María Emilia Gutierrez (*)

La promesa de un río eterno
una alfombra celeste que no tiene fin. 
Un invierno sin frío 
la certeza de la nieve más allá. 
Un parpadeo de verano 
un sol que alcanza para dar calor. 

Trepo a los paraísos, 
junto sus esferas, 
acaricio el lomo tibio de mi perro.
Miro el mundo con ojos nuevos,
todo me pertenece. 
Es la euforia de las promesas 
a punto de cumplirse,
de las cosas que pasan 
por primera vez.

Un parpadeo me desparrama 
en un amanecer helado 
y algo me dice al oído 
que todo
            las promesas, 
            los colores, 
            las fotos, 
            los paraísos 
pertenecen 
a la patria de los sueños.

(*) Nací en de San Luis, Argentina, donde crecí y viví hasta febrero de 2020. Soy contadora pública de profesión y también estudié periodismo, pero mi verdadera pasión está depositada en los libros. Leo desde que tengo uso de razón y en algún momento, entre los quince y los dieciséis años, decidí que también quería escribir. Ese deseo quedó en remojo por varios años, hasta que cumplí veinticinco y empecé a darle más protagonismo en mi vida. Los talleres literarios fueron, y seguirán, una parte fundamental de mi aprendizaje. Hoy vivo en Suiza y desde acá sigo cultivando mi escritura y el oficio.