finales para decir lo que no se dijo, ya que hay que saber un poco más que los demás, o si se dijo casi todo tratar de profundizar alguno de esos temas. Hemos aprendido a escucharnos y además hemos aprendido mucho de las opiniones de la gente porque no somos genios que nos las sabemos todas, podemos estudiar más, ver la película varias veces, analizar montones de críticas de todo tipo, malas o buenas, pero también es bueno escuchar a la gente, escuchar sus experiencias.