San Luis, Tertulias de la Aldea

LA NOBLEZA Y EL ÍMPETU

Por José Villegas (*)

1818-1819: Sigamos con este otro aspecto de la contribución material de nuestro sufrido pueblo puntano: Durante casi todo el mes de enero de 1818 don Genaro Segura y don Jacinto Godoy, enviados de Luzuriaga obtuvieron caballos en San Luis para el Ejército Unido. 1.388 caballos fueron extraídos entonces.

Pero San Martín pidió más caballos en octubre y más caballos en diciembre. Recapacítese sobre la situación nacional ese año y el siguiente, y valórese entonces el esfuerzo puntano. San Martín pidió caballos “con urgencia”, y Luzuriaga dirigiéndose a Dupuy comentó el “empeño” con estos términos: “active el asunto como acostumbra”. Aludiendo a los comisionados para la adquisición de caballos Dupuy se expresa así: “han operado con esmero, actividad y economía”.

A fines de junio de 1819, 370 vecinos de 25 partidos de la jurisdicción habían entregado en San Luis: 529 kilos de pasas de higo, 57 kg. de orejones,  670 kilos de maíz y 396 reses, 75 arrobas de charqui -862 kg- que también fueron remitidas a Mendoza.

En septiembre, acuartelados los granaderos en San Luis, recibió el Cte. D. Nicasio Ramallo el siguiente donativo: 940 kg. de maíz. 518 kg. de pasas de higo, 66 kgs. de orejones, 165 kg. de trigo.

Durante ese mismo mes, 578 vecinos de 10 partidos donaron: 1.950 cueros de carnero. En noviembre, completado el regimiento con más de 400 puntanos, comenzó intensamente la preparación de los reclutas en el campamento de Las Chacras. Con ese motivo se requirió de inmediato a los alcaldes de hermandad 700 caballos por una semana, al solo efecto de los ejercicios, con la consiguiente dotación de conductores y cuidadores. Al mismo tiempo San Martín solicitó más caballos, más mulas y más reces.

El Cabildo, entonces, se dirigió nuevamente a los alcaldes de hermandad previniéndoles que las partidas, determinadas por la nueva prorrata, debían estar listas para cuando se diera una segunda orden. Y así fue cómo, el 18 de diciembre, 968 contribuyentes de 26 partidos de la jurisdicción habían entregado en San Luis: 2.610 caballos, 1.698 mulas y 614 reses y 2.010 cueros de carnero.

No termina, empero, aquí, el esfuerzo. Durante los dos años de austera y sostenida expectación, San Luis proveyó a Cuyo, abasteciendo en su propia jurisdicción: 2.960 cabezas de ganado vacuno, y exportando a Mendoza y a San Juan: 3.934.

Para el cruce de Los Andes el Ejército Libertador contaba con 5424  hombres: que incluían 3 generales, 28 jefes, 208 oficiales y 2105 granaderos. Se utilizaron 1600 caballos y 10.600 mulas. Las armas: 22 cañones, 2000 tiros de cañón, 1129 sables y 5000 fusiles de bayoneta.

La base de la alimentación del ejército fue el valdiviano (plato sobre la base de charqui, grasa, rodajas de cebolla cruda y agua hirviendo). Transportaron más de 4 toneladas de charqui, galletas de maíz, 113 cargas de vino, aguardiente para disminuir el frío nocturno, ajo y cebolla (para combatir el apunamiento), 600 reses para la provisión de carne fresca, quesos y ron. El cruce duró 21 días, utilizándose baqueanos y la altitud máxima alcanzada superó los 4000 msnm. Y San Luis estuvo, en todo, con todo.

La contribución material de las puntanas y puntanos de todos los rincones de la geografía provincial, trajo a todas luces consecuencias desastrosas para las finanzas y la economía de una población que quedó sumida en un empobrecimiento que llevaría años poder revertir. Así San Luis, que en el censo de 1812 daba como resultado una cantidad de habitantes (16.837) mayor a la de Mendoza y San Juan, ahora sumaba a su diezmada economía la falta de hombres activos que pudiesen producir.

(*) Segunda parte

Estampilla de la batalla de Maipú cerca de Santiago de Chile, el 5 de abril de 1818,
entre rebeldes sudamericanos y realistas españoles. Shutterstock