Expresiones de la Aldea

El Cantapintiño

Enrique Pinti 

Radio Pinti, 1991  

Rock y Rap Nacional  

Somos el cantapintiño
y venimos a avisar
que esto no es juego de niños
no se vayan a zarpar 
La tenemos clarineta
no tenemos que explicar
que de a pie o en motoneta
para el caso nos da igual 
 
No, no, no nos gustan los viejos
no, no, no nos gustan los viejos 
 
El vetusto que me banca
es un fósil todo mal
nunca me cazó ninguna
ni jamás la va a cazar 
Estoy harto de escucharlo
un día lo voy a encerrar
con la "Radio pinti" al mango
y se va a desintegrar 
 
No, no, no nos gustan los viejos
no, no, no nos gustan los viejos 
 
Me quiso mandar a piano
me quiso mandar a inglés
yo agarré los cuatro mangos
y una radio me cargué 
Porque soy un rappero
y esa acá nadie la ve
lo más negro que batieron
es la borra del café 
 

Por Polaco Altavilla

Hace pocos años, Enrique Pinti llegaba a la provincia “A Todo Gas”, en referencia a su manera de hablar y a la situación social, “para el gas, la luz y todo lo que sufrió un tarifazo. Esos servicios siempre en crisis son parte de nuestra radiografía nacional”, decía en aquella charla telefónica al fijo de su casa (no usaba celular) en el que presté el oído a las extensas respuestas del astro del humor, enojado por la imposibilidad de actuar con toda la compañía, como en Buenos Aires. “Por una cuestión presupuestaria no será en formato espectáculo sino los monólogos”, recordaba, fiel a su estilo verborrágico y sin filtro. 

El superpoder de una gran memoria era a la vez un arma de doble filo: recordará un guión pero el lado negativo es la amargura de repasar tantas cosas malas que pasaron en el país. “Aun así soy una persona muy feliz: por eso lo puedo hacer. No me da amargura porque tuve la varita mágica de hacer lo que quiero y vivir bien, desde el 73 en adelante empecé a ganarme la vida con esto, no soy millonario pero no pasé necesidades económicas, entonces al no tenerlas, al haber atendido mi salud correctamente, y sobre todo y más importante, canalizar esa vocación artística que tengo desde los 6 años, que es dedicarme al espectáculo, seré un analista o un comentarista o un cronista: pero soy fundamentalmente actor. Me gusta mucho trabajar en teatro, hice comedia y musicales, edité 10 libros, escribí obras infantiles, por eso no soy infeliz, hago lo que me gusta. Soy muy feliz y eso me borra la amargura: me amargo como ciudadano pero como persona estoy muy contento”, sintetizó su carrera en aquella charla. Ecléctico y transgresor, Pinti editó el cd Radio Pinti con Charly García y Pedro Aznar, y en El Cantapintiño rapeaba junto a los Illya Kuryaki and the Valderramas. Menuda combinación artística dieron los 90 en Argentina. Bizarrismo noventero. 

Cada monólogo de Enrique es un balance de la historia nacional, pero lo que nunca encontró fue la respuesta de por qué la sociedad argentina no cambia.

“Hay una cosa inexplicable que forma parte de nuestro ADN que nos hace tener una dualidad muy esquizofrénica, porque por un lado Argentina es un país muy desarrollado, con bases culturales impresionantes, individualidades extraordinarias, de grandes profesionales, en todos los aspectos y que tiene comunidades sumamente solidarias que cuando hay una desgracia salen corriendo a ayudar a sus semejantes, etcétera, pero todo eso junto no funciona.

No funciona la gente del poder ¡pero la gente del poder somos nosotros! porque salen de nosotros los políticos, si los elegimos o no pero de alguna manera posibilitamos su ascenso y desde que tengo uso de razón, hay cosas elementales que en un país subdesarrollado falten ¡pero para nosotros no! tenemos desarrollo pero sin embargo no hay forma que tengamos una red eléctrica como la gente, que es algo que no entra en la cabeza de nadie”, polemizó Pinti. 

Para peor, cualquier partido político le echa la culpa al anterior. “Es que con tanta milonga, con tanto peronistas, radicales, socialdemócratas, populistas, gobiernos autoritarios, militares, ultraneoliberales, de derecha, nacionales y populares, centroizquierda, han pasado todas las posibilidades. Desde que tengo uso de razón, digamos del año 50 para ahora, las vi pasar a todas, y en todos esos años no hay luz ni hay gas en invierno. A lo largo de este país los servicios son una mierda y se descubren casos de corrupción espantosos y la inseguridad ciudadana ha ido creciendo, y cuando no hay inseguridad ciudadana era porque estaban los militares que chupaban a la gente, la torturaban, la desaparecían y la tiraban desde un avión. Entonces, es verdad: me parece que uno ha visto mucho”. 

Más relajado, Pinti mantuvo un buen recuerdo de estos pagos. “En San Luis siempre me fue muy bien, es un público muy cálido, que apoya los espectáculos y ha tenido una gran movida teatral en los últimos años, porque se convirtió: de ser 20 años atrás una plaza inexistente para el teatro a transformarse en una importantísima”, explicó Enrique de aquella gira por teatros. 

Enrique Pinti nació el 7 de octubre de 1939 y tuvo una trayectoria superior a las cinco décadas en el espectáculo. Falleció el 27 de marzo de 2022 y con él se fue uno de los últimos capocómicos argentinos. Nos quedarán sus cítricos comentarios y críticos monólogos, pero como sucede con Tato Bores, escucharlos es repasar la historia nacional y ver que nada, hasta el momento, ha cambiado.