Por Soledad Sallenave

El próximo 22 de mayo se celebra el Día Internacional de la Diversidad Biológica, el cual fue proclamado por la Organización de las Naciones Unidas en diciembre del año 2000 como una manera de concientizarnos acerca de la importancia de la biodiversidad para nuestra vida cotidiana y para el funcionamiento de todo el planeta Tierra.

La biodiversidad es la variedad de plantas, animales y microorganismos existentes, pero también incluye las diferencias genéticas dentro de cada especie -por ejemplo, entre las variedades de cultivos y las razas de ganado-; así como la variedad de ecosistemas (lagos, bosques, desiertos, campos agrícolas) que albergan múltiples interacciones entre sus miembros (humanos, plantas, animales) y su entorno (agua, aire, suelo).

Este año, el tema elegido por Naciones Unidas para proclamar la celebración del día internacional de la Diversidad Biológica es: “Soy (somos) parte de la solución”.

El eslogan me moviliza la siguiente reflexión: que persiste el problema de la pérdida de biodiversidad pero que el mismo tendría solución si todas y todos asumimos la responsabilidad que nos cabe en aportar a esta imperiosa transformación.

Las respuestas pueden y deben surgir simultáneamente de todos los niveles, de todos los sectores y con todos los actores sociales. Porque la pérdida de biodiversidad es un problema multicausal y sinérgico con cambio climático y degradación de tierras y; por lo tanto, de consecuencias múltiples tanto espacial como temporalmente.

Este año, se reúnen los estados miembros del Convenio de Diversidad Biológica en la COP15, para llevar adelante el proceso preparatorio para el desarrollo participativo del Marco Mundial de la Diversidad Biológica Posterior a 2020 con una visión al año 2050.

En el mismo sentido, la República Argentina ha iniciado el proceso de actualización de la Estrategia Nacional de Biodiversidad 2016-2020 al interior de la Comisión Nacional Asesora para la Conservación y Utilización Sostenible de la Diversidad Biológica (CONADIBIO).

Si bien las provincias participan en esta Comisión a través de un representante por región del Consejo Federal de Ambiente (COFEMA); no es excluyente que cada una de las 24 jurisdicciones revise y rediseñe de ser necesario, la elaboración e implementación de las políticas públicas en materia de biodiversidad para adecuarlas a este nuevo contexto global, siempre con impronta local.

Los compromisos asumidos por los países para el año 2020 en materia de biodiversidad no han sido alcanzados según lo esperado. Por lo que este año, se nos presenta como una nueva oportunidad para demostrarnos que podemos ser parte de la solución y, sobre todo, que queremos serlo.