Slam de Los Molles: picante como el quitucho
Por Eliana Cabrera
Tal vez las palabras parezcan ingenuas y hacer uso de ellas nos parezca común y cotidiano. Pero la palabra poética, la que trasciende los esquemas reduccionistas del uso diario y explora lo extraordinario, bien puede convertirse en armas y escudos. La poesía transforma e impacta. Algunas más que otras, y eso es lo que se pone en juego en los slams de poesía.
Los slams tienen su origen en la década del 80 en Estados Unidos, cuando Marc Smith inició una serie de recitales poéticos en un club de Jazz llamado Get Me High Lounge y poco a poco fueron realizándose en distintos puntos del mundo. A Argentina llegó en 2009 y hoy la cultura del slam se encuentra presente en la localidad de Los Molles, San Luis, donde los y las participantes llevan a cabo su propia competencia, teñida del territorio y sus particularidades.
Facundo Kishimoto es uno de los organizadores del evento y explica que “un slam es un torneo poético, un juego cuyas reglas son recitar de pie un texto, que sea propio, y en un máximo de 3 min 10 segundos. En este juego, lxs ganadorxs se erigen mediante el voto de tres jurados elegidos al azar entre el público. Los puntajes van del 0 al 10, como en los juegos olímpicos. Además, en el Slam Los Molles, tenemos la tarjeta Rayo, que cada juradx puede utilizar una sola vez durante el evento. Posibilita que lx participante pase a la segunda ronda. Siempre hay unx poeta que realiza un poema sacrificial, para que el jurado entre en calentamiento y el público y todxs se templen”. Con poema sacrificial se refiere al primer escrito que se lee, una suerte de introducción para una velada donde cada quien se pondrá en carne viva con sus propios poemas y serán escuchados y apreciados por el público y jurado.
Estos encuentros se realizan generalmente en la Biblioteca Popular José Manuel Estrada, mejor conocida como “La biblio de Los Molles”, un espacio cultural que ofrece gran variedad de talleres, además de un espacio acogedor para leer, curiosear y llevarse prestados libros de todo tipo. El primer slam que se organizó fue en enero de 2020, en una de las “Ferias de Los Molles” que se realizan los terceros domingos del mes y que son organizadas de forma abierta y autogestiva. En 2021 y 2021 realizaron algunos slams de forma esporádica pero ahora intentan gestionar uno por mes.
¿Tienen algún rasgo regional que los caracterice?
“En los slams que he participado, generalmente los nombres de las copas son juegos de palabras o temáticas que a veces sirven de disparadores a la hora de producir textos. En nuestro caso, la primera se llamó Copa algarroba, ya que durante aquel verano vimos muchas vainas de algarroba y nos pareció oportuno.
La voz de los poetas de la zona tiene un tinte muy naturalista. La copa quitucho (ají picante del monte) fue más provocadora, por ejemplo”, comenta Facundo. Otras ediciones de este slam han llevado el nombre de “Copa Albahaca”, “Copa Chañar” o, la última que se realizó, “Copa Tomillo”.
Facundo afirma que: “El 7 de julio, en el marco de la primera Feria del Libro de Los Molles, realizaremos nuestra primera copa de Campeonxs, un slam cerrado en el que solo participarán lxs ganadorxs de todos los torneos que han sucedido, desde la copa Algarroba (2020) a la copa Tomillo (2023)”. Una invitación para escuchar y observar cómo se ve un combate de palabras, que podría confundirse con una batalla de rap, pero tiene una impronta literaria distinta. Si bien se trata de un torneo y existe una competencia entre los y las poetas, esto también es un medio
