La Aldea Antigua, La Aldea y el Mundo, San Luis

Llevar el mensaje hasta los confines

La Fascinante historia del correo incaico y sus intrépidos chasquis

Por J. Martín Cabanes

Actualmente, para llamar por teléfono, enviar un e-mail, recibir una notificación en redes sociales o un mensaje por celular basta con apretar un botón; en tiempos remotos, el servicio de mensajería era complejo pero el mensaje nunca trivial. Hablaremos en particular del sofisticado sistema de correo incaico y la fascinante labor del mensajero.

Senderistas de élite

Un mensaje a tiempo evitaba guerras y brindaba asistencia a pueblos lejanos, bajo control incaico, al conocerse su situación. Los mensajeros o chasquis eran los encargados de llevar, a pie, estos comunicados. El cronista peruano “Inca” Garcilazo de la Vega, considerado primer mestizo en conciliar visiones incaicas y españolas, escribió: “Chasqui llamaban a los correos que había puestos por los caminos para llevar con brevedad los mandatos del rey, y traer las nuevas y avisos que, por sus reinos y provincias, lejos o cerca, hubiese de importancia. Llamarón los chasqui, que quiere decir trocar, o dar y tomar, (…), tomaban de uno en otro, los recaudos que llevaban”.

Abundan noticias, órdenes, comunicados verbales o codificados en quipus y encomiendas. Recibían especial entrenamiento, casi siempre desde niños, para recorrer grandes distancias y soportar cualquier inclemencia climática. Viajaban de posta en posta siendo reemplazados por nuevos mensajeros.

Así, por ejemplo, veinticinco corredores podían cubrir 240 kilómetros en un día y unir Quito y Cuzco, aproximadamente 2.000 kilómetros, en una semana. Su vestuario era de algodón y calzaban resistentes sandalias.

En una manta atada al pecho llevaban objetos o partes del mensaje transportado. Provistos de chusca o bolso con granos y hojas de coca aplacaban el cansancio y la sed, agua en botija, porra para defenderse, y una caracola marina llamada “pututu”.

Con esta especie de trompeta emitían un particular sonido para anunciar su llegada a la posta, preparando su relevo y la recepción del mensaje. Descansaban, se alimentaban, bebían y se comunicaban. El mensaje por excelencia, el quipu, aseguraba el más estricto secreto.

Quipus y nuevos descubrimientos

Desde hace muchos años se creyó que la cultura inca era ágrafa, es decir, sin sistema de escritura. Sin embargo, ya en 2011, el investigador, historiador y artista plástico Antonio Huillca Huallpa, divulgó su sistema de escritura. Dedicó años de estudio a planchas de oro y plata, tablillas, tejidos y cerámicos y comparó caracteres en estos soportes e incluso en los sistemas aztecas y mayas. Clasificó más de 130 caracteres los cuales representan un 5% de la escritura de esta civilización.

El hecho de que una cultura tan importante y extensa como la inca no hubiera desarrollado una escritura motivó su trabajo que luego publicó en “Qhapaq khipu teqsi simi”.

Un sello impreso en Perú muestra El chasqui, correo de los Incas, alrededor de 1936. Crédito: Neftali/Shutterstock.

Además, los quipus, instrumentos de almacenamiento de información que consistían en tejidos de lana o algodón con nudos dispuestos estratégicamente, sólo podían ser descifrados por el receptor.

Los sabios del pueblo Harakbut cuentan que los incas se internaron en la selva, hoy reserva comunal Amarakaeri, para ocultar y salvaguardar tesoros evitando el saqueo del invasor español.

Aquí hallaron extraños símbolos en bloques de piedra. También existe evidencia de geoglifos en Perú, en la zona de Pushuro, en el Parque Nacional del Manu, encontrados en 1921 por el padre dominicano Vicente de Cenitagoya. La escritura inca decayó debido a la Inquisición española aunque fue celosamente transmitida.

Todos los caminos conducen a Cuzco

Excepcionales redes de caminos unían el corazón del imperio con sus límites. Una de las principales fue Qhapaq Ñan (Camino Inca). La capital, Qosco (Cuzco), significa “ombligo del mundo” y como tal, desde allí partían los chasquis. El imperio inca o Tahantinsuyo abarcó los actuales Perú, Bolivia, gran parte de Ecuador, el noroeste de Argentina y el norte de Chile.

Calzadas, puentes de soga y senderos de tierra; muchos tramos de estos caminos continúan en buen estado. Los chasquis atravesaron desiertos, valles, la cordillera de los Andes, o la selva amazónica. Los caminos eran transitados por los habitantes, el ejército y también se usaban para transporte de alimentos.

El reciente redescubrimiento de la escritura inca, la puesta en valor del Camino Inca, considerado Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco, y el estudio serio de crónicas,  seguramente arrojará más luz sobre uno de los sistemas de correos más avanzados de la América Precolombina.

Aportes:

  • Revista de National Geographic, artículo “The genious of the Inca”
  • terraeantiqvae.blogia.com