Expresiones de la Aldea, San Luis

Protagonista activa

Antonella González (*)

La primera impresión fue verlo liviano. Sí, también era alto, elegante y emanaba seguridad. Pero verlo tan desprovisto de cosas fue lo que más llamó mi atención. Eso, junto con las manos en los bolsillos. Un gesto poco bien visto en nosotros y mucho más en una autoridad como él.

Como si su presencia y actitud estuvieran desafiando algo o a alguien que no podíamos ver, pero que nos rodeaba por igual.

A los dieciséis años creía tener la certeza de que conocía todos los modelos y estereotipos de docentes que pudieran existir. Certeza rápidamente pateada después que dio la orden de guardar los útiles, debido a que serían innecesarios.

Con esa simple regla mi atención e interés fueron captados y alimentados clase a clase.

Yo no podía marcar ríos, limitar provincias o regiones. No podía crear un teorema siquiera parecido al de Pitágoras, ni mucho menos involucrarme con las leyes de la física.

Pero podía hacer filosofía.

No necesitaba de estudios previos u otras habilidades adquiridas que me avalen. Podía nacer de mí. Una reflexión donde no había incorrectos o márgenes a respetar. Donde podía ser protagonista activa.

Sólo asombro, duda y situaciones límites. Y por suerte, me sobraban.

Pronto me encontré con problemas tan interesantes como ver a quién le daba la razón. Todo fluía como postulaba Heráclito o, por el contrario, permanecía constante como sostenía Parménides.

Estando día a día, cada vez más segura, de que no nos bañábamos dos veces en el mismo río.

“Un baño en Asnières”, es un cuadro del pintor francés Georges Pierre Seurat realizado en 1884
y exhibido en la National Gallery de Londres.

(*) Mi nombre es Antonella González, soy de La Pampa. Vivo en San Luis hace 10 años, estudio psicología.