Expresiones de la Aldea, San Luis

Anatomía de mi melancolía

Paula Wald (*)

Entre las diferentes varas que existen para medir nuestros estados de ánimos, descubrí  la asociación  de determinadas emociones con ciertas puntadas en mi cuerpo que se atreven a nombrar lo innombrable con hinchazones, quejidos, desganos, falta de fuerza para dar un paso; cansancio extremo.

Querer correr y que todo quede lejos. 

Abrupto, de golpe, un sueño descomunal me tira donde esté como si me hubiera apagado.

Respiro, medito, recupero fuerzas y sigo caminando.

No sabía hasta donde se había metido esta melancolía viajera.

Por huesos,  ventanas abiertas, también cerradas. En el sinsentido de tantas cosas que suceden sin rumbo fijo, acariciadas por esta neblina que entorpece la vista en instantes de insomnio.

Que va y viene como la  misma  brisa del mar.

Se había comenzado a construir una conciencia de mí misma que hasta el momento ignoraba, escondida bajo la alfombra donde lo que duele se acurruca creyendo no ser vista.

Un día descubrí que la razón de esa niebla gris expandida por  mis rincones sin límites tenía su origen, un nombre. Tenía posibilidades de ser vista  y escuchada. Mi corazón se ensanchó de a poco a medida que la niebla se fue disipando en amaneceres de colores brillantes.

No era melancolía, dijo el doctor,  era ausencia de la be-doce.

(*) Shakti (Paula Wald) Me dedico hace muchos años al Teatro, dirigiendo, dando clases a todas la edades; escribiendo, produciendo. Hago trabajo corporal desde los cinco años: danza, expresión corporal, mimo, acrobacia, danza libre; soy  profesora de TATri  Yoga,  TATri meditación y TATri respiración consiente. Tengo cuatro hijos. Voy al taller literario de Viviana  Bonfiglioli desde hace varios  años. Escribo desde los veintipico. Escribir es una forma  más para mí, de expresar lo que veo, lo que siento.