Expresiones de la Aldea, Tertulias de la Aldea

TOLDERÍAS, FRONTERAS Y POLÍTICA

Por José Villegas (*)

El 2° Elemento:
No Invadir

Pero hay otro elemento de juicio en el que no todos coinciden y que, a la luz de la verdad, se hace necesario explicar. Esto es, precisamente para lograr la comprensión de los rasgos de nobleza y pertenencia a su tierra de aquellos hermanos quienes, una vez instalados y aceptados en las tolderías del Gran Payné, jamás formaron parte de los malones contra San Luis.

De los testimonios encontrados, hemos preferido transcribir los más cercanos a aquella época, inclusive con narraciones de algunos testigos presenciales de las mismas. En este caso son las que Nicolás Jofré nos escribe en 1915 y, aunque no coincidimos en un todo con su “apasionado” anti-rosismo, creemos que son de fundamental importancia por su rigor histórico:

“… el toldo del indio daba más garantía que las ciudades dominadas por la mazorca. Allí, en el aduar del salvaje, en las correrías, en los parlamentos, en todos los momentos, necesitaba ejercitar su brazo en el manejo de la lanza -refiriéndose en este caso a Juan- llegando a demostrar una pujanza y una pericia envidiables”.

Y, cuando describe la vida que llevaban los cristianos entre los “salvajes”, hace la siguiente justificación del significado de las maloqueadas, fundamentando lo siguiente: “Sembraban, es verdad, hacían grandes boleadas; pero esto no podía bastar, y era indispensable concurrir a las invasiones que los indios traían, para proveerse de haciendas que negociaban con los chilenos o se las comían. Más estas incursiones, jamás los Saá y sus compañeros -excepto Manuel Baigorria, como veremos más adelante- quisieron traerlas a su propia provincia, pues no les parecía indecoroso: únicamente se dirigían a las fronteras de Santa Fe o de Buenos Aires”.

 Y ahora, la pluma del Dr. Jofré, cargada de subjetividad y vehemencia, nos escribe lo siguiente: “¿Porqué no era inmoral invadir a aquellas provincias hermanas? Sencillamente porque esos territorios a esa fecha, no eran más que estancias de los tiranos López y Rosas, que las tenían pobladas de inmensas piaras de ganado.

 No podía ser gran crimen invadir las posesiones del tirano y sus seides, que, a ellos y numerosos argentinos les tenían aherrojados de sus hogares y de su patria. Y a sus familias en la orfandad y en la miseria. Y porque esa también era guerra de recursos que podía hacerse –en la misma forma que los mazorqueros lo hacían entonces: arrasando hogares y estancias de unitarios, lanceando y degollando. Esa era la razón y el motivo. Los cristianos iban: no podían morirse de hambre”.

San Luis, es la única provincia en Argentina que ha reconocido los derechos del Pueblo Ranquel.

 El 30 de mayo de 2009, fue refundada la Nación Rankülche en el sur de la geografía puntana. El acto se realizó a 130 kms. al sur de Fraga, donde se inauguraron las obras que el Gobierno de San Luis construyó para las comunidades ranqueles que volvieron a sus tierras ancestrales gracias a la restitución que el Estado puntano concretó en el año 2007.

Escribe Canuhe que, en aquel acto histórico, “participó el gobernador de la provincia Dr. Alberto Rodríguez Saá, quien “por ser descendiente ranquel, participó exclusivamente de la ceremonia privada que se realizó durante las primeras luces del día y ante la respetuosa mirada de todos los invitados”.

“Esta es la Nación que no pudo ser esclavizada nunca, acá está el pueblo Ranquel. Gloria a todos sus grandes hombres”, exclamó el gobernador luego de firmar el acta histórica de fundación que marcó el inicio de una nueva etapa en la vida de los descendientes de ese pueblo.

(Segunda parte)

(*) Esta serie de textos es la continuación de “Lanza Seca”- Datos biográficos del Gral. Juan Saá

Pueblo Ranquel. La comunidad volvió a sus tierras ancestrales gracias a la restitución que el Estado puntano concretó en el año 2007.