Reportajes

Federico Kelli-17-07-2022

Soy Federico Kelli, nací el 2 de enero de 1981, en Barrio Norte de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Mis padres,Guillermo Kelli (Villa Mercedes, San Luis) y Ángela Paniagua (Covunco, Neuquén), se conocieron en el Colegio Nacional de Villa Mercedes. Al egresar, el destino los llevó a estudiar en la ciudad de Córdoba, allá por el año 1975 decidieron buscar nuevos horizontes y Buenos Aires fue el lugar elegido. 

Mi infancia la viví en el barrio de Flores, hice el jardín, primaria y secundaria en el Instituto Angela Copello de las Hermanas de Cristo Rey. A los ocho años comencé con el deporte que me forjó el temperamento, la responsabilidad y el trabajo en equipo: la natación. Fui federado del club Vélez Sarsfield hasta los diecisiete años, compitiendo por todo el país y países limítrofes. Tengo los mejores recuerdos de mi adolescencia. 

Al recibirme en la secundaria me inscribí en la carrera de abogacía, donde cursé dos años. La crisis de 2001 hizo imposible la continuidad de mi permanencia en Buenos Aires, y decidí venir a San Luis con mis padres ya hace veintiún años. Estudié la carrera de Tecnicatura en Redes de Computadoras y Tecnicatura en Webs en la Universidad Nacional de San Luis, y hace diez años que trabajo en la Autopista de la Información. 

En la actualidad desarrollo mi actividad en Terrazas del Portezuelo, siendo el nexo de Autopista de la Información y la Secretaría de Comunicación. Por otra parte, soy asesor del Partido Justicialista. Algo que me marcó en el trabajo y especialmente en mi vida personal fue el inicio de la pandemia, el día anterior estaba de vacaciones y al otro día estaba sentado frente al Gobernador, colaborando con todos mis saberes en lo tecnológico y a la vez, empezar ese camino de comprender una experiencia humana que no habíamos soñado, y que estábamos viviendo, ayudando desde lo tecnológico.

Eran días interminables, arrancábamos temprano y nos íbamos a la madrugada, creo que trabajamos ciento ochenta días seguidos, hasta que la pandemia nos dio un respiro. Día tras día nos íbamos enterando de los alcances de este maldito virus, que tanto daño nos hizo. Formar parte de la “intimidad”, del día a día en la tarea de comunicación del gobierno, me hizo ver aspectos humanos que me enseñaron a valorar las personas desde otro lugar. Me sorprendía la unión de esfuerzos, la búsqueda del bien de la ciudadanía. Ver como los saberes, no solo médicos sino de todo aquel que pudiera aportarlos se unían en un esfuerzo que requería energía positiva y muchas horas dedicadas a esa tarea. 

En mi tiempo libre disfruto mucho de correr, entrenar, practicar tenis y hacer cursos de tecnología, ya que esto día a día va actualizándose. ¿Mi hobbie? tomar mates viajando, conocer lugares y personas. En este momento estoy leyendo “Los Cuatro Acuerdos”, de Miguel Ruiz y “12 Reglas para vivir”, de Jordan Peterson, recomiendo fervientemente los dos. Estamos trabajando fuertemente en la comunicación, es importante que la gente conozca este proyecto de gobierno que hace muchos años la provincia está implementando. Creo que la pandemia ayudó a visualizar al personal de salud y a la medicina en general, y también a la ciencia y tecnología.

En esos momentos donde solo podíamos interactuar con nuestros seres queridos por zoom, pasar horas viendo redes o tik tok, estudiar o trabajar on line, nos hizo ver la importancia real de la tecnología. En San Luis tenemos el privilegio de tener la agenda tecnológica más completa del país y es importante que la gente lo sepa y lo valore como un logro propio. Para ello estamos tratando de llegar a cada rincón de la provincia con una comunicación eficaz que hable del progreso que se ha obtenido a lo largo de los años.

Por mi trabajo antes de la pandemia, me tocó recorrer cada rincón de la provincia, ver pueblos y parajes de muy pocos habitantes. Pude sentir el agradecimiento de la gente, la importancia de que tengan la misma conectividad que tiene una persona que vive en el centro de la ciudad capital, que pueda acceder a carreras virtuales de grado y posgrado. En algunos lugares es la única forma de comunicarse con familiares, ya que no cuentan con antenas de celulares. Escuelas rurales de tres o cuatro alumnos, con servicio de internet, netbooks y toda la tecnología para que no exista la brecha educacional. Centros de salud muy alejados, que cuentan con teléfono y cobertura de internet, para dar avisos de urgencia.

Esa es la política de Ciencia y Tecnología que hace años San Luis aplica y que no todos conocemos, de la periferia al centro cumpliendo sueños. Anhelo una Argentina con más justicia social, donde todos podamos soñar y que tengamos la oportunidad de cumplir esos deseos, con un San Luis más unido, que las grietas no separen las maravillosas personas que viven en este suelo. 

En lo personal sueño con formar una familia, y ser padre algún día.