Reportajes

María Valentina Di Sisto-12-12-2021

Soy María Valentina Di Sisto, nací el 14 de noviembre de 1987 en la ciudad de San Luis. Me crie en la zona céntrica, a los quince años me fui a Juana Koslay, tengo una hermana dos años más grande y un hermano varón diez años menor. Mi infancia fue súper tranquila, jugando en el barrio, yendo a la Plaza del Carmen, era de hacer casitas, inventarlas y treparme a los árboles. Hice todo el jardín y terminé la secundaria en el Colegio Aleluya, me fui a estudiar Ingeniería Industrial a Córdoba, me recibí y me quedé diez años allí. Mi primer trabajo fue en una fábrica de indumentaria masculina, en todo lo relacionado a la imagen. Hice un curso de posgrado sobre muebles, en la misma universidad, ya que me gusta lo relacionado a equipamiento.

El trabajo del diseñador industrial es diseño de producto a escala industrial, generalmente se buscan crear soluciones a diferentes problemas, también está lo estético y la creación, la innovación. Realicé cursos de diseño de stand, y mi tesis de grado fue en relación al diseño sustentable, a partir de una investigación sobre desechos fabriles, de pañales más precisamente. Aquí en San Luis encontramos un señor que había hecho experimentalmente un material, mi tesis estuvo basada en ello, había hecho un material con ese residuo y le propusimos trabajar en conjunto, llevarlo a la Universidad Nacional de Córdoba, finalmente fabricamos una baldosa que puede ser utilizada para el ingreso de vehículos, de esa manera los desechos vuelven a la industria en forma de producto, el diseño sustentable es una de las tantas ramas del Diseño Industrial. Actualmente es un proyecto que está latente. También desarrollé una marca propia de mesas, cuyo nombre es Loba.

Tuve la posibilidad de viajar junto a una amiga con quien compartía el departamento. Nos fuimos a Europa en 2015, durante tres meses recorrimos Europa, realicé un par de cursos tipo workshop. Volví a la provincia, trabajé en la administración pública en Turismo, durante nueve meses, y luego me fui a vivir a São Paulo, Brasil, por dos años, ya que mi pareja de entonces vivía allí, fue una buena experiencia laboral fuera del país. Trabajé en un estudio de diseño de productos para niños, al tiempo quedé embarazada y me volví a tener mi bebé, que hoy tiene dos años y se llama Bruna. Seguí trabajando para Brasil durante el embarazo, y en el 2020 ingresé a Cultura, ya que me propusieron diseñar el libro de los Intercolegiales Culturales, la edición que pertenecía a 2019. Después me quedé y me hice cargo de la parte de diseño, en la Jefatura del Área de Intercolegiales, estoy un poco en la parte administrativa y creativa del programa. Tenemos de todo: artistas, técnicos, siempre estamos haciendo un poco de todo.

Tenemos distintos tipos de música, artistas plásticos, programadores, técnicos en sonido, es un equipo súper heterogéneo y nos retroalimentamos entre todos. Cuando Silvia Rapisarda me llamó acepté porque siempre trabajé muy bien con ella y la propuesta era muy buena, con muchas posibilidades de crear, es muy gratificante ver las respuestas de los colegios, los docentes cuando se prenden y están al pie del cañón, participan, más este año porque yo entré en plena pandemia, en 2020 la primera parte del trabajo en cuanto a los intercolegiales fue desde casa, este año fue más de presencialidad. Los primeros tres meses del año hacemos las capacitaciones, vía Google Meet y Classroom donde se cuelga material teórico para que los profes puedan leerlo, estudiarlo, y así después volcarlo a la práctica para que a fin de año sea presentado.

Como era optativo se podía elegir el videojuego, era algo inusual, todos juntos lo fuimos desarrollando y tuvo muy buena repercusión. El eje de nuestro programa es revalorizar el Patrimonio Cultural Puntano, en todas las actividades. En este caso usamos el videojuego como medio para aprender sobre la historia, hasta la estética del videojuego es puntano, nos ayudaron desde el Programa Juventud para lograr la estética, y con el desarrollo de la imagen de los personajes: Juanón Lucero, Antonio Esteban Agüero, Rosenda Quiroga, el “Mono” Gatica y María Juliana Becker, son los personajes que se pueden elegir para jugar. Los juegos son lo más nuevo pero desarrollamos el karaoke puntano, con música del cancionero popular puntano en diferentes ritmos. En “Comunidad de Escritores” se reflejaba el trabajo en el que se invitó a toda la comunidad para crear textos, había gente que escribía sobre la pandemia o sobre su pueblo. Trabajamos en el diseño de nuevas alternativas para poder salir y mostrarnos al interior de la provincia, creciendo todos juntos. Quiero invitar a los lectores a que cada uno pueda hacer lo que le guste, cada cosa que hice diferente me ha enriquecido y creo que ninguna experiencia es en vano, de todo se aprende.