La Aldea y el Mundo, San Luis

A propósito de la inteligencia artificial…

Editorial

Cuando las versiones son muchas, y una cuestión aparece sumergida en cierto manoseo, el diccionario suele ser una formidable tabla de salvación. Sobre todo, si se tiene en cuenta que el lenguaje es uno solo, y las palabras significan lo que significan y no lo que cada uno quiere que signifiquen. Sin embargo, algunos hábitos, algunas costumbres, algunos momentos imponen, o pretenden hacerlo, términos con una connotación algo diferente y más o menos definida.

Entonces: para la Real Academia Española, la inteligencia es la capacidad de entender o comprender. La capacidad de resolver problemas. El conocimiento, comprensión, acto de entender. El sentido en que se puede tomar una proposición, un dicho o una expresión. La habilidad, destreza y experiencia. El trato y correspondencia secreta de dos o más personas entre sí. Incluso la señera institución del lenguaje se permite referir a la inteligencia emocional como la capacidad de percibir y controlar los propios sentimientos y saber interpretar los de los demás. O referir a la acepción de la inteligencia como el conjunto de intelectuales de un país. O el conjunto de ideas y valores de una comunidad, de un país, etc.

Lo artificial es: hecho por mano o arte del hombre. No natural, falso. Producido por el ingenio humano. Y aunque en cierto desuso, Disimulado, cauteloso. Cabe ser más elocuente: Que ha sido hecho por el ser humano y no por la naturaleza (lago artificial).Que no se ajusta a lo que ya hay en la naturaleza (sabores artificiales).Artificial es algo que no es natural. Su sentido original, en relación con un artefacto o artificio, se refiere a un producto de la actividad intencional; como sinónimo de «hecho intencionalmente».

En algún tiempo se solía destacar lo natural o condenar lo artificial. Se ponderaba un jugo natural de frutas sobre uno artificial. Se entendía que lo hecho por la naturaleza era más sano, más puro que aquello en cuya creación había intervenido el hombre.

Finalmente, la Real Academia Española define “inteligencia artificial” como la “disciplina científica que se ocupa de crear programas informáticos que ejecutan operaciones comparables a las que realiza la mente humana, como el aprendizaje o el razonamiento lógico”. Una cuestión para abarcar desde múltiples miradas. Pero para comenzar a hacerlo vale la pena una precisión que suena obvia, pero que siempre vale la pena considerar: a la inteligencia artificial, justamente la creó el ser humano. Y se entiende que todos lo saben, lo que valdrá la pena es recordarlo a la hora del juicio para premiarla o para condenarla.

PASÓ Y PASARÁ EN ESTE SEMANARIO

Desde que apareció ChatGPT se instaló una nueva curiosidad. Es un prototipo de chatbot de inteligencia artificial desarrollado en 2022 por OpenAI especializado en el diálogo, el chatbot es un gran modelo de lenguaje, ajustado con técnicas de aprendizaje tanto supervisadas como de refuerzo.

Usuarios de todas las latitudes se lanzaron a probarlo, a jugar, experimentar, investigar, confundir. Por supuesto emergieron nuevas teorías conspirativas en torno a que las inteligencias artificiales podrían, fuera de control, dominar el mundo. Pero también gente especializada ha hablado seriamente del tema, alertando en algunos casos sobre la necesidad urgente de legislar antes de seguir experimentando.

En esta edición del semanario decidimos experimentar con estas herramientas y otras similares que generan además de textos, imágenes y música. La idea fue aprender, alertar, chequear la información, demostrar en qué casos la participación activa del usuario es imprescindible.

Permitimos imaginar relaciones absurdas y pedirle a la inteligencia que las escriba, crear arte a partir de disparadores, buscar y detectar cuando aparece el sesgo de información con la que fue entrenada, hablamos con un experto real, entrevistamos ficcionalmente a uno de los precursores de estos lenguajes: Alan Turing. Le dimos la palabra a la propia inteligencia artificial para que defienda y alerte sobre sus usos.

Y la puntanidad: ¿cómo podía conversar con estas herramientas? Un horóscopo puntano, una charla de Iris con doña Petrona, un test de personalidad guiado por María Delia Gatica de Montiveros y una fundación de San Luis. ¿Podría la IA resolver grandes problemas ambientales?,  ¿hacer la tarea de un estudiante? Y ¿encontrar el testamento de Jorge Luis Borges y María Kodama? ¿Deben preocuparse los representantes de lo artístico? ¿O deben autoexigirse y trascender a estas herramientas? ¿A quién se pondrá en el banquillo de los acusados? ¿De verdad va a alterar los roles y los trabajos? Terapeutas, chefs, redactores, diseñadores, programadores, contenidistas, traductores, educadores, etc., etc., tienen aquí un desafío, pero también una oportunidad. El rol de los estados no es menor.

Agradecemos en estos recorridos el asesoramiento y ayuda que nos dieron el Lic. en Computación Gerónimo Bazán Pereyra, la estudiante de informática Sofía Losowski y a todo el equipo y colaboradores que se prestaron a experimentar.

Es la aldea y el mundo, el arte, la ciencia, la tecnología, el medio ambiente y la inteligencia artificial, en estas páginas que invitan a seguir conociendo el mundo.