Por Perla Bordón (*)

Con el papel en blanco,
con la mente vacía,
con la timidez aparecen,
el silencio, la nada.
Y de repente,
van naciendo, 
palabras asustadas,
que me avergüenzan,
que me dan miedo, 
quizás no deba decirlas,
quizás no deba pensarlas.
El deseo,
antes que el amor,
la impaciencia,
antes que la calma.
El abordaje,
antes que el recato,
las rosas,
a las espinas.
Sin límites
con consecuencias.
La locura
riendo desdentada,
alojada 
en el diario vivir
planta 
su desmesura.

(*) Nací en San Luis, soy docente jubilada de nivel primario. Ejercí en zonas rurales y urbanas. Ese contacto con niños de mirada inocente y pura me llenó de experiencias únicas. Quizás fue la semilla que impulsó a darle forma a mi escritura. El ingresar al Taller de Silenciosos Incurables de la profe Viviana Bonfiglioli, la que supo guiarme sabiamente, completó mis deseos de escribir. Ahora en este presente, disfruto, cuando una gotita de creación ve la luz.