Editorial

Edith Piaf fue una notable cantante, además compositora y actriz de cine y teatro francesa, conocida por el mundo como “el gorrión de París”, apodo que se ganó por tener un cuerpo pequeño y una voz única, con la que interpretó temas como La vie en rose y Non, Je ne regrette rien.
Nació el 19 de diciembre de 1915, en París, con el nombre de Edith Giovanna Gassion. Sus padres eran artistas callejeros y sus primeros años de vida estuvieron sumidos en la pobreza. Su primer escenario fueron las calles de París, donde cantaba por algunas monedas. Pronto se hizo conocida y, cerca de 1930, empezó un dueto de canto con Simone Berteaut (1916-1975), conocida como “Momone”, forjando una amistad que duraría toda su vida.
A sus 16 años se enamoró de Louis Dupont, un joven mensajero y repartidor de dieciocho años, su primer gran amor, con quien tuvo una hija, Marcelle, en 1933. Dos años después la pequeña enfermó y murió de meningitis, hecho que Piaf nunca pudo superar. En 1935, Edith fue descubierta por Louis Leplée, el dueño de un cabaret parisino, quien le ofreció un contrato para que cantara en su local nocturno. Allí recibió el seudónimo de “la môme piaf” (“el pequeño gorrión”), que adoptaría como su nombre: Edith Piaf. El asesinato de Leplée, a quien consideraba un padre, la sumió en la tristeza, así como en el escándalo. Sin trabajo, volvió a cantar en las calles y en pequeños locales.
Tras la Segunda Guerra Mundial obtuvo el merecido reconocimiento del público. Varios compositores colaboraron con sus canciones, entre ellos, el letrista Raymond Asso (1901-1968), con quien Piaf tuvo una intensa relación sentimental. En 1936, grabó su primer disco, titulado Les Mômes de la cloche, y también debutó en el cine en La garçonne de Jean de Limur (1887-1976). Fue, también, en esta época que escribió la más popular de sus canciones, La vie en rose (“La vida en rosa”). Piaf se había convertido, sin duda, en la artista más popular de Francia.
Durante un tour en Nueva York, en 1948, conoció al que fue su gran amor: el boxeador francés Michel Cerdan, quién murió en un accidente aéreo y cuya terrible pérdida la inspiró a escribir Mon Dieu (“Dios mío”) y L’hymne à l’amour (“Himno al amor”). Para 1955 se había consagrado como la artista del Music Hall más aclamada, no sólo en Francia, sino también en los Estados Unidos. Pero conforme aumentaban sus éxitos, tanto en la música como en el cine, su salud desmejoraba. Su adicción al alcohol y a la morfina se mezclaban con un importante cuadro de depresión y diferentes dolencias que debilitaban su cuerpo. En 1959 fue diagnosticada con cáncer hepático y murió en Provenza, el 11 de octubre de 1963, a los 48 años. Icono del arte, su legado es considerado una parte fundamental del patrimonio cultural francés.

Édith Giovanna Gassion (1915 -1963), conocida por su nombre artístico Édith Piaf, fue una de las cantantes francesas más célebres del siglo XX.