¡INDEPENDENCIA! o ¿INDEPENDENCIA?
Por José Villegas
Don Juan Martín de Pueyrredón había sido confinado en San Luis. A su llegada a la ciudad revolucionaria (1 de enero de 1813), la primera del actual territorio argentino en acatar en un todo la conformación y las resoluciones de la Junta Provisional de Mayo, la encontró envuelta en el entusiasmo de su pueblo por la causa libertaria.
Así lo vio e intuyó, como ya lo venían haciendo y lo harían los grandes próceres que se vincularon con aquella aldea inquieta. Ejemplos son Hipólito Vieytes, Bernardo de Monteagudo, Nicolás Rodríguez Peña, José de San Martín, Vicente Dupuy y, por esos primeros días de 1813, el patriota Agustín José Donado, Diputado por San Luis ante la Asamblea General Constituyente del XIII, vicepresidente de la misma y creador del sello, antecedente del Escudo Nacional.
Como ya dijimos, Pueyrredón es elegido Director Supremo de las Provincias Unidas el 3 de mayo de 1816, debiendo renunciar a su cargo de diputado. Y por ello, el Cabildo de San Luis debía con suma premura elegir al nuevo representante al Congreso independentista que ya se encontraba sesionando en San Miguel del Tucumán.
Pero nuestra provincia se encontraba abocada desde hace tiempo a la formación del Ejército de los Andes, entregando con extraordinaria generosidad a la causa sanmartiniana, bienes materiales de todo tipo y hombres activos para la guerra.
Tan fue así que, San Luis no disponía de renta para costear el viaje y la dieta de un nuevo diputado.
El flamante Director Supremo Pueyrredón al ser comunicado de la situación, promete que el viaje y la dieta serán costeados con recursos del tesoro nacional, como forma de acelerar la designación y urgente traslado del representante puntano a Tucumán.
Sin embargo, viendo que los tiempos se acortaban y con la intención de no entorpecer la marcha de aquel magno evento, nuestros funcionarios decidieron que quien nos representara y, finalmente rubricara el Acta en nuestro nombre fuese el Diputado por Mendoza (Capital de la Provincia de Cuyo), Don Tomás Godoy Cruz.
Todo el pueblo de San Luis estuvo representado en aquella ocasión, ya que su representante, Juan Martin de Pueyrredón, fue ungido con el máximo cargo ejecutivo en aquellos momentos.
El 24 de agosto de 1816, en la residencia del Teniente Gobernador Dupuy (donde hoy se sitúa la Catedral de San Luis), a la que son convocados por hallarse destruida la sala capitular, se reúnen los cuerpos militares, prelados, funcionarios públicos, jueces de la campaña y los vecinos de la ciudad de San Luis, convocados por bando el día anterior. Dupuy comunica la orden del Soberano Congreso reunido en Tucumán para que se publique el Acta de la Independencia proclamada el 9 de julio, como asimismo se preste el juramento prescripto. Luego de leídos los documentos pertinentes, el gobernador se pone de rodillas frente a los cabildantes y jura promover y defender la libertad de las Provincias Unidas y su independencia. Lo hace además jurando sostener esos derechos con su vida, haberes y fama. Acto seguido juran los capitulares, militares, prelados y demás corporaciones “entre vivas y aclamaciones por la libertad e independencia de América del Sud”, según expresa el acta.