CUARENCHARLAS Y ARTIVISMO
Espacios federales, virtuales, colectivos y horizontales surgidos en pandemia para la expresión artística y el sostenimiento de las luchas feministas
Por María José Corvalán
La crisis sanitaria provocada por la circulación del Covid-19 trajo restricciones, aislamiento social domiciliario, cuarentena, pero también nuevas estrategias para sostener espacios de comunicación, arte y activismo feminista atravesando las fronteras. Las Cuarencharlas son una muestra de cómo se logró seguir estrechando redes para contener y continuar la lucha por un mundo más justo e igualitario.
En marzo de este año quedó trunca la exhibición impulsada desde la Secretaría de Gestión Cultural del Ministerio de Cultura de la Nación “Políticas del deseo: para todes, tode” que se inauguró en el marco del 8 de marzo y la semana “Nosotras movemos el mundo”, dedicada al Día Internacional de las Mujeres.
La muestra reúne obras de más de 250 fotógrafas, poetas, compositoras, músicas, cantantes, bailarinas y diseñadoras de todo el país, en doce salas del Centro Cultural Kirchner (CCK), que “cuestionan las categorías identitarias, celebra la soberanía de los cuerpos y otorga un lugar central a la diversidad de género y las disidencias”, según explican en la página web del Centro Cultural.
Kekena Corvalán, curadora de la exhibición, propone un diálogo entre las artes visuales y las artes vivas incluyendo obras de carácter tradicional, artes domésticas, instalaciones, intervenciones performáticas, artivismos y propuestas ecofeministas.
Kekena se define como profesora, curadora y feminista, enmarcando los espacios en los que habituamente se mueve, las aulas, las salas de de los museos o centros culturales y las calles, y en diálogo exclusivo con La Opinión San Luis/ La Voz del Sud cuenta detalles de la continuidad del trabajo en la modalidad virtual, colectiva, federal y horizontal.
¿Cómo surgen las Cuarencharlas?
Surgen de la imposibilidad de seguir llevando adelante el proyecto “Para todes, tode” que inauguramos el 4 de marzo en el CCK y que auspiciaba un año movido para las luchas feministas, transfeministas y para toda la agenda que incluía una pronta sanción de la ley del aborto legal seguro y gratuito, un avance en materia de educación con un ciclo lectivo en el marco de este nuevo gobierno, que soñamos con mucha ESI y exposiciones. La pandemia nos paró y las Cuarencharlas surgieron de la necesidad de encontrarnos.
Nos juntábamos todos los días a las 6 de la tarde a tomar mate con las abiertas a charlar y vernos.
Kekena comenta queen las Cuarencharlas arrancaron siendo 5 o 6 personas con Sol Cabezas, Sebastian Romania, Camila Barcelona, Fran Salerno y después se fue abriendo, pasaron 200 personas y superaron las 100 charlas con figuras de todos lados.
¿Qué es el artivismo?
Es una palabra que surge del cruce del arte y activismo y que tiene que ver con nuevas formas que adquiere el arte contemporáneo que está marcado, o estaba marcado, por una práctica individual con una agenda fijada por el mercado liberal de compra y venta de objetos. Frente a eso surgen otras prácticas, que vamos a decirles prácticas artísticas, que hacen confluir un activismo político de transformación, de reconexión, colaborativo colectivo y las prácticas artísticas.
¿Cómo afectó la pandemia en el artivismo?
A mí personalmente me hizo más que nunca ponerme en un lugar de escucha. Empezaron a surgir textos que nos explicaban hacia dónde íbamos o de dónde veníamos, y si algo produjo en las prácticas artísticas curatoriales esta pandemia fue la necesidad de pensar que no había verdades, que no hay una voz única, una estética única, que no hay miradas únicas, que no hay filosofías únicas y que había que sentarnos en ronda para empezar a pensar qué nos estaba pasando y cómo salimos de esta.
Tenemos la enorme suerte de no andar solas y por eso tenemos un para todes tode que nos ilumina el andar juntas, de ahí sale esta cuestión colectiva y federal. Federal porque había que salir de CABA, que es un lugar tan mezquino y es una ciudad históricamente de espaldas al país, a Latinoamérica, y a pensarse sur-sur. En la curaduría decimos que hay que territorializar el deseo, que hay que hacernos mapa a medida que descubrimos y construimos nuevos territorios.
¿Y cómo surge #ContagiamosImágenes?
Contagiamos imágenes es un proyecto de ranchada federal de compañeras y compañeres que pensamos en otras agendas posibles, que respetaran la cercanía, los cuidados, el #quedateencasa que nos planteaba el equipo que gobierna, pero que aprovechara lo que Alberto (Fernández) llamó el movimiento de cercanía para hacer un movimiento de activismo.
Desde el 2015 se aceleró esta lucha de las compañeras que fundaron la campaña, la lucha por el #NiUnaMenos, en contra de los travesticidios, lesbocidios, la lucha por erradicar la violencia contra las mujeres y las infancias.
Hemos aprendido que el activismo y el artivismo no los podemos dejar. Salimos a pensar las imágenes que queremos contagiar, utilizando la misma estrategia del virus que se replica, imágenes que plantean problemáticas como la explotación laboral de docentes, del área salud, de la cultura, la problemática de la violencia hacia las niñeces, a les trabajadores, hacia las mayorías minorizadas, planteando qué cuerpo merece ser atendido desde la salud, qué pasa con las personas en situación de cárcel, de calle y la cuestión del hambre.
En el medio pasó lo de la nena en Santiago del Estero que fue obligada a sostener un embarazo así que trabajamos el eje #NiñasNoMadres pero también el ecocidio y el tema de los humedales.
¿Qué más pudieron trabajar en la pandemia?
Salió otro proyecto enorme que es Nusur,el núcleo sur-sur, de investigaciones, acciones, pensamientos y deseos, que trabajan el tema de la migración y los feminismos. Es un núcleo que surgió con varias compañeras que estamos investigando estos temas bajo el paraguas de la Universidad de San Martín, porque también disputó esos relatos dentro de lo académico.
Cristina Rocha es de Bariloche y hace parte de las acciones federales artísticas durante la cuarentena: “Para Todes, Tode” reunió a más de 250 artistas de todo el país que quedamos vibrando esa energía que tan bien sabe generar Kekena. Luego comenzamos a reunirnos todos los días vía zoom, en un espacio riquísimo, abierto, federal, donde compartimos saberes, prácticas artísticas, sensibilidades, dudas, deseos y experiencias. En estos tiempos de emergencia estamos creando nuevos espacios y relaciones, con la única certeza de que la salida es colectiva”.
Para María José Prieto “las Cuarencharlas fueron un lugar de contención amoroso que nos permitió sostener una muestra inmensa en un lugar idílico para muches. Era esperar la hora con el café, mate y escuchar a compañerxs contar lo suyo y lo nuestro. Isidoro Espacio de Arte, un lugar en la provincia de Buenos Aires que tuvo acceso a la liga. No podemos decir cuánto significó”.
Azu Orozco, artista visual, docente de arte de Villa Mercedes e integrante de Las Guarangas colectiva arte, coordinó junto a otras compañeras la producción de los fanzines del proyecto “Contagiamos imágenes” cuya convocatoria se hizo a través de las redes y logró la participación de artistas de todo el país que trabajaron en distintos ejes. Los fanzines recolectan la producción de imágenes y textos de esa convocatoria federal y durante los últimos meses fueron presentados en diferentes ámbitos culturales y ferias de libro virtuales.
“El sentido del trabajo es sostener acciones colaborativas enriqueciendo prácticas artísticas, decoloniales, críticas y emancipadoras. Construimos la red, estudiamos problemáticas que nos interesan, producimos y compartimos imágenes para seguir pensando”.
En el caso del eje #NiñasNoMadres que fue el que coordiné junto a María Rocha, de la provincia de Santiago del Estero, participaron personas de diferentes provincias y ciudades.
Este eje reflexiona en relación a las violencias machistas en general y los derechos de las niñeces en particular, y la necesidad de manifestarnos en contra de las maternidades y las paternidades tempranas.
También surge la necesidad de visibilizar que maternar es a veces un agravante para desarrollarse personalmente y socialmente, implica trayectorias educativas desiguales y empobrecimiento en el marco de una familia heteronormativa”.
Susho Fernandez Jofré, sanjuanina de nacimiento, pero puntana por adopción, es artista plástica, docente del Bellas Artes y participó de la convocatoria. Su trabajo integra el fanzine que nuclea la consigna #NiñasNoMadres. “Participar fue una gran oportunidad, el tema me conmueve porque soy madre de dos niñas y docente, entonces me duele mucho la realidad de las niñas forzadas a gestar y parir.
Aporté dos dibujos en lápiz y tinta sobre papel realizados a mano, en blanco y negro, uno de ellos muestra una niña andando en bicicleta que busca mostrar las niñeces libres de estereotipos y libertad de juego.
En cambio, el otro muestra el fantasma del abuso y representa una niña aterrorizada que sabe que al llegar la noche no sale un monstruo de debajo de la cama o del placard pero que está en su propia casa el abusador”.
¿Cómo surgen tantos proyectos y acciones de una muestra de artistas que no se concretó? ¿Cómo terminan cientos reunidas cada día, coordinando charlas, compartiendo enseñanzas, construyendo con amor y elaborando insumos que lo conjugan todo?
Cada vez son más quienes entienden que problematizar, involucrarse, enredarse y organizarse son estrategias indispensables para fortalecernos en lo personal y en lo comunitario. Que las paredes, los límites y las fronteras no existen cuando lo que mueve es el deseo de un mundo sin mandatos, sin imposiciones, sin discriminación y sin odio, donde el arte encuentra la forma de abrazarlo todo.
Accedé a las producciones de Contagiamos Imágenes y a los fanzines #Contagiamosimágenes