Reportajes

Juana Francisca Gómez-02-01-2022

Me llamo Juana Francisca Gómez, tengo 47 años y nací en Presidencia Roque Sáenz Peña, Chaco. A los 14 años me trasladé a Villa Dolores, Córdoba, donde me recibí de Profesora en Castellano, Literatura e Historia. Luego por cuestiones laborales me radiqué en La Toma, San Luis, donde vivo actualmente.

Mis padres se llaman Eva Soto y falleció cuando yo tenía 19 años y Eudoro Gómez quien también falleció. Ellos eran oriundos de la provincia de Chaco, allí tuvieron a mis hermanas: Norma, Sofía, María, Graciela, Olga, Miriam y Mirta. Como no pudieron engendrar un hijo, adoptaron a mi hermano Cristian.

Me casé con Carlos Alberto Cordero con quien me conocí a los 16 años. Somos los padres de Carla, Florencia, Agustín y Camila. Somos una familia a la que le gusta mucho practicar deporte.

Fui a la escuela de “Pampa Aguados”, ubicada en el campo de Sáenz Peña. Íbamos de 8:00 a 16:00, prácticamente todo el día. Estudiábamos, jugábamos y nos divertíamos. Luego hice sexto y séptimo grado en la escuela “Juan Amos Comenio” porque mi hermana María me llevó a vivir con ella a la ciudad. Terminada la primaria ingresé a la ENET N° 2, con orientación en contabilidad. Y cuando estaba cursando el segundo año, mi familia decidió que me fuera a vivir a Villa Dolores con quien había sido la directora de la escuela de campo con la que guardábamos una estrecha relación, ya que mi hermana menor, Miriam, había sido adoptada por ella.

En Dolores terminé el secundario en la Escuela Normal “Dalmacio Vélez Sarsfield” y luego comencé el profesorado de Lengua, Literatura e Historia. Fueron años muy duros. Era una adolescente y me sentía muy sola pero con esfuerzo y perseverancia lo logré. Me casé cuando estaba cursando el segundo año del profesorado. Mis suegros, Aurora y Delfín, se transformaron en pilares para mi vida.

En 1998 comencé a trabajar en la Escuela N° 28 “Gral. Juan M. de Pueyrredón” que se ubica en La Toma, e hice algunas materias de la Licenciatura en Lengua en la UNSEL. La hermana de Sergio Esteban era profesora de Lengua y me comentó que era muy probable que tuviera una salida laboral rápida y como me ofrecieron ayudarme con las cuotas del Instituto Privado “Presbítero Juan Vicente Brizuela”, entonces ingresé y estudié esa carrera.

Me recibí en 1996. Recuerdo que como me había casado y trasladado a San Pedro, el pueblo de mi esposo que se ubica a cuatro kilómetros de Villa Dolores, tenía que recorrer 8 kilómetros de ida y vuelta para poder estudiar.

Cuando estaba cursando segundo fue un año muy difícil porque quien iba a ser mi esposo, había ingresado al servicio militar. Era paracaidista y yo quedé embarazada de mi primera hija. Pensé en abandonar mis estudios, de hecho me casé y decidí en tercer año, por el nacimiento de Carla, tomarme ese año, no asistir al instituto pero rendir todas las materias pendientes. En ese tiempo también falleció mi madre en Chaco y como eran años difíciles no pude llegar a verla.

Me defino como una persona resiliente, luchadora, humilde, buena persona y, a pesar de haber sufrido, siempre veo las cosas de manera positiva.

Soy una persona tranquila pero me enojan las injusticias, la maldad, la poca empatía. Me emocionan mi familia, mis hijos y mi trabajo, mis alumnos en general. Me apasiona el deporte. Me gusta el cuarteto, la cumbia, la música de Arjona, Sergio Dalma, Fonsi y la música clásica.

Para leer prefiero los cuentos o novelas cortas ya que no dispongo de mucho tiempo por el trabajo y las actividades extra que tengo como participar de los Intercolegiales Culturales.

A mi tiempo libre lo uso para hacer deporte, camino, corro, ando en bicicleta. Elaboro dulces caseros. Cuido mis plantas, tengo muchas. Disfruto de mi familia. Además, cuando me inspiro, escribo.

Mi madre me enseñó que no hay que robar, que si uno necesita se pide, que no cuesta nada. Aunque ella no tenía mucho era capaz de quedarse sin comer ella por dar a los vecinos que lo necesitaban.

En la vida no he sido de tener muchas amigas, pero en La Toma, mis amigas, son parte de mi familia, como las tías de mis hijos.

San Luis, es el hogar que elegimos con mi familia para establecernos y desarrollarnos. Me gusta aportar a la provincia escribiendo sobre su patrimonio. He participado del concurso “Mujeres Puntanas” con el cuento “La doctora del pueblo, Norita” con el que gané. Hace poco obtuve el primer puesto en el Concurso Internacional de Novelas Cortas, organizado por la Biblioteca Sarmiento de Quines con “Los Muros de Julia”. En el 2020 escribí junto a colegas y alumnos, 7 historias maravillosas entre ellas “Una trágica historia de Amor y La Señorita Licha” con las que participamos de los Interculturales.

La pandemia me generó el tiempo para escribir la novela “La Mujer de Argentina” con la que participé del concurso nacional Argentores y Valientes de la Libertad, para el concurso Estandarte de Chacabuco.