Por Alejandra Etcheverry

Voy transitando los soles y las lunas
con perfumes de óleos y acuarelas,
de las oscuridades todas a ninguna,
recorro cada color como escalera.

Y me prestan alas dibujadas
con manos de nubes en el cielo,
de mágicos rayos van pintadas,
para levantar el viento de mi vuelo.

Sé así de la tormenta y de la brisa,
de los cielos calmos y bravíos,
porque se plasman con el llanto y con la risa,
momentos estrellados y sombríos.

Tengo un refugio de colores y pinceles,
que me rescatan  de mi misma cada día,
que lo iluminan todo desde el centro,
y que llenan mi vida de alegría.

Es un camino de luz que abriga al alma,
un sendero, entre la furia y la calma.