Dos puntanos en Culiacán
Especial para La Opinión
Enzo y Javier son dos puntanos que están radicados, por ahora, en Culiacán, llamada la Perla del Humaya o la Ciudad de los Tres Ríos. Es la capital del estado de Sinaloa en México. Una ciudad bella y moderna, que supera los 800 mil habitantes, ubicada al noroeste del país. Javier se fue a mediados de 2022 y Enzo siguiendo los pasos de su hermano se fue a fines del mismo año. “Primero por diversión, digamos, y después por trabajo. Aunque estaba trabajando bien, en una fábrica, renuncié y vendí mis cosas, en busca de una mejor oportunidad. Tenía un contacto en Culiacán, en una cancha de pádel, algo que allí no está muy desarrollado. Un amigo que es profesor de pádel me llamó para ir a trabajar al primer club de la ciudad, digamos. Actualmente sigo ahí, soy encargado del club, del personal, de la caja, de las reservas, de los clientes. Organizo los torneos, me va muy bien”, cuenta Javier.
En el caso de Enzo, jugaba al fútbol en Unión San Luis y su hermano le consiguió una oportunidad para presentarse en un club mexicano, “Los Dorados de Sinaloa”, pero al llegar estaban completos los cupos de extranjeros. Como la situación de Argentina cada vez se complicaba más, decidió quedarse a probar suerte: “Terminé trabajando también en el mismo club de pádel, voy por la mañana, en atención al cliente y doy clases. Al tiempo de estar allí conocí gente del fútbol y empecé a jugar en un club. Después me llamaron otros y ahora estoy jugando en tres ligas diferentes. Los equipos se llaman Enigma Norteño, QBQV y Barrio 13”.
Relata que en general los clubes tienen un dueño, que es quien corre con los sueldos del equipo. “La verdad que la vida es muy diferente y mucho mejor. Tengo tres entradas de dinero digamos, las clases de pádel, el fútbol y trabajo en la barra del club también. Después se me ocurrió la idea de comprar paletas de pádel y venderlas, hacer mi propio emprendimiento”, dice Sebastián. El salario mínimo está en ocho mil pesos promedio, son 470 dólares, algo así como cuatrocientos setenta mil pesos argentinos. La idea de Enzo es vivir la aventura, conocer lugares y gente, hacer contacto y aprovechar oportunidades de trabajo, vivir dos años en cada estado, ya que le atrae mucho la cultura del país azteca, aunque siempre desea volver a la Argentina aunque solo sea para visitar la familia y tomarse unos días de vacaciones. En el caso de Sebastián es diferente, le atrae mucho el país, pero no quiere comenzar de cero en otro destino, sino seguir creciendo en su actividad, ya sea en el ambiente del pádel de manera más independiente, como en lo futbolístico. Tiene también la idea de conocer y disfrutar del país, en el futuro cercano.
“La verdad es que la cultura es muy linda, las playas obviamente, pero además la gente nos ha recibido muy bien, son muy familieros, es como que te agarran y ya sos de la familia, nos encontramos con muy buenas personas”, relata Enzo.
Enzo Sebastián Salla nació en Villa Mercedes, y se ha destacado en varios equipos de la provincia. Unión, Gepu, ASEBA, Juventud, estuvo a prueba en Rosario Central, donde permaneció dos años. Como la oportunidad no llegaba, volvió a Estudiantes, cuando este ascendió al Federal, bajo la dirección técnica del “Turco” Asad. Después pasó a Victoria, donde salió campeón y ascendió al Federal C. Volvió a Juventud y de allí emigró a Alvear Fútbol Club, de La Pampa, donde la pandemia entraba a jugar su propio partido, volviendo a la provincia en ese parate. Al retomar la actividad, lo hizo de nuevo en el club de sus amores, Unión, con quien ganaron la Copa Centenario.
Mi gol más lindo
“Mi gol más lindo fue en Victoria, mi primer clásico contra Defensores, el partido lo ganábamos 2 a 1, estaba muy apretado, meten un pase de derecha a izquierda, desde afuera del área le pego cruzado al ángulo, imposible para el arquero, fue un desahogo total”.