AYELÉN MAZZINA-04-11-2017
Soy Ximena Ayelén Mazzina Guiñazú, nací el 20 de setiembre de 1989 en la ciudad de San Luis. Viví mucho tiempo con mis abuelos, a los cinco años el Gobierno de la Provincia nos cumplió el sueño de la casa propia, desde allí tuve una infancia muy linda, con vecinos agradables hasta el día de hoy, con todos los amigos del barrio, con mi vecina de enfrente (que cuando lea esta nota se va a acordar) con quien jugábamos todo el día. Le pedíamos a otro vecino que con la manguera nos hiciera un “puente” para pasar por debajo incansablemente con la bici. Como la calle todavía era de tierra nos permitía fabricar lomadas para que los autos frenaran, ya que prácticamente vivíamos en la calle, además de pasar horas sobre los árboles (se ríe).
Fui al Instituto Aleluya donde egresé, después estudié el Profesorado en Ciencias Políticas en el IFDC San Luis y hace muy poco terminé una Maestría en Córdoba. Recuerdo un portarretratos en la casa de mis abuelos con la imagen de Perón, el trabajo de mi madre en el Partido Justicialista, la curiosidad por saber primero y después participar en ese contacto puerta a puerta con la gente. Siempre me llamó la atención, por eso siempre digo que soy peronista desde que nací, porque así me lo inculcó mi familia. A los diecinueve años ingresé a trabajar en la ULP durante la gestión de Alberto y desde allí mi trabajo fue más dedicado a la política partidaria. Mi idea siempre fue estudiar la Licenciatura en Ciencias Políticas, tuve las oportunidades de estudiar afuera, pero decidí quedarme para poder costearme yo misma los estudios porque no quise presionar a mi familia para que pagara. El objetivo siempre fue acompañar esos conocimientos con tarea política, para poder aprender en profundidad y después especializarme o seguir estudiando.
Me encanta leer y estudiar pero las verdades de la política se aprenden en la calle con la gente. Mi primer libro fue “Mi planta de naranja lima” en la secundaria, recomendado por mi profesora de Lengua, Cecilia Daract. Me gusta la comunicación política, leo bastante a Riorda, como también otros textos de políticas públicas. La ULP marcó en mí un antes y un después, aprendí muchísimo, me ayudó con mi timidez, me enseñó a relacionarme y me abrió las puertas para llegar al presente. Hoy tengo otro trato con la gente y puedo desenvolverme mejor. Actualmente soy jefa de Área Compromiso Joven del departamento Pueyrredón, es un lugar de representación de los jóvenes, que no es común en los gobiernos. El lugar que se nos ha dado implica una gran responsabilidad y un trabajo permanente. Pero también me gusta sentarme y hablar mucho con personas que vivieron más que uno y conocer cómo era todo antes, es fantástico descubrir esa enseñanza que no está en los libros.
Se puede estudiar mucho sobre política, pero de nada sirve si no se aplica o no se vive esa realidad con los problemas diarios del vecino. En los recorridos que hacemos me doy cuenta que mucha gente no puede diferenciar las políticas de estado, entre las del ámbito municipal o provinciales y saber dónde dirigirse, por eso hay que ir a golpear la puerta e interesarse por los problemas, hasta solucionarlos. En la última campaña a nivel provincial y nacional aprendí que todo se puede lograr, que trabajando con esfuerzo pudimos lograr una gran victoria. Hace poco me escribió un consultor político de Córdoba que analiza las campañas políticas y me preguntaba cómo hicimos para revertir una situación que parecía imposible. Yo le dije que fue una victoria de todo el pueblo en su conjunto, que el pueblo se dio cuenta que juntos podemos lograr grandes cosas. Creo que también hubo un mayor compromiso en general, sobre todo en los jóvenes. Tal vez antes de las primarias no se hablaba tanto de política (entre los jóvenes por los menos) por miedo a enfrentarnos, hoy existe una decisión firme a participar y expresar lo que sentimos sin temores.
Me conmueven los niños y los adultos mayores, sus problemas y sus sueños. A veces uno dedica mucho tiempo al trabajo para los demás y deja de lado la vida personal, llámese familia o amigos que tal vez está mal, pero considero que hay gente que nos necesita más. Es un placer muy grande poder representar a San Luis en el Municipio, será una linda experiencia y me comprometo a seguir trabajando con humildad y de la misma manera con todo el pueblo de San Luis como lo hemos hecho siempre «unidos».
Soy muy sensible y si no estuviera contenida por la familia sería difícil, ellos siempre están, mamá y papá, mi hermana Martina, mis abuelos Nélida, Alberto, Carmen y los vecinos y amigos que aunque sea con un mensajes siempre ayudan. A veces voy a merendar o a cenar con mis viejos o abuelos, después hora y media al gimnasio y lo demás a trabajar. Creo que es muy importante estar bien con uno mismo, para poder dar.