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No se salva ni la puntanidad

Es muy grave el avasallamiento que sufren nuestros emblemas, valores y sentimientos. Los ataques provienen de una gestión en el gobierno provincial que no tiene norte y que está ciego por obtener revanchismo.
Lo hacen con “bisturí a fondo”. No alcanza con destruir íconos como el Set de Cine de La Punta -convertido en un cuartel de Gendarmería-, subastar la emblemática Casa de San Luis en Buenos Aires, quitarle el brillo al Complejo Molino Fénix –Casa de la Música de Villa Mercedes- o congelar la vida que, con diversas políticas, se les daba a los museos provinciales.
La topadora que conduce el gobernador Claudio Poggi va por más y en todo sentido. El nacido en Córdoba no quiere quedar dejar nada en pie sin importarle el daño que ocasiona en las raíces, en el ADN puntano. Quiere desterrar el sentido de la puntanidad.
El perjuicio y el agravio es tremendo.
Como no siente la puntanidad, destruye.