Expresiones de la Aldea, San Luis

Se nos pianta febrero con el turismo a pleno

Por Iris

Algunas noticias suenan extrañas, pero pueden ser verdad. Me imagino que oíste hablar de esto: Colleen Daley le mostró a su esposo un descubrimiento sorprendente en una zanahoria, y éste supo de inmediato lo que estaba pasando.

Este es el anillo que perdió su madre hace 13 años. El anillo de diamantes estaba perfectamente insertado en una de las verduras. Mary Grams, de 84 años, se sorprendió cuando perdió su anillo de compromiso mientras trabajaba en el jardín de su casa.

Buscó, buscó entre la tierra, y no hubo caso. Estaba tan triste que prefería no admitir la pérdida. En cambio, fue a una joyería y compró un anillo similar barato. Su esposo nunca notó el cambio. Después de 13 años, Mary está feliz de encontrar nuevamente su anillo de compromiso. Su hijo era el único que conocía la historia e inmediatamente lo reconoció.

La zanahoria creció dentro del anillo y parecía que iba a explotar la raíz, que quedó como estrangulada. A pesar de todo, este anillo le sigue quedando bien a Mary, quien ya había perdido la esperanza de encontrarlo.

Ahora parece que no es el primer caso de un romance entre una zanahoria y un anillo. Hay como un historial: en 2007, una mujer de León, España, encontró un anillo de bodas en el mismo lugar de su jardín, perdido hacía seis años. En 2016, algo similar le sucedió a un alemán de 82 años.

En 2011, una mujer sueca encontró su anillo entre zanahorias en el jardín. Lo extraño de este caso es que la joya fue perdida en su cocina hace 16 años, no en el jardín. Y por las dudas…esto fue antes. Nada que ver con la pandemia. Porque ahora le echan la culpa de todo al coronavirus.

Quiero aclarar algo y sé que no se va a entender un pepino. No importa. Vos me vas a comprender. Murió Carlos Saúl Menem. Dos veces presidente de la República. Y fue un personaje muy controvertido, y hay un sinfín de cosas para decir. A favor y en contra. Muy a favor y muy en contra.

No soy de las que piensan que la muerte mejora a las personas. Cada uno fue lo que fue y es así. No te convertís en más bueno por ser un finado. Pero me suceden dos cosas. La primera es muy personal, y me pasa a mí, no digo que deba sucederle a todo el mundo.

Me inspiran muchísimo respeto quienes fueron ex presidentes de la Nación. Por la investidura, por el lugar que alcanzaron, porque son unos poquitos. Qué sé yo…cosa mía. Y la segunda es cierto sentido de la oportunidad, me parece que pienses lo que pienses hay un tiempo de duelo, y hay que respetarlo.

Si no le dijiste lo que le querías decir en vida, vas a manifestarlo justo cuando pasa a mejor vida. No me gusta, no me parece ni coherente, ni oportuno. Hay un silencio muy valioso. Y es el momento de hacerlo.

Ya habrá otro tiempo de revisión de la historia para calificar lo que haya que calificar, y juzgar lo que haya que juzgar, pero no a pocas horas del deceso de una persona pública. Tiene familia, amigos, seguidores, allegados, votantes. No cuesta nada cierto manto de piedad, que puede ser descubierto en cualquier momento, pero no al pie del cajón. Me parece a mí.

Se va febrero. Qué cortito. Cuando te descuidas…ya pasó. La otra noche voy a comer una pizza acá cerquita en Juanita Koslay, pegado a la ruta. Muy rica. Me llevó la Dione en auto. Maneja tan mal pobrecita.

Pero…bueh. Yo para salir un poco. Justo no llovía y aprovechamos. Después me invita a dar una vueltita por Potrero de los Funes. Escuchame, una multitud. Divino. Bares, restaurantes, proveedurías, parrillas, grandes quioscos, cabañas, todo repleto. Y lucecitas, y colores, y artesanos. Musiquita en muchos bares, justo en uno cantaba la Colo.

Y dicen que en muchos lugares de la provincia está igual. Muchos turistas. Qué suerte, qué bueno. En medio de tanta malaria, un respiro. En El Trapiche, en Merlo, La Florida con las lanchitas, en todos lados. En los diques nuevos. Tengo que salir a recorrer un poco. Dicen que los días feriados de carnaval se completó todo. Ojalá sea el inicio de un despegue grandioso.