HITOS EN EL MES DE LA PUNTANIDAD
Por José Villegas
CONCEPTO DE PUNTANIDAD
- Antiguo: Huarpes Algarroberos lo toman el término “puntano” de los primeros adelantados provenientes de Chile por el Oeste.
- Inclusivo: nos contiene a todos, los nacidos y los que eligieron a San Luis para vivir.
- Identificatorio: desde los primeros tiempos de nuestra existencia fuimos, para todos quienes se referían a nuestros habitantes, los “puntanos”.
- Asociado a una Historia de Gloria: no obstante, esa Historia de San Luis está siendo re-visada, develada. Y lo estamos haciendo, paso a paso, desde el comienzo de la década de 1980, es decir, con el inicio de lo que llamamos “La Era de la Transformación” (que se extiende hasta nuestros días).
Entonces, este concepto es, un constructo en sí mismo, compuesto por elementos tan significativos como sólidos, desde lo antropológico, histórico, cultural y geopolítico. Y estos elementos son los que construyen nuestra identidad como pueblo.
El tema es que, el rescate de nuestra Historia Regional ocultada e ignorada por la “Historia Oficial”, está asociado indefectiblemente con la re-construcción de esa identidad vulnerada. Para ello, para que la Puntanidad sea una bandera inquebrantable, debemos acudir a la memoria y apropiarnos o re-apropiarnos de aquellos hitos que hicieron gloriosa a nuestra tierra y su pueblo. Muchos de ellos desconocidos hasta por los propios puntanos. Veamos sólo algunos del siglo XIX:
Hito 1
El Gentilicio: El conquistador traía, además de su ambicioso plan de poseer, conocimientos limitados en cuanto a geografía mediterránea. Esto es, debido a que los cartógrafos españoles, por razones obvias, en su mayoría eran cartógrafos marinos.
Cruzando el Desaguadero, viniendo desde la ya fundada Mendoza, al empezar a transitar la bajada que desemboca en el gran valle, se divisa perfectamente una punta, pero no una elevación, sino una punta marina que desciende de una elevación montañosa (las sierras centrales a la altura del Chorrillo), y se introduce en un azul profundo, abrumador, bellísimo que, “parece” un mar interior…
Parece que ya algunos viajeros adelantados, aunque sin respaldo legal por parte de la Corona, habían advertido a los posteriores fundadores lo que estos mismos tendrán luego la oportunidad de ver. Y es que, cruzando el Desaguadero, viniendo desde la ya fundada Mendoza, al empezar a transitar la bajada que desemboca en el gran valle, se divisa perfectamente una punta, pero no una elevación, sino una punta marina que desciende de una elevación montañosa (las sierras centrales a la altura del Chorrillo), y se introduce en un azul profundo, abrumador, bellísimo que, “parece” un mar interior. Tal es la interpretación de aquellos cartógrafos influenciados por su propia formación en los claustros académicos españoles, pero que, al acercarse bien, también se daban cuenta que habían sido presa del espejismo, producto de la infalible mezcla de alcohol, cansancio, rapé y cuanta otra cosa.
Lo cierto es que comenzaron a llamarles a los primigenios habitantes del lugar, es decir a los primeros con los que tuvieron contacto, Huarpes y Michilingues, (a los que también llamaron algarroberos): “puntanos”.
(*) Primera parte