Expresiones de la Aldea, Notas Centrales, San Luis

Arístides Vargas: “La experiencia teatral debe ser compleja”

El prestigioso dramaturgo junto a su esposa, la actriz española Charo Francés, presentaron dos obras en la provincia a comienzos de abril

Matías Gómez

El viernes 8 de abril, en el Centro Cultural “Puente Blanco”, subió al escenario “La puerta de oro”, dirigida por Arístides Vargas y Charo Francés, un espectáculo sobre la migración, protagonizado por Guillermo Troncoso y Rubén González Mayo. La puesta combina filosofía, humor, guiños literarios y memorias a flor de piel.

“Cada vez que vuelvo a ver esta obra en diferentes escenarios me sorprendo. Hay mucho simbolismo y eso la complejiza pero creo que la experiencia teatral debe ser compleja. El teatro se tiene que distanciar de la extrema obviedad que hay en muchos medios como en la televisión, el cine o las plataformas de películas”, indica Vargas, considerado como uno de los grandes referentes del teatro en Latinoamérica.

“En `La puerta de oro ́ hay varios elementos de la memoria personal para hacer de lo cotidiano algo diferente. A veces yo les comparto a los alumnos en la clase de dramaturgia una idea que también planteo en una escena de esta obra: recuerden y el lápiz empezará a escribir. El lápiz tiene memoria”, reflexiona el artista que nació el 19 de noviembre de 1954 en Villa Dolores, Córdoba.

A fines de 1975, tres años después de comenzar con su carrera actoral en Mendoza, Vargas se exilió en Ecuador, debido a las persecuciones de la última dictadura cívico-militar. En dicho país fundó después el destacado grupo Malayerba, junto a Charo.

“Arístides es una persona que en su vida cotidiana no habla de sí, entonces es a través de sus textos que se permite contar lo vivido. Él es más bien silencioso. Sus obras abordan la memoria porque es lo que nos constituye como seres humanos. Si no, seríamos como zombies. La memoria nos hace, nos permite ser, conocer la vida y tener las bases necesarias para vivir el futuro”, comparte la dramaturga española.

Con una puesta exquisitamente simple, más una compleja producción elaborada en Ecuador, España y Argentina, “La puerta de oro”, atesora momentos filosóficos y líricos en tono kafkiano, entre dos personajes, casi a la deriva, que emplean estrategias mentales o humorísticas para sobrellevar los malestares y eludir las formas de control o persecución social.

La tristeza también atraviesa a la trama escénica. “Actualmente es como si la tristeza no existiera en la contemporaneidad, ni la vejez, ni las enfermedades y hasta las guerras están espectacularizadas en las redes sociales.

Si se va a salvar por algo el teatro- por supuesto que también hay una teatralidad industrializada- es porque puede compartir con la gente experiencias que normalmente no se comparten”, sostuvo Vargas, quien ha sido destacado por su trayectoria por el Ministerio de Educación de Ecuador y es Honoris Causa de la Universidad Nacional de Cuyo.

Durante su visita a San Luis, Vargas y Charo además subieron al escenario del “Teatro Estudio Arte» donde presentaron «Instrucciones para abrazar el aire», un homenaje a Chicha Marini, una de las fundadoras de Abuelas de Plaza de Mayo que buscó durante 42 años a su nieta desaparecida y murió en 2018 sin encontrarla.

“Creo que la única forma de contar la realidad de esa mujer sobre el escenario es a través de la poesía”, analiza Vargas quien es autor de «Jardín de Pulpos», «Pluma», «La edad de la ciruela», «Donde el viento hace buñuelos», «Nuestra Señora de las Nubes», entre otras obras destacadas, que han sido traducidas al inglés, alemán, italiano, japonés, francés, portugués.

El dramaturgo recurre a la metáfora de la orilla para iluminar los laberintos dolorosos de la memoria. “El teatro es una manera de abrazar todas las orillas habitadas por los ahogados y los sobrevivientes. Es la forma de integrarse al resto, de vivir en contacto con la historia, de no quedarse solamente con tu vida privada, sino mojarse, pasar a ser parte de los otros. La poesía de Arístides en el teatro se implica”, destaca con emoción su esposa Charo.

Arístides Vargas y Charo Francés en la obra “Instrucciones
para abrazar el aire”. Foto Elena Vargas.