¿Un humor particular?
Un análisis del impacto de la sitcom argentina Casados con hijos
Por Naomi B. Calabrese Cunti
Al estudiar el campo de la comunicación y sus múltiples formas, siempre aparecieron
fenómenos que captaron mi atención. La sitcom de la cual decidí analizar una parte de su audiencia conforma uno de dichos fenómenos. “Casados con hijos” resulta un remake de un formato estadounidense, estrenado en Argentina en el año 2005.
En sus primeros capítulos, la audiencia marcó un promedio de 17,1 puntos de rating. Pero los números de los últimos capítulos no conformaron a la emisora, por lo que decidieron darla por terminada. Pero entonces ocurrió algo que sorprendió a la emisora. En el verano del 2006, comenzaron a repetirse esos primeros capítulos de la sitcom y, muchas personas que no la habían visto el año anterior, comenzaron a visualizarla, produciendo niveles de audiencia inesperados y muy superiores a los de su emisión original. Esto obligó a los productores a reunir nuevamente al elenco completo para grabar una segunda temporada, que se puso al aire entre el 14 de agosto y el 28 de diciembre del mismo año, y marcó un promedió de 21,7 puntos de rating con picos de más de 30 y retransmisiones internacionales. Desde ese primer momento, el canal productor de la sitcom (Telefe) repitió y mantuvo al aire los episodios durante más de una década.
Indagar decodificaciones
La metodología y forma de proceder fue a través de encuestas que circularon por redes, específicamente pensadas para abarcar distintas audiencias; una formulada para un grupo de personas argentinas y otra para un grupo de personas mexicanas, intentando dar respuesta a cómo se visualiza y opina sobre un producto cultural conocido y propio a la cultura y la visión que se obtiene después de ver fragmentos de un producto desconocido y extranjero.
Transmitido en un horario familiar, durante el almuerzo, significó y marcó la infancia y
adultez joven de la mayoría de la población argentina. Muchos y muchas crecimos viendo las desventuras de la familia, en especial del padre ya que las figuras masculinas protagonizan, no terminando de comprender muchos de los chistes y bromas, por su alto contenido adulto.
Es por esto que su audiencia argentina se puede dividir en dos: padres, madres y otros adultos que comprendían la totalidad de la sitcom por un lado y por el otro, niñas y niños que muchas veces no llegábamos a entender la broma pero nos reíamos con el resto de la familia.
Teniendo en cuenta dichas consideraciones, al momento de encuestar decidí dividir a la audiencia argentina en dos grupos etarios. Un grupo que engloba a aquellos que tienen entre 20 a 35 años, representaría a los infantes y adolescentes que crecieron con el producto cultural. El grupo etario de entre 50 a 65 años son los y las adultas que elegían ver el programa de una forma más consciente y, como los resultados han mostrado, compartirlo con su familia (el 71% de les encuestados respondió que el ámbito donde veía Casados con hijos era el familiar).
El total de encuestados fue de 57 participantes; siendo 40 mujeres, 15 hombres, una persona no binarie y una persona que prefirió no identificar su género. Solo un 11% del grupo respondió que no veía el programa (6 personas) lo cual apoya la idea de que una gran mayoría de quienes nacieron en el 2000 o principalmente antes han visto el programa en más de una ocasión. Cuando se les pidió que lo definieran en tres palabras, el adjetivo “divertido”surgió 15 veces, representando el 28% del total que, seguido de “entretenido” (13 veces), fueron las más elegidas. Luego le sigue “machista” que fue elegida 12 veces. Además, en 21 de las encuestas se eligieron uno o más adjetivos con connotaciones negativas para describir la sitcom.
Me detengo un momento en esta parte, para destacar que el que un 21,5% respondiera clasificándola como machista no es casualidad; actualmente es criticada ampliamente por su visión y forma de retratar a las mujeres. Los personajes principales femeninos (la madre Mónica y la hija Paola) son retratadas como tontas, incapaces, superficiales y cuestionadas por su sexualidad, al igual que la mayoría de los personajes secundarios. El único personaje femenino que se muestra inteligente y profesionalizada (la vecina María Elena) es mostrada como una “loca histérica”, indeseable sexualmente y violenta.
En el momento en que fue emitido, no se cuestionaban estos aspectos ya que el machismo era la base de la sociedad de esa época. Como lo desarrolla Eco, la lectura de las audiencias se debe integrar a la crítica cultural, debido a que la variabilidad de la interpretación y la autoridad de determinadas lecturas de las audiencias se integran y relacionan con la realidad contemporánea de la sociedad de consumo. Tanto el contexto en el que se encuentra el espectador como la identidad del mismo tienen el poder de cambiar el mensaje. Por esto no resulta sorprendente que actualmente la misma audiencia que elegía ver Casados con hijos la examine más críticamente; en específico el grupo más joven, al haberse formado y crecer cuestionando los valores patriarcales.
Se puede observar que convive cierta melancolía por el ritual que significaba ver la sitcom y reírse en familia con los sentimientos contemporáneos de enojo e indignación por los valores que promueve.
La gran mayoría (el 65%, descontando a quienes solo respondieron que no estaban enterados de la nueva versión) contestó que no la volvería a ver y que no veía la necesidad de que se realizara un remake. Además, en varias encuestas surgieron comentarios sobre que “envejeció mal” haciendo referencia a su contraste con los nuevos tiempos. Lo que. recuerda a lo desarrollado por Stuart Hall sobre que “no hay un significado final y absoluto -ningún significado es definitivo sino solamente la cadena de significación eternamente desplazada- […]”.
Otro aspecto a resaltar es que quienes utilizaron la palabra machista/misógina en sus respuestas fueron mujeres, en su gran mayoría pertenecientes al grupo más joven. Lo que ejemplifica cómo la codeterminación ideológica presente en el discurso, el programa, que representa la desconstrucción del mismo y los significados que le da la audiencia, que es la reconstrucción, varían de generación en generación (Nightingale, V; 1999).
Se deberá tener en cuenta que hay públicos cuyas decodificaciones reflejaran sus propias condiciones sociales y materiales (Hall, S; 2010), y esto toma forma en mujeres (la mayoría de más de 50 años) representándose con Mónica o María Elena cuando se les preguntó si se identificaban con alguno de los personajes. En una de las encuestas se hizo mención a que la mujer se veía reflejada en el maltrato que Pepe (el padre de la familia en la sitcom) ejercía sobre su mujer.
Se reconoce entonces que hubo varias generaciones que crecieron manteniendo formas de relacionarse dañinas y machistas que coincidían con las relaciones plasmadas en la serie. Con esto no quiero decir que quienes la crearon y guionaron buscaron explícitamente fomentar este mensaje; sino que al momento de crear un mensaje simbólico se elige de un campo de significados en el cual avasallan al resto un repertorio de ideologías dominantes (Hall, S.; 2010) y la imagen de la familia patriarcal con un fuerte desmerecimiento hacia la mujer dominaba en la época.
En cuanto al grupo mexicano encuestado, el 78% no conocía el programa, el resto había escuchado sobre él o visto un capítulo. En cuanto a sentimientos, coincidieron con el grupo argentino en alegría y diversión, pero también surgió la palabra “desconcierto”. La mayoría afirmaba no haber comprendido frases o palabras en específico o incluso la totalidad del “idioma argentino” o el humor. Que la mayoría haya presentado problemas con la interpretación del humor o habla utilizado demuestra cómo el producto fue hecho y pensado para circular en un público determinado, el argentino. A pesar de los niveles de globalización actuales y de que el programa fue vendido a otros países, el humor resulta particular al ser construido colectivamente y marcado por la cultura en la que aparece y a la cual pertenece.
Casados con la labor discursiva
Hall defiende que el significado no está incluido en las obras culturales sino que surge como la labor discursiva de una comunidad interpretativa. Tengo la certeza de que si se hubieran encuestado a las mismas personas allá por el 2006/2007, años de auge de Casados con hijos, las connotaciones negativas relacionadas con su mensaje patriarcal y machista no hubieran surgido. Es a través del cambio de paradigma y la aparición con fuerza de discursos feministas que se han instaurado en el imaginario colectivo que surgen estas interpretaciones.
La labor discursiva se ve influenciada por estos “nuevos” (porque en realidad de nuevos no tienen nada pero sí han logrado ganar más terreno en los últimos años) discursos en los que la perspectiva y el espacio que ocupa la mujer cambia y por relación, se modifica la comunidad interpretativa.
Considero que el trabajo, aunque acotado, logra demostrar que las audiencias no son para nada pasivas y estáticas (la categoría de “hombre-masa”) como se creía en las primeras teorías de la comunicación; al contrario, son dinámicas encontrándose en constante cambio y participan activamente, en diferente medida, de la construcción de aquello que consumen.
El recorrido me remite a la frase de Hall “todos nos hemos convertido históricamente, fantásticamente, en agentes codificadores y codificables” y le agrego: el problema radica en que debemos cuestionar más aquello que codificamos y en cuál campo de significados se inserta.
Bibliografía:
– Nightingale, V. (1999) en “El estudio de las audiencias: el impacto de lo real”.
Prólogo y Capítulo 1. Editorial: Paidós.
– Hall, S. (2010) en “Sin garantías: Trayectorias y problemáticas en estudios
culturales”. Envión Editores.
Excelente propuesta la del articulo que me deja pensando sobre el éxito de esta serie que este año se llevó al Teatro.
Nunca me gusto ningún tipo de programación que sea ridiculizar a la mujeres . Tengo 63 años y aun no comprendo el humor desde la descalificación .. Si bien es una manera de imponer el machismo también es utilizarlo para entretener a las masas dormida que consumen ese tipo de » HUMOR » .Curiosamamente hay muchas series que dejan a la mujer hueca , tonta y demás . Gracias por este informe !!