Me defino como una persona humilde, sincera y de buen corazón, muy solidario con todos, me encanta ayudar y sobre todo a los más desprotegidos, me gusta compartir mucho, soy un apasionado en todo lo que hago en la vida.

Me emociona ver a la gente bien, contenta y feliz, sobre todo a mi familia, ver a los jóvenes con el entusiasmo por el boxeo como un deporte, y me enojan mucho las injusticias, los malos tratos en los niños y ancianos, y la violencia que ejercen los hombres sobre las mujeres.

Mis gustos musicales se inclinan mucho por el folklore. Dentro de ese género soy muy fanático del chamamé, y es eso casi lo que más escucho entre toda la variedad de temas de nuestro país.

Hoy mi tiempo libre lo disfruto en compañía de mi familia, con mi esposa, mis hijos, mis nietos, también en lo que puedo aportar de mi experiencia en la enseñanza del boxeo para los más jóvenes. Mis lecturas generalmente se dirigen hacia diarios digitales, con preferencia hacia los segmentos de deporte. 

Mi padre siempre decía: “es preferible ser humilde y pobre a ser un rico y ladrón”, “nunca cries cuervos o te comerán los ojos”, con el tiempo me di cuenta, pero en algunos casos era un poco tarde.

Valoro mucho la amistad, en pocas palabras para mí lo es todo, aunque a veces algunos que decían ser amigos después te pagaban mal, igual yo siempre seguiré apostando a la amistad, aprendí mucho de los buenos amigos, como a cuidarme, a proteger lo mío y a ser solidario.

Mi relación con San Luis ha sido y es intachable, esta provincia me lo dio todo, más de lo que me brindó mi propia provincia natal. Aquí vivo, aquí viven mis hijos y mis nietos, disfruto mucho de este cielo puntano y jamás me iría por nada del mundo.