El Acta Incompleta
Por José Villegas
Ya hemos analizado en escritos anteriores el “Plan Continental Sanmartiniano”, cuyas estrategias y tácticas para llevarlo a cabo se sellaron en aquel legendario encuentro en La Aguadita, en la que tres hombres juramentados se comprometieron a cumplirlo.
Así, Juan Martin de Pueyrredón sería el diputado por San Luis en el Congreso de Tucumán, para luego, mediante operaciones políticas verdaderamente extraordinarias de San Martin y sus aliados, convertirse en Director Supremo. Y es que era aquel hombre el único que podía garantizar que el “Plan” pudiese concretarse.
Sin una declaración de Independencia era imposible el intento. Pero, ¿independencia de quién? Veamos ahora la “omisión”:
Declaración
Nos los Representantes de las Provincias Unidas en Sud América, reunidos en Congreso General, invocando al Eterno que preside al Universo, en el nombre y por la autoridad de los Pueblos que representamos, protestando al cielo, a las Naciones y hombres todos del Globo, la justicia que regla nuestros votos: Declaramos solemnemente a la faz de la Tierra que, es voluntad unánime e indubitable de estas Provincias romper los violentos vínculos que las ligaban a los Reyes de España, recuperar los derechos de que fueron despojados, e investirse del alto carácter de una Nación libre e independientes del Rey Fernando séptimo, sus sucesores y Metrópoli: quedan en consecuencia de hecho y de derecho con amplio y pleno poder para darse las formas que exija la justicia, e impere el cúmulo de sus actuales circunstancias. Todas y cada una de ellas así lo publican, declaran y ratifican, comprometiéndose por nuestro medio al cumplimiento y sostén de esta su voluntad bajo del seguro y garantía de sus vidas, haberes y fama. Comuníquese a quienes corresponda para su publicación, y en obsequio del respeto que se debe a las Naciones detállense en un Manifiesto los gravísimos fundamentos impulsivos de esta solemne declaración. Dada en la Sala de sesiones, firmada de nuestra mano, sellada con el sello del Congreso y refrendada por nuestros Diputados secretarios Es Copia. Doctor Serrano Diputado, Secretario
El detalle: los congresistas escribieron en el Acta de la Independencia que solo seríamos librese independientes “del Rey Fernando séptimo, sus sucesores y Metrópoli”. Enterado José de San Martín de semejante “error”, exigió una enmienda donde se agregara a dicha frase “… y de toda otra dominación extranjera”.
Diez días después, hubo que firmar nuevamente el Acta, con la enmienda salvadora.
Del acta:
“…comprometiéndose por nuestro medio al cumplimiento y sostén de esta su voluntad bajo del seguro y garantía de sus vidas, haberes y fama.”
Esta parte habla de las implicancias y costos de los que eran conscientes nuestros representantes, tendría la empresa.
“Comuníquese a quienes corresponda para su publicación, y en obsequio del respeto que se debe a las Naciones detállense en un Manifiesto los gravísimos fundamentos impulsivos de esta solemne declaración.”
Esta parte dimensiona (gravisimos) y a la vez transmite el desafío (impulsivo) de proceder sin especulaciones.
San Martín con osadía, convicciones y suficiencia de hombre extraordinario, remata con contundencia.
“Y de toda otra dominación!”
Aquí está LA PATRIA afirmando su existencia, esto es lo que luego se contagia en cada bien nacido, generación tras generación, en sentimiento irrenunciable de Argentinidad