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Los ocultamientos de Milei y la deuda silenciada

Por Alejandro Olmos Gaona / Historiador, investigador. Especialista en deuda pública.

En uno de sus arrogantes discursos, donde como es su costumbre ridiculizó a la oposición, y también a conocidos economistas más rigurosos que él en sus análisis, el presidente Milei habló de un superávit en pesos que no se había logrado en años, y lo puso de ejemplo como un gran triunfo. Los 518.000 millones de enero, los 338.112 de febrero. los 276.638 en marzo y los 17.409 millones de abril determinaron un superávit financiero en cuatro meses de 1.15 billones de pesos equivalente a 1.250 millones de dólares.
Milei se cuidó muy bien de mostrar los fundamentos del superávit y nada dijo de los recortes en subsidios, de la licuación de salarios y jubilaciones. Tampoco de las disminuciones de transferencias de capital a las provincias (-86.1 %), recortes a la obra pública (76.3%), subsidios económicos (-69.7%), prestaciones de la seguridad social (36.1%). Cuando mes a mes se fueron conociendo estas cifras, desde los miembros del gabinete, hasta muchos comentadores complacientes de los medios, salieron a festejar estas cifras que no se conocían desde hace más de una década. Consideraron estas cifras como un “éxito” del presidente, olvidándose de qué se suprimió y a quiénes se afectó para conseguirlas. Los mayores recortes fueron en enero, pero siguieron adelante los meses siguientes hasta abril. Si tomamos los últimos cuatro meses, hubo un superávit primario de casi 3.8 billones de pesos, que después del pago de intereses de la deuda pública quedó reducido a 1.26 billones. Es decir que todos los ajustes que se hicieron de manera salvaje, estuvieron como es habitual destinados al pago de la deuda.
Pero más allá de estos malabarismos numéricos, el presidente Milei, guardó silencio y no hizo la menor referencia al desmesurado aumento de la deuda pública en los últimos cuatro meses, como tampoco lo hizo el ministro Luis Caputo, que solo mostró aquello que en apariencia arrojaba un resultado favorable. Y estos supuestos “olvidos”, tampoco han sido mencionados por muchos medios, como si el desmesurado aumento de las obligaciones del Estado careciera de toda significación.
La deuda pública aumentó en el mes de enero 10.622 millones de dólares, en el mes de febrero aumentó 5.259 millones de dólares, en marzo 16.501 millones y en el mes de abril 11.019 millones, lo que significa que al 30 de abril las obligaciones del Estado aumentaron 43.401 millones de dólares. El 62% de esa deuda está en moneda extranjera y el 38% en moneda local, aunque esta última está sujeta a mecanismos de indexación que la hacen crecer cada vez más. En resumen, al 30 de abril la deuda llegó a 414.056 millones de dólares, de los cuales 411.616 están en situación de pago normal, y el resto en manos de holdouts, con los cuales no se ha llegado a ningún acuerdo.


Es importante destacar que en diciembre del año 2022 la deuda pública era de 396.539 millones de dólares y al irse Alberto Fernández había llegado a 425.294 millones, significando un aumento de 28.755 millones de dólares en un año. El Ministerio de Economía, por recomendaciones de manuales estadísticos y a partir de definiciones internacionales, utiliza el dólar como unidad de cuenta para dar comparabilidad y estandarizar las estadísticas, y en razón de ello, después de la devaluación decidida apenas asumió Milei, la deuda en diciembre medida en dólares se redujo a 370.664 y luego volvió a crecer, poniendo en evidencia, que en cuatro meses el actual gobierno aumento la deuda muchísimo más que el anterior gobierno en un año.
A estas cifras que son más que elocuentes debe agregarse que el ministro Luis Caputo, a quien Milei calificara en su momento de “irresponsable” y que se “fumara” 15.000 millones de dólares del Stand By del año 2018, emitió un bono por 4 billones de pesos, con vencimiento en el año 2025 ajustados por el coeficiente de estabilización de referencia (CER), y dos bonos de 6.000 millones de dólares cada uno, con vencimiento en los años 2025 y 2026.
Estos son los datos irrefutables que surgen de la página oficial del Ministerio de Economía y muestran una realidad distinta a relatos mentirosos, sobre inexistentes éxitos económicos. Milei ha ocultado estas cifras, ya que, en su exitismo mediático, las mismas le hubieran complicado ciertas explicaciones.
Finalmente sería importante que el presidente Milei tan verborrágico como acostumbra a serlo, o el presidente Santiago Bausili, que todavía sigue imputado por la Fiscalía Federal N° 6, por negociaciones incompatibles con el ejercicio de la función pública, explicaran a que se debe que el Banco Central siga mostrando pasivos preocupantes. En efecto cuando el presidente asumió el 10 de diciembre de 2023, había letras y notas de liquidez por más 28 billones de pesos, siendo 1.84 billones en moneda extranjera y obligaciones por operaciones de pases por más 17 billones y medio de pesos. Al 15 de mayo existen letras y notas de liquidez por 45.8 billones, estando incluidas, letras y notas en moneda extranjera por 8.09 billones de pesos. También aumentaron los pases que a esa fecha llegan a 35,6billones de pesos (las cifras están redondeadas), todo lo cual surge de los balances semanales de la institución monetaria.
También nada se dice, sobre el aumento de la base monetaria que al 7 de diciembre de 2023 era de 10.1 billones de pesos, y a mayo es de 15.9 billones, lo que supone un aumento del 60% respecto a diciembre del 2023, cuando finalizo su mandato Alberto Fernández.
Siempre resultan más fáciles las palabras que convenzan sobre los éxitos que se obtienen, aunque los datos de la realidad los contradigan de manera ostensible. El actual presidente, cuya rigurosidad económica es inexistente, cuyas contradicciones están cada vez están más a la vista, y cuya grosería discursiva es parte de sus modos habituales, guarda silencio sobre las cifras que he transcripto, y solo se limita a mostrar aquello que puede manipular en apariencia, porque los que conocen de cómo se manejan estas cifras saben de sobra que no muestra la verdad.