La Memoria y el Teatro
La obra Cóndor de Susana Tampieri recorre simbolismos de un tiempo dramático del terrorismo de Estado
Doctoranda Daiana Calabrese[1]
“Las memorias son procesos subjetivos e intersubjetivos, anclados en experiencias y marcos institucionales. Con sus recuerdos, silencios y olvidos, son siempre plurales y, en general, se contraponen o entran en conflicto unas con otras” Jelin Elizabeth (2021)
Dado que observar una obra artística implica elegir un camino, y ese camino implica enfrentarse a nuestras decisiones de vida, gustos estéticos, sensibilidad humana, crianza y opciones para discernir entre tantas otras, es que también elegiremos un análisis de lectura y de interpretación que se adecue a dicha conformación y al territorio.
En esta oportunidad nos detendremos en el texto dramático Cóndor de la mendocina Susana Tampieri.
Hacemos una breve biografía de la autora, no a modo enciclopédico, sino a modo de presentar el cuerpo de la dramaturga y de cómo ella nos lleva a transitar diferentes estados.
Susana Tampieri (1934-2020) fue escritora, notaria, atea, feminista, traductora y dramaturga, con más de cincuenta años en el teatro.
Nació en la ciudad de Vicente López en Buenos Aires; luego se muda a San Francisco – Provincia de Córdoba, y en 1947 que se traslada a la Capital de Córdoba. Se formó intelectualmente en Córdoba y, cuando obtuvo una beca, se formó en los Estados Unidos durante el año académico 1954/55. A su regreso retomó sus estudios en Derecho en la Universidad Nacional de Córdoba y su militancia reformista.
A los 20 años participó activamente en la Revolución Libertadora, durante la cual transmitió boletines revolucionarios en Radio Universidad. En 1956 publica su primer libro “Poemas de mi sangre”. Terminó sus estudios en abogacía, se diploma de traductora de inglés en la Universidad Popular Argentina en Córdoba y se radicó finalmente en Mendoza durante el año 1963, cuando contrajo matrimonio con su colega y compañero de lucha, Hugo Armando Estrella.
Fue miembro activa de numerosas organizaciones de defensa de los derechos humanos y civiles. Ejerció la docencia media y fue directora de Cultura de la Municipalidad de Mendoza Capital (1983/84). También fue cofundadora de la Campaña Nacional por el Aborto Legal de 2005, entre algunas de sus actividades.
Con más de treinta textos dramáticos, la mayoría de ellos han sido puestos en escena en diferentes teatros de la República Argentina e incluso varios han sido premiados.
Susana Tampieri está signada por la generación que vivió el arte y la vida como “compromiso”. Y de esta marca epocal no se ha desprendido. Fue una de las primeras mujeres que se animó al género dramático en Mendoza y con eso abrió el camino para que se desarrollara la dramaturgia femenina en la provincia.
La obra, la memoria
Su texto dramático Cóndor (1998) recibió el premio “A las Tablas” de la provincia de Mendoza. Posteriormente, diversos grupos de teatro lo llevaron a escena en diferentes provincias del país. Susana traduce Cóndor al inglés y en el 2002 se estrena en Londres. La obra tuvo excelentes críticas. Luego, La dirección del Teatro Nacional Cervantes la invita a dar una charla sobre “Cóndor”, en el marco de la Primera Feria del libro Teatral en CABA 2003.
La obra Cóndor escrita en el periodo de posdictadura y su argumento nos cuenta la historia de los miembros de una familia (papá, mamá, hija e hijo) de clase media acomodada que se han instalado en un barrio del que desconfían: temen por su seguridad. Entonces, deciden contratar a una agencia de seguridad para que los custodien y protejan. El empleado designado por la agencia, que se hace llamar Cóndor, pasa a dirigir la vida de estas personas, coaccionándolos y al mismo tiempo creando por medios propios la situación de inseguridad. Entre el juego de humor y situaciones siniestras, el personaje Cóndor comienza respetuoso y obsesivo con la seguridad de la familia utilizando métodos extremos; al momento de que pasan los días, el personaje va teniendo más poder en la casa y su vínculo con la familia es violento, agresivo y controlador de cada movimiento de la misma.
Quisiéramos detenernos aquí ya que hasta el momento la temática y problemática central podría ser el dilema entre libertad y seguridad, el machismo y la violencia, no teniendo una conexión directa con la dictadura militar del ‘76 salvo el nombre de la obra “Cóndor” que lo desarrollaremos más adelante. Pero desde la mitad de la obra en adelante empiezan a sembrar unas pistas de dicha temática.
Por ejemplo: Inés el personaje de la madre, desde su inocencia, sin entender bien el trabajo de Cóndor le pregunta ¿Cómo se considera a usted mismo?
Cóndor orgulloso responde: “Como un boina verde del asfalto”, dejando entrever un primer comentario relacionado con los grupos militares.
Otras frases que utiliza el personaje Cóndor y que en varias oportunidades repiten lxs integrantes de la familia son: La Agencia los está protegiendo. ¿Me entienden? Ya no estarán solos NUNCA MÁS. ¿No es maravilloso? NUNCA MÁS SOLOS. Nosotros velaremos por la seguridad de ustedes. TODO EL TIEMPO.
En los diferentes diálogos en el transcurso de la obra se pueden encontrar palabras que hacen referencia a la dictadura militar del 76 como: teléfono pinchado, centro de estudiantes, mangrullo, cuerpos que sacaban de otras casas envueltos en bolsas negras, etc. Toda la familia repite todo el tiempo lo que dice Cóndor.
Hasta que en las últimas páginas de la obra Cóndor lo dice explícitamente:
Cóndor a Inés: “Tenés un terrorista” por el hijo Lucas que no aparece físicamente en la obra sino llama por teléfono y golpea la puerta al final para que lo dejen entrar porque está perseguido por las fuerzas militares y policiales. “Andate comprándote un pañuelito blanco” su expresión es sobre las Madres de Plaza Mayo que comenzaron a reunirse en dicha plaza el sábado 30 de abril de 1977.
El supuesto final de la obra es escalofriante y sorprendente al mismo tiempo. Cuando pensás que el texto dramático está culminando con Cóndor golpeado en el suelo e Inés yendo a abrirle la puerta a Lucas. Apagón con voz en off:
“Nadie se mueva. se quedan exactamente donde están. Esta sala está rodeada. Todos los aquí presentes están identificados y fichados. Los personajes abandonarán la sala con las manos en alto. (Cenital ilumina a los actores, que bajan del escenario, en fila india, con los brazos en alto). Aconsejamos no moverse de su sitio. Los estamos filmando. Conocemos sus rostros. Cualquier actitud de aprobación o desaprobación será interpretada como complicidad. Y hará constar en sus legajos personales. PROHIBIDO APLAUDIR. PROHIBIDO OPINAR. PROHIBIDO DISENTIR. PROHIBIDO PROHIBIDO PROHIBIDO”.
Se prende las luces y la escena continua con toda la familia reunida recibiendo a Cóndor que se va a vivir con ellxs.
Nos detenernos en el personaje Cóndor de boina verde que trabaja en la Agencia de Seguridad. La dramaturga hace referencia al Adoctrinamiento de Seguridad Nacional implementado por la dictadura militar Argentina, con el fin de suprimir sectores políticos de izquierda, e impulsar un nuevo modelo económico centrado en garantizar beneficios crecientes a los sectores más conservadores y con mayores recursos materiales.
Es decir, Susana Tampieri propone un diálogo donde juegan en un espacio liminal entre el lenguaje teatral y la sociedad, entre la historia y el presente, entre los actores/actrices y los personajes, entre los actores/actrices y los espectadores, entre la ficción y la realidad, estableciendo lo liminal en las zonas de frontera, de cruces entre el teatro y otras disciplinas, como una antiestructura que pone en crisis los estatus y jerarquías teatrales establecidas universalmente.
Si bien el fenómeno de la dictadura militar atraviesa a toda Latinoamérica, las producciones particulares de los argentinos y argentinas llevaron a la teatrología a descubrir esta macropoética, este modo que sólo podría darse en una territorialidad.
Con esta propuesta la dramaturga propone señalar varios acontecimientos sucedidos en la dictadura militar, uno de ellos es el Plan Cóndor también conocido como Operación Cóndor, fue una campaña de represión política y terrorismo de Estado respaldada por Estados Unidos, que incluía operaciones de inteligencia y asesinatos de opositores. Fue implementada oficial y formalmente en noviembre en 1975 por las cúpulas de los regímenes dictatoriales del Cono Sur. Esta coordinación implicó, oficial y directamente, el seguimiento, vigilancia, detención, interrogatorios con tortura, traslados entre países, violación y desaparición o asesinato de personas consideradas por dichos regímenes como “subversivas del orden instaurado, o contrarias a su política o ideología”.
Entendemos entonces que, se le da entidad a un hecho político y social, se lo hace existir a través de formas particulares de abordar los fenómenos de percepción y de expresión, formas liminales y voces encarnadas en escritos, casi como los fantasmas que algo nos quieren contar y en este caso, en la obra de Susana Tampiri, en lugares que reconocemos, en lugares de la memoria.
Con este trabajo nos proponemos rescatar la obra teatral Cóndor de la autora mendocina en la cual propone la transformación de los artistas en mediadores y voz de aquellos a quienes les fue negado el derecho a contar. Visibilizando y rescatando la memoria e identidad como un trabajo que se volverá imprescindible, no sólo como un modo de reafirmar el Nunca Más, sino como homenaje y memoria de los que fueron privados de voz.
[1]Doctoranda en la Universidad de la Universidad de Buenos Aires. Becaria del Conicet. Investigadora, productora, actriz y profesora. Organizadora general del Festival Internacional de la Palabra en Escena y editora general de le Revista La Palabra en Escena.