A la mañana siguiente, Sepúlveda se levanta temprano. Toma de la mesa de luz un papel doblado en cuatro y lo guarda en el bolsillo. Es la lista de materiales que necesita para armar el árbol, la choza y el pesebre. Frente a la camioneta relee lo que ha escrito: cien lámparas, cuatro baterías, doscientos metros de cable, interruptores, cinta aisladora, portalámparas, soldador, madera, clavos, figuras para el pesebre, cohetes. Apoya el papel sobre el guardabarros y agrega con esfuerzo (escribir no es su fuerte): “Gracias Dios mío por darnos tanta suerte”.
La Quinta, una novela icónica de Jorge Sallenave, será entregada por partes para su colección- 19na entrega
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