Jorge Herrera, 26-02-2023
Mi nombre es Jorge Herrera, nací el 18 de marzo de 1972 en Buenos Aires, pero a los cuatro meses mi vieja me trajo a Monte Maíz, porque allí tenía a su madre y familiares. Mi infancia fue linda, en un pueblo chico, el fútbol fue mi primer pasión, hasta que a los nueve años, en una ronda de amigos, donde andaba dando vueltas un cigarrillo, yo dije que no quería, porque quería cuidar mi voz para ser cantante.
Mi madre nunca me dio permiso para aprender a tocar la guitarra, porque mi abuelo tocaba en los boliches y llegaba ebrio, ella no quería lo mismo para mí. Nunca pude aprender en la casa, era la condición para que mi madre me dejara cantar, siempre estuvo el tema del alcohol como recomendación: hasta la actualidad no sé lo que es emborracharme o un cigarrillo, siempre me cuidé. A pesar de ello en mi carrera de cantante todavía no he podido cumplir el sueño de comprarles una casa a mis hijos. Otro de mis sueños es poder cantar con mis hijos algún día en el escenario.
Comencé a cantar a los ocho años en el colegio de Monte Maíz y, siempre como ahora, tuve mucha vergüenza y miedo, lo que también siempre me lleva a hacer las cosas bien. A los veintiún años llegué a San Francisco del Monte de Oro, se puede decir que allí nací artísticamente, y me emociona revivirlo en este momento. Primero tuve la oportunidad de estar frente a un micrófono en un programa de radio, allí pude conducir un programa, con la música que pasaba en el programa cantaba en vivo al aire. Con el tiempo me buscaron los integrantes de un grupo llamado Eclipse, y me propusieron cantar con ellos, posteriormente el grupo se disolvió y volví a Monte Maíz, allí formé parte del grupo llamado “Apuru Runas”, que significa Nuestra Gente, ellos hacían música del altiplano. Junto a ellos en 1996 llegamos al festival de Jesús María, donde fuimos “Mención Especial”, volví en 1997 presentándome como solista y gané la final.
Fui revelación en 1998. En el mismo año conocí a Los Nocheros, con quienes aún mantengo una muy buena relación, artística y personal, tanto que en diciembre pasado grabé una chacarera con ellos, que acaban de mandarme, se llama “Premio o Castigo”.
Comencé a trabajar con Jorge Rojas en agosto y en septiembre de 1999 salió el disco con su producción, llamado “Corazón Americano”, con el que logré la consagración de Jesús María en el año 2000, y revelación en diferentes festivales del interior del país. En el año 2003 seguí mi carrera presentando Corazón Americano, esperando grabar el segundo disco que finalmente no se editó con el sello DBN, por ello rescindimos el contrato con Jorge Rojas. También cae enferma mi madre, lo que me afectó las cuerdas vocales y no puede cantar por un largo tiempo.
En el año 2012 nació mi hija Agustina y arranqué de a poco. En 2015 nació mi hijo Salvador y me dije: “tengo que defender mi trabajo que es la música”, aunque no tengo problema en trabajar en cualquier oficio, desde las tareas de campo, o pintor de obra o peón de albañil, pero logré llevar adelante a mi familia con la música. En 2000, cuando estaba con Jorge Rojas, tuve la posibilidad de grabar con “Los Amigos”, que estaba integrado por Sergio Galleguillo, con quienes grabé la balada “Cuando te miro”. En el año 2001 participé en el disco “La ley y la trampa”, del Chaqueño Palavecino, en el tema “El dedo en la llaga”. En 2002 grabé con Leandro Lovato un huayno llamado “Tu luz”, en 2003 grabé con Tamara Castro el gato llamado “Gatito pa´ mi mamá”.
En San Francisco del Monte de Oro tengo muchos amigos, está el primer músico que me acompañó cuando decidí cantar, que es Marcelo Vivas, él es mi hermano y su familia es mi familia (emocionado). También está la familia Puertas, familia Camargo, Quique Pereti y su esposa que ya no están, pero siempre paso por la puerta de su casa como si me estuvieran esperando. Con la familia Coria, que vive en Luján, siempre coincidimos en vacaciones, porque San Francisco siempre será mi lugar en el mundo.
También mantenemos contacto con Leonardo Quevedo, de Los Fulanos, y muchos grandes amigos que no quiero olvidar. Estoy dedicado ciento por ciento a la música, canto desde melódico hasta bailable, haciéndolo como solista en el escenario, solo yo y mi computadora.
En pandemia hice streaming desde casa y prácticamente a la carta, eso hoy lo llevo al escenario. Hace poco estuve en el Festival del Trigo en Castex, luego participé de otro festival en La Francia, Córdoba, tengo bastante trabajo de esta manera solista, cantando mis canciones y lo que pida el público, desde Palito Ortega hasta Los Palmeras. Sueños tengo permanentemente, como toda persona, más allá de la meta de cantar con mis hijos, que son Agustina y Salvador, a los dos les gusta la música, pero no los apuro, les doy su tiempo.
Soy un soñador que lo único que quiere es cantar y llegar a los corazones de la gente, sacarles algún recuerdo, alegría o alguna lágrima, pero siempre con profundo respeto y cariño.