¿INCLUSIÓN FORZADA?
La industria cinematográfica incorpora en productos taquilleros personajes afrodescendientes, ¿a qué apunta realmente?
Por Eliana Cabrera
Con el avance de los derechos de mujeres, disidencias y comunidades afrodescendientes, en la industria cinematográfica ha surgido un accionar que parte del público comenzó a llamar diversidad o inclusión “forzada”. Esto se trata de la selección de actores y actrices pertenecientes a grupos minoritarios que han sido históricamente marginados por razones de género, orientación sexual u origen étnico.
Para muchas personas, la repentina diversidad de géneros y etnias en las producciones audiovisuales en general resulta falsa y forzada. Manifiestan que son decisiones que no son parte del guion, trama o estética sino que buscan conformar a una sociedad que exige la corrección política “excesiva” en todos los sentidos.
Sostienen que estas elecciones entorpecen las historias, la malversan y no tienen una razón de ser, lo suficientemente importante como para justificar su presencia en una producción.
Para estas personas, se privilegia esa “deuda pendiente” con las minorías en lugar de otros aspectos relevantes como la historia, adaptación o calidad final del trabajo.
Un planteamiento similar es el que sostienen las personas que rechazan la idea de un cupo laboral igualitario. De pronto temen que la inclusión de una mujer, transexual y/o negra en un puesto de trabajo pueda haber dejado afuera a otra persona “con mejores cualidades”, como si un criterio de selección inclusivo se contrapusiera a las capacidades y el talento.
Con el estreno de la serie de Amazon Los anillos del poder, una precuela de El Hobbit y El Señor de los Anillos, inspirada en los libros de J.R.R. Tolkien, comenzó una batalla cultural en las redes. Un grupo de fanáticos comenzó un boicot hacia la serie a través de reseñas negativas masivas para afectar su valoración.
¿Qué despertó este rechazo? La inclusión de personajes afrodescendientes en el reparto. Los y las fanáticas sostienen que es imposible que existan pieles oscuras en el universo Tolkien, simplemente porque él nunca lo habría mencionado y porque en ese mundo fantástico no existen las mismas etnias y territorios que en el mundo real. Lo más criticado fue la elección de un actor negro para representar a un elfo, raza conocida por ser de piel pálida y predominantemente rubia.
Si había o no personajes de tez oscura en la obra de Tolkien está sujeto a debate, ya que sí es cierto que el autor describió a hobbits y pelosos como sujetos de piel más morena que el resto, pero no mucho más que eso. Construyó ese mundo fantástico basándose en la cultura nórdica y medieval, entonces tiene sentido pensar que todos sus personajes son de piel blanca. También creó una diversidad de razas en convivencia, con prejuicios y alianzas entre ellas, que al final aprenden a combinar sus fuerzas por un bien en común. Los hobbits, la raza más invisibilizada y hasta ridiculizada por los demás, terminan siendo quienes salvan la Tierra Media.
¿Todo esto justifica que en la adaptación cinematográfica se incluya una diversidad de etnias?
Genera incomodidad, pero no deja de ser una interpretación de la obra de Tolkien, aunque eso no quita que exista la influencia de intereses comerciales basados en ideales progresistas, porque la sociedad misma les exige esa “corrección” para alcanzar un éxito masivo. Quizás el error de las industrias cinematográficas sea querer adaptar libros de los que los lectores y las lectoras siempre esperan ver una proyección exacta de lo que leyeron, ni más ni menos.
Sin embargo, es necesario tomar consciencia de lo importante que es la representatividad de grupos minoritarios en grandes producciones del cine. Es el caso de lo que ocurrió con el trailer de La Sirenita, la nueva película de Disney donde Ariel es interpretada por una actriz negra.
Fueron virales las reacciones de alegría de niños y niñas que vieron que una princesa reconocida tenía su mismo color de piel. Aquí nos preguntamos, ¿a qué le damos más importancia? ¿A la adaptación mimética y “clásica” de una obra o a nuevas creaciones que interpelen a personas poco representadas en la industria del cine? ¿Cuáles son las prioridades y qué decisiones se pueden tomar al respecto?
La inclusión será incómoda y llamativa en tanto no desnaturalicemos la presencia total y única de personas blancas, heterosexuales, principalmente masculinas y de belleza hegemónica. Repensar las producciones del cine y entretenimiento va a ser necesario si queremos llegar a una sociedad más justa, igualitaria y donde todos y todas las personas se encuentren representadas.
Primero si vas redactar con lenguaje igualitario hacelo bien, lo correcto es «todas las personas» y no escribir «… y donde todos y todas las personas…» que estas excluyendo a alguien? No se entiende.
Y en este párrafo «Los y las fanáticas sostienen que es imposible que existan…» debe decir primero Las y los fanáticas y fanáticos o si queres Las y los fanaticas/os…»
Después que apreendas a escribir bien algo que ustedes las feministas imponen empezamos a hablar y a debatir sobre tu opinión de si es o no forzada la inclusión