Expresiones de la Aldea

Uno

Mariano Mores y Enrique Santos Discépolo

Simple, 1943

Tango  

Música: Mariano Mores 

Letra: Enrique Santos Discépolo 

Uno busca lleno de esperanzas el camino que los sueños prometieron a sus ansias.
Sabe que la lucha es cruel y es mucha, pero lucha y se desangra por la fe que lo empecina. 
Uno va arrastrándose entre espinas y en su afán de dar su amor, 
Sufre y se destroza hasta entender que uno se ha quedao sin corazón...
Precio de castigo que uno entrega por un beso que no llega a un amor que lo engañó 
¡Vacío ya de amar y de llorar tanta traición! 
 
Si yo tuviera el corazón (el corazón que di)
Si yo pudiera como ayer querer sin presentir 
Es posible que a tus ojos que me gritan su cariño los cerrara con mis besos
Sin pensar que eran como esos otros ojos, los perversos, los que hundieron mi vivir.

 
Si yo tuviera el corazón (el mismo que perdí)
Si olvidara a la que ayer lo destrozó y pudiera amarte
Me abrazaría a tu ilusión para llorar tu amor 
 
Pero, Dios te trajo a mi destino sin pensar que ya es muy tarde y no sabré cómo quererte
Déjame que llore como aquel sufre en vida la tortura de llorar su propia muerte
Pura como sos, habrías salvado mi esperanza con tu amor
Uno está tan solo en su dolor
Uno está tan ciego en su penar
Pero un frío cruel que es peor que el odio 
Punto muerto de las almas, tumba horrenda de mi amor 
Maldijo para siempre y me robó toda ilusión. 
 
Si yo tuviera el corazón (el mismo que perdí)
Si olvidara a la que ayer lo destrozó y pudiera amarte  
Me abrazaría a tu ilusión para llorar tu amor 
 

Por Polaco Altavilla

La renovación del tango, quizás el género más afín al sentimiento argentino, vino de la mano de la Truca, una agrupación puntana que -en menos de un año- tras transitar bares y espacios culturales también se presentó en varios festivales y bares, fueron teloneros de Onda Vaga y Rubén “Mono” Izarrualde, y en Casa de la Música grabaron dos clásicos del candombe uruguayo, Tango Negro y Oro y Plata, “porque tienen mucha energía, y comparten esa raíz rioplatense que nos une” destacó la cantante Fernanda Rivero. 

Los sentimientos afloran al sonar los acordes de melodías reconocidas en las voces de Julio Sosa y Carlos Gardel, sus influencias son los clásicos del género y de los revolucionarios, como Astor Piazzolla. La mezcla de sus gustos es el sello que imponen en el grupo. En su repertorio le dan su estilo a canciones conocidas sin deformar la versión. “A algunos temas los respetamos a rajatabla, pero nos gusta tocarlos y volar un poco, como el caso de Uno, cualquiera que lo escucha lo reconoce: le damos arreglos originales a nuestra manera, que no difiere del original”. 

Precisamente de Hugo del Carril, el Astro del Tango, es una de las más preciosas interpretaciones de Uno, una de las más reconocidas composiciones de Mariano Mores y Enrique Santos Discépolo. Entre otros éxitos, como Sin Palabras y Cafetín de Buenos Aires, es recordada la anécdota de lo entusiasmado que estaba Mores por crear tangos con “Discepolín”, a quien el pianista conoció cuando era el acompañante de la cantante Tania, esposa del poeta. Estos íconos de la cultura nacional congeniaron en los proyectos, aunque tardaran 3 años en editar la canción Uno. En 1940 Mores le mostró la música a Discépolo, pero el encargado de la letra no cumplía con su parte. El pianista recordaba con gracia en entrevistas que “no quería molestarlo porque tal vez no le había gustado el ritmo, y para no perder su amistad, no volvió a preguntarle del asunto”. Hasta que en 1943 el escritor entregó su aporte, con el título “Si Yo Tuviera El Corazón (Uno)” … y el resto es historia conocida. 

La formación del sexteto “truco” comprende a los hermanos Rivero, Fernanda (voz), Emiliano (guitarra) y Nahuel (percusión), más los aportes de Alcides Alcón Copa (en guitarras), Federico Bordigoni (armónica) y la última adquisición, Toni Funes en contrabajo. 

“Los conocí hace poco y me gustó como tocan” rescató Funes, que tocó en bandas de jazz, rock y folklore, y esas influencias recalaron en el tango, dándole un color diferente con las graves cuerdas del contrabajo. “Ellos vienen del tango tradicional, la voz de Fer recuerda mucho a la década del `30” destacó sobre sus compañeros. 

Fernanda dijo que le gusta la música toda “y en algún momento te encontrás con aquello que te atrae más”. Su madre Selva jugó un gran papel al transmitirle el sentimiento musical a toda la familia, porque los hermanos tocaron cada uno por su lado hasta que conformaron este proyecto. “El Tango tiene una crudeza importante para mí, sobre todo en sus letras, una carga emotiva que cuando las interpreto me enciende algo para cantarlo como si las hubiera escrito yo ¡son cosas que nos pasan a todos!” dijo al respecto, la ex integrante de Jazima. 

“Queremos generar un círculo de milongas”, era el deseo inmenso de Rivero y su entorno, para “que la gente pueda ir a bailar y escuchar a los grupos que tocan, porque tenemos una respuesta muy positiva de quienes se nos acercan”, recordaba de las sesiones tangueras que realizaban con La Truca en Ansilta Bar (el reducto cultural de El Volcán), donde hicieron sus primeras actuaciones, en un ciclo que cada domingo desde las 19 (y hasta que dejaban atrás a la medianoche) le sacaban viruta al piso. Fue un éxito que tuvo su pico de convocatoria y aceptación debido a la renovación que realizaron en la escena juvenil local. Fernanda aceptaba que “sí hay gente grande y tenemos buenos músicos acá, y al realizar los shows nos dimos cuenta que también hay muchos bailarines, entonces no queríamos perder ese entusiasmo que existe pero que necesita más difusión”, aclaró la cantante, nacida en Mar del Plata, pero radicada hace dos décadas en San Luis. Fer, junto a Alcón y Elías Wiedemann, llevaron en paralelo al trío Las 12 Cuerdas Arrabaleras, más enfocada en el tango canción e instrumental.