¡INDEPENDENCIA! o ¿INDEPENDENCIA?
Por José Villegas
Bolívar sostenía con inquebrantable convicción la necesidad de que cada nación tuviese su propio régimen de gobierno, organizado y competente, todas pertenecientes a una Confederación de Estados en la que se respetaran los derechos del hombre y se reconocieran las diversas razas que existían en cada una de ellas.
Asimismo, destacó la diversidad originada por el mestizaje, y el consecuente surgimiento de una nueva “especie media”, mezcla de blancos criollos, aborígenes y afroamericanos que tendrían derechos como “legítimos propietarios del país”. El mantuano caraqueño exponía en aquel documento una visión de la región en la que prevaleciera la unión de los países americanos por medio de la lengua y la cultura, con la diversidad como base fundamental.
Manuel Belgrano, en respuesta a los dichos xenófobos y secesionistas de Anchorena, había manifestado que si en España había sido restituido el Rey, lo mismo podía hacerse en estas tierras. Y, rebatiendo las palabras centralistas de los porteños, quienes sostenían la dificultad de unificar “cuicos” con gente “blanca y decente”, los convocaba a re-leer el Acta de Independencia de las Provincias Unidas en Sudamérica cuando dice que “cualquier distrito continental, con solo adherir a la declaración y enviar sus diputados al Congreso soberano, quedará de hecho y de derecho comprendido entre las provincias independizadas, y fuera acreedor del apoyo económico y militar de sus hermanas, pues todas constituían el mismo Estado”
Además, está más que claro que la restitución de un monarca inca tuvo siempre la intencionalidad de construir una Unión libre encaminada a la consolidación de una independencia para todos. De lo que sí estamos seguros es que ese monarca hubiese actuado muy distinto a su par Fernando VII quien, ni bien repuesto en el trono, mandó quemar todos los ejemplares de la Constitución Liberal de 1812 y fusilar a sus autores y a todos los involucrados.
En aquellos días afiebrados de julio de 1816, en el Cuzco, podían escucharse unos versos dichos en épocas de la sublevación de Túpac Amaru, ahora rescatados por la memoria popular:
“Ya en el Cuzco con empeño
quieren sacudir, y es ley,
el yugo de ajeno rey
y reponer al que es dueño”
También en esos momentos, la otrora colonial y señorial Audiencia de Charcas fue empapelada con una décima tupamara cuyos cuatro primeros versos eran:
“El General Inca viva,
jurémosle ya por Rey
porque es muy justo, y de ley,
que lo que es suyo reciba”