Reportajes

Víctor Hugo Hissa- 09/05/2021

Soy Víctor Hugo Hissa, nací el 27 de enero de 1949 en Beazley. Soy hijo de Miguel Hissa y de Cecilia Chada, ambos de origen libanés.

Mi padre llegó a San Luis con quien luego sería su suegro, mi abuelo Juan Chada. Mis primeros pasos dentro del peronismo tienen una raíz que abraza el cariño familiar por mi tío Jorge Chada, a quien quería y admiraba. Recuerdo cuando estuvo preso junto al Dr. Maqueda y al Dr. Ojeda, acompañané a mi padre a la estación de tren como muchos familiares y compañeros a esperarlos, un recuerdo imborrable.

En Córdoba abracé la militancia peronista en 1967 después de instalarme para ingresar a la universidad, momentos de auge de la rebelión estudiantil, después del golpe militar.

Me incorporé a la Mesa Redonda Permanente que lideraba Julio Antún y lo acompañaban Dirigentes políticos y gremiales como Alejo Simov y Elpidio Torres. En marzo de 1969 ya era un conocido militante y tuve la suerte de encabezar la marcha junto a políticos y obreros, pidiendo por la libertad de los presos políticos y dirigentes gremiales, en tiempos de Onganía. Luego ese año vino el “Cordobazo”, el 29 de mayo, y ese día acompañé y estuve al lado de Alejo Simov en la sede de la U.O.M., en la Avenida 24 de Setiembre, sentado a su lado como un especial reconocimiento.

Eran tiempos donde el ejército estaba en la calle y nos perseguía. En 1971 se realizaron las elecciones internas del Peronismo donde la Lista Rosa, encabezada por el Dr. Julio Antún, en donde fui candidato, y en cuyo escrutinio de los fiscales obtuvimos un amplio triunfo por más de 11.000 votos, pero en el recuento de votos hubo un fraude electoral y perdimos las elecciones. Fue mi primer gran golpe en la política.

A fines de 1973 me recibí, radicándome nuevamente en la provincia en setiembre del 74, iba y venía a Córdoba porque me costaba dejarla, anteriormente había puesto mi estudio en la Av. Colón al 300, junto a dos abogados y a mi gran amigo y compañero Julio Badran.

Además, estaba a cargo de la Subgerencia en la Editorial de Jurisprudencia Argentina, para la región centro y norte del país. También emprendí una actividad comercial donde se fabricaba ropa e indumentaria de trabajo, consiguiendo un gran apoyo de amigos y compañeros.

Entre el 70 y el 74 viví una época donde dormía solo cuatro horas: era estudiante, dirigente estudiantil, tenía un emprendimiento, era Director de Bienestar Estudiantil de la asociación de estudiantes de Derecho de la Universidad Católica de Córdoba.

Fui Presidente de la Comisión de Reforma de los planes de estudio de esa facultad, cuya Orden Jesuítica era dirigida por quien hoy es el Papa Francisco, Jorge Luis Bergoglio, Gran Canciller de la Orden. Mi título de abogado está firmado por él, y me fue entregado en mano por el Rector de la Universidad, por mi amigo y compañero Rvdo. Fernando Storni.

Nunca fui muy fanático de los cargos públicos, recuerdo que Elías Adre un día conversando en su despacho a fines de 1974 me ofreció que integrara el cuerpo de abogados del SNIS dirigido en la provincia por el exministro de Salud Ginés Gonzales García, integrando el cuerpo de abogados junto al Doctor Lutens y a la Doctora Barbeito, hasta marzo de 1976 que fui cesanteado.

Seguí con mi actividad profesional hasta 1979, fueron años muy duros, unos amigos de Mendoza me invitaron a trabajar en su empresa, el ingeniero Eduardo Salem Nazar, presidente del grupo Nazar, dueño de una empresa constructora, y de varias actividades más, integrando allí los directorios, desempeñándome como síndico y formando parte del cuerpo de abogados.

En 1982 por razones familiares dejé de trabajar en Mendoza y volví a la militancia en San Luis atento a la amistad de Alberto Rodríguez Saá, a quien acompaño hasta nuestros días. Volvió la democracia en 1983, tuve una militancia permanente.

En 1985 el Peronismo sufrió una derrota electoral, fue la segunda trompada política después de la interna peronista de 1971 en Córdoba.

Con un grupo de compañeros en 1985 fundé la Unidad Básica en el barrio La Merced, ya que las bases nos habían dado una lección en las urnas. La Unidad Básica N° 27 fue reconocida por el partido recién en 1986, y tuvo actividad plena hasta 2007.

Pude recopilar todos los discursos de Perón desde 1945 a 1955 y realizar una síntesis editando el libro “Doctrina Peronista”.

Nunca dejé de ejercer la profesión de abogado, solo entre 2007 al 2011 me desempeñé como Intendente de El Trapiche, debo decir que fue un sacrificio muy grande, pero a la vez me siento muy orgulloso, porque está traducido en los avances y obras que conseguimos para la localidad, que es parte de tantos momentos importantes de mi vida.

En 2019 colaboré consolidando la actividad partidaria junto a Alberto, momentos históricos por el apoyo de la militancia que lo llevaron a Alberto Rodríguez Saá a la conducción del partido y a ser candidato a la reelección.

A posteriori, y a través del Gobernador, en marzo del 2020 me ofrecieron y acepté el cargo de Jefe de la Agencia Territorial del Ministerio de Trabajo en la Provincia cuyo objetivo es luchar contra la explotación laboral, el trabajo informal, la explotación de niños y mujeres, y la desocupación.

Mi familia está compuesta por mi esposa Chany, mi hija Natalia (Lic. en Administración), mi hijo Maxi (Abogado), mi hija Daiana (Lic. en Administración) y cinco nietos, somos muy unidos y muy familieros.

No podría destacar un momento de mi vida, cada etapa tiene su encanto: de la época universitaria pondría la foto marchando por calle Sarmiento en pleno Cordobazo, o los momentos gloriosos en la Unidad Básica de La Merced, o con el abrazo de Alberto cuando salió del recinto en 1983 después de su exposición brillante en relación a la Reforma Laboral en el Senado (se emociona).

Soy apasionado, impulsivo y ansioso. Cuando tomo cualquier actividad lo hago bajo esas emociones, sé que son mis defectos, mi virtud es saber tener amigos, y hago un culto de ello.