Ahora que sí nos vieron, y nos volverán a ver
Por Eliana Cabrera
El fin de semana largo se llevó a cabo en la Ciudad de San Luis el 35° Encuentro Plurinacional de Mujeres, Lesbianas, Trans, Travestis, Bisexuales, Intersexuales y No Binaries en Territorio Huarpe, Comechingón y Ranquel. Más de 100.000 mujeres y disidencias se reunieron para compartir, debatir, formarse y decidir cuáles son y serán las próximas consignas de lucha para el feminismo, en busca de la igualdad y justicia.
La provincia recibió a todas las agrupaciones y personas autoconvocadas en su primera jornada con un viento igual de revolucionado, que hizo que banderas y estandartes se lucieran aun más. Luego de las acreditaciones, el acto oficial inició con una ceremonia ancestral y al grito de «Marichi wew», que significa «diez o mil veces venceremos».
El discurso de apertura por parte de la organización iniciaba de esta forma:
“Hoy les recibimos en territorios ancestrales, huarpes, comechingones y ranqueles, donde indígenas originarias, que son mujeres y disidencias, hemos resistido y continuamos haciéndolo desde hace más de 500 años. Tierra donde la Pancha Hernández, junto a otras luchadoras por la independencia de la Patria Grande, defendieron a quienes menos tenían, a fuerza de cuchillo y valentía. Tierra que vio nacer Virginia Bolten, anarquista, feminista, sindicalista, obrera comprometida con los derechos de nuestra clase, denunciando la triple opresión de las mujeres: ‘Ni dios, ni patrón, ni marido’.
Somos plurinacionales porque quienes habitamos este territorio, somos indígenas, originarias, marronas, negras, migrantes. Somos mujeres que necesitamos ser nombradas porque seguimos siendo asesinadas. La invisibilización nos pone en riesgo. Este sistema se sigue apropiando de nuestro trabajo, seguimos garantizando los cuidados; seguimos ocupando más tiempo para criar, cocinar, limpiar, acompañar. Somos lesbianas, travestis, trans, intersexuales, bisexuales y no binaries que siempre participamos en los encuentros pero que nunca fuimos nombrades. ¡A la clandestinidad y a la invisibilización no volvemos nunca más!”
A pesar de todo, les hicimos el encuentro
En los días previos al Encuentro comenzaron a circular falsos rumores y mensajes de miedo y odio, con repercusión en algunos medios de comunicación locales. En esos mensajes se decía que hombres y niños debían tener cuidado, no salir a las calles y mantenerse ocultos por podían peligrar sus vidas, demonizando -como tantas otras veces- a las mujeres y disidencias que estaban próximas a reunirse. Iglesias manifiestaron su temor y tapiaron sus puertas y ventanas, y algunos comercios se negaron a trabajar. Como en el cuento de García Márquez “Algo muy grave va a suceder en este pueblo”, los rumores crecieron y muchas personas se autoconvocaron no al encuentro sino al temor por las desgracias que imaginaron ¿Con qué se encontraron cuando llegó el día?
“Yo no sabía que venían a hacer a talleres”, “pasé por la feria de artesanas, muy hermosa”, “espero que las hayan recibido bien, muy amables las chicas”. Comentarios al pasar de personas que no se encontraron con las “temibles feministas”, y que estaban totalmente desinformadas respecto a las verdaderas actividades del encuentro.
El corazón del esperado evento fueron los talleres: más de cien propuestas, dispersas por toda la ciudad en distintas instituciones. La ciudad se vio repleta de mujeres y disidencias conversando de acerca de la deuda que la sociedad y el Estado tiene con todas y todes, pero no solo en los talleres, sino también en cada esquina, plaza, kiosco y bar. El espacio público también fue tomado, y quizás fue lo que más emocionó a quienes concurrieron. La posibilidad de caminar sin miedo por las calles, de sentir la compañía y protección de personas desconocidas pero que abrazan las mismas ganas de luchar y reclamar por justicia y verdadera libertad.
En el acto de cierre, se eligió por ovación a Bariloche, Río Negro, como la sede para el próximo Encuentro Plurinacional, territorio mapuche y tehuelche, donde los pueblos naciones indígenas son criminalizados y se ven violentados sus derechos. También se mencionó que en Río Negro avanzan cada vez más las empresas extractivistas que usurpan territorio ancestral para explotar para su beneficio económico. Para apoyar esa lucha y todas las que quedan por saldar, allí estará el movimiento transfeminista, pisando fuerte en las tierras que nos pertenecen y exigiendo los derechos que sabemos que vamos a ganar.