Expresiones de la Aldea, San Luis

Memoria

Doris Lozada (*)

Me acuerdo de la luna entre los pinos en la noche escarchada.

            El ladrido quedo de los perros de alguna casa y la vela intermitente de mi pieza.

Me acuerdo de la esquina de barro y sapos atravesada a saltos en carrera desparramada.

            De la esquina del loco, tonto o patatero, pobre hombre abandonado a su locura feliz e incomprendida.

Me acuerdo del fantasma de la ventana, la abría con el viento y apagaba la vela.

            De la mano debajo de la cama que agarraba mis tobillos cuando la urgencia llamaba.

Me acuerdo de la niebla que ocultaba mis manos, pero que desabrochaba mi intuición y camino.

            La lluvia suspendida en la parra cayendo a retazos por las hojas.

Me acuerdo de las voces que murmuraban secretos, palabras silenciosas y verdades mentiras.

            El grito de mis pies en alguna fila humana  inmóvil.

La voz; tu voz huérfana de melancolía, sinuosa, chillona y la mar de veces alumbradora.

Me acuerdo de recuerdos presentes que, según pasan los años, son más perennes y habitados.

“Jardín del Pintor en Essoyes”, Pierre-Auguste Renoir, 1909.

(*) Escribir es como deshilvanar mi piel, como el ADN traspasado al papel unido a mi centro más profundo y feroz. No me quiero curar de esta obsesión silenciosa, incurable.