Pool Taype Amao
Mi nombre es Pool Taype Amao, nací el 30 de octubre de 1988 en el Valle del Mantaro, provincia de Huancayo, departamento de Junín, que es una región selvática en Perú. Soy artesano y me dedico a viajar para llevar mis trabajos. He estado en varias provincias argentinas y, por elección, vine a estudiar Producción Musical en San Luis.
Durante los veranos e inviernos, me alejo de la provincia para trabajar y luego regreso. Desde niño he sido artesano, al igual que todos los miembros de mi familia. Desde pequeño he estado influenciado en el aprendizaje de hacer arte con las manos. Hago bisutería, y dentro de la búsqueda de técnicas también practico la biomecánica o filigrana.
Utilizo una mezcla de varios metales y piedras, semillas, para crear dijes para collares. Los llamo «dijes ceremoniales» ya que tienen una forma especial que posteriormente protege al portador.
Todos los días estoy en la Plaza Pringles de 18 a 20 horas, ofreciendo mi trabajo. También hago pulseras, es mi forma de generar ingresos para vivir. Hacer esto es algo que me gusta, no es un esfuerzo, sino un disfrute.
Para mí, estudiar una carrera universitaria es un regalo, una experiencia y una aventura nueva. Vine para estudiar producción musical, pero al año me cambié a la Universidad de La Punta para estudiar postproducción de cine. He realizado un documental de cuatro años sobre una familia Huarpe de San Luis.
Todo lo hemos hecho con mucho esfuerzo y dedicación, y estamos próximos a presentarlo. El documental está terminado y cuenta la historia de cómo ellos rescatan su lengua y se comunican con sus hijos de manera ancestral, a través de ceremonias, fuego y cantos.
Cada niño tiene una canción específica con su nombre, la cual tiene un significado especial. El título del documental es «Amitayan Huarpe», que significa «Semillas Espirituales» en español. Muchos piensan que los huarpes han desaparecido, pero existen y tienen su propia forma de comunicarse entre ellos, con la naturaleza y también con nosotros.
La idea de realizar este documental proviene de la familia Huarpe Pinkanta, compuesta por Miguel Gil y María Sosa. Ellos decidieron documentar su historia hace muchos años y han contado con la participación de muchas personas a lo largo del tiempo, aunque siempre quedó a medias.
Desde entonces, han decidido grabar y contar lo que les está sucediendo y lo que han logrado. Conocí a Miguel y María a través de María Grey, una actriz que vino de La Rioja, España, para hacer unos lienzos de la familia.
Soy un egresado de la carrera de cine sin tener una cámara propia. Mi desafío fue organizarme y lograr las producciones, alquilando cámaras o pidiéndolas prestadas. De esta manera, pude graduarme y terminar este trabajo como director y editor. Me ha impactado la sencillez y la simplicidad que ellos tienen en su vida y espiritualidad. A través de su forma de hablar, su lengua, sus cantos, sus bailes y ceremonias, están en constante comunicación entre ellos, siempre buscando una conexión superior y estar en armonía con uno mismo y con la naturaleza. Todos los días veo a Miguel y María, cuyos nombres espirituales son Omta y Taita. Tienen tranquilidad, armonía y una búsqueda constante de conocimiento, tanto lo que ya poseen como lo que siguen buscando. Es algo que también experimentamos en el Perú y que puedo ver aquí con ellos: la búsqueda de nuestras raíces, de dónde venimos realmente. Si no lo sabemos, a veces no podemos vivir bien ni encontrar un equilibrio espiritual.
Además de las actividades que he descrito, también tengo una banda de música y soy parte de un refugio de semillas. Actualmente, estoy investigando sobre los vientos de los Andes y las culturas andinas preincas e incas en la línea de tiempo. Estoy buscando el sonido y cómo se manifiesta en diferentes materiales.
Creo instrumentos reciclados basados en el viento y los transformo en un piano que tiene 79 sonidos (sonido MIDI). Nuestra música abarca géneros latinoamericanos y también música tradicional como los carnavalitos y los huaynos.
Busco formas de cantar que han dejado de interpretarse, como el susurro o imitando sonidos de pájaros. Me considero una persona que sigue las tradiciones de mi país, Perú. Tengo un altar en mi casa donde se encuentra la energía superior, a la cual muchos llaman Dios. En nuestra lengua, esta energía superior se conoce como Apu Kon tixi Viracocha.
Digo esto porque en el Perú hoy en día estamos enfrentando problemas con nuestra identidad. Intentan arrebatárnosla, al igual que ocurre en Jujuy. Ya no se trata solo del agua o la tierra que se destruye, sino también de un pensamiento nuevo que afirma que la tierra se destruye. La tierra tiene su propia naturaleza y da vueltas, lo que a veces puede tener efectos devastadores.
Me considero indigenista y estoy trabajando en el aprendizaje de mi lengua. Es lo último que me falta para hablarla al 100% y considerarme completamente indigenista. Nuestro máximo representante es José Carlos Mariátegui, quien es muy importante para nosotros después de Tupac Amaru.
Aquí en San Luis, hago muchas cosas. Tengo amigos y amigas que son como mi familia y me he quedado aquí. En cuanto al futuro, pienso seguir haciendo cosas que me gusten. Si esas cosas me siguen llevando a este lugar, seguiré aquí. Y si me llevan a otro lugar, seguiré rumbo a ese lugar. Tengo 34 años y estoy en un momento muy bueno de mi vida, un momento importante, y soy consciente de lo que estoy haciendo. El lugar no importa, donde sea, será un regalo también.