Crisol
Por Rocío Cabanes
Profesora en Ciencias Políticas
Cultura, del latín cultūra significa cultivo, crianza, horticultura, puericultura. Palabra que al pasar los años adquirió un significado casi elitista, ya que por ejemplo, durante el Renacimiento el término se utilizaba para denominar el proceso formativo, exclusivo de los artistas, filósofos, escritores, quienes ejercían y formaban un grupo de poder. Entonces, se consideraba que sólo este conjunto de personas estaba dentro de un proceso cultural.
Contemporáneamente aún hay quienes suscriben a la idea de que existen personas cultas y otras que simplemente carecen de la misma, las incultas.
En nuestro país la palabra cultura ha mutado a diferentes significados, dotando a ciertas prácticas, continentes, profesiones de “cultas” y a otras no.
En Argentina a partir del año 1917, por Decreto del entonces el Presidente de la Nación, Hipólito Yrigoyen, se denominaba el doce de octubre bajo el nombre “Día de la Hispanidad”, generando así una especie de homenaje a los conquistadores que llegaron a América Latina, un lugar, que a sus ojos estaba vacío de cultura, con seres que educar y evangelizar. Tierra con dioses y lenguas distintas; otras formas de socializar, gobernar y vivir, un aparente paisaje vacío que había que modelar y educar.
Este día, años más tarde muta, y hasta el año 2010 la fecha fue conocida como el “Día de la Raza”, muchos niñxs entonces fueron educados bajo la idea de que existen tipos de personas.
La raza ha sido un concepto desarrollado en el siglo XVIII para clasificar a los seres humanos en base a su apariencia física, social y origen cultural. El término raza ha sido utilizado históricamente para establecer una jerarquía social y también ha sido tomado para esclavizar a los seres humanos.
La capacidad de repensar nuestro lugar en el mundo como sociedad, nación; la posibilidad de poder posicionarnos como continente con todo aquello que nos hace únicos frente al resto del mundo, nos hizo parar de una forma distinta unos cuantos años más adelante.
Actualmente, el 12 de octubre se conmemora el Día del Respeto a la Diversidad Cultural. Ya desde su denominación se promueve la reflexión histórica y reconocimiento por los pueblos originarios, para dar paso al análisis y a la valoración de la inmensa variedad de culturas que han aportado y aportan a la construcción de nuestra identidad, con lo que llegó en el siglo XV a nuestra América pero agregando el enorme valor de lo que ya estaba.
Porque lo que celebramos hoy es la variedad de culturas que conviven, capaces de reconocerse de forma igualitaria, y que a su vez la interacción entre ellas permite que se generen expresiones culturales compartidas.
La diversidad cultural incluye cuestiones como: creencias, ideología, lenguaje, arte, modos de vida, alimentación, entre otras, que las hacen únicas. Por lo tanto, lejos de lo que se creía, hoy podemos afirmar que cada uno de nosotros somos y aportamos a la cultura desde el lugar que ocupamos.
En 2007 el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI) presentó un proyecto que propuso cambiar el nombre “Día de la Raza”.
El cambio y transformación del “Día de la Raza” a “Día de la diversidad cultural” radica en que la división de la humanidad en “razas” carece de validez y que, además, esa categoría constituye una concepción político-social errónea y peyorativa; por lo tanto, su utilización sólo favorece reivindicaciones racistas.
Esto implica dejar atrás la conmemoración de la conquista de América y el proceso que sólo valoró la cultura europea, para dar paso al análisis y a la valoración de la inmensa variedad de culturas que los pueblos indígenas y afrodescendientes han aportado y aportan a la construcción de nuestra identidad.
