Expresiones de la Aldea, San Luis

Diez años…nadie lo haría mucho mejor

La Columna de Iris

Nena, nena querida diez años de esta publicación tan valiosa. No puede ser. Ya diez años. Para mí fue ayer, a lo sumo antes de ayer. Y ni me acuerdo cuando pasé de El Diario para acá. Y no voy a dejar de nombrar a Pedrito Bazán que me selló el pasaporte y me recibió tan gratamente. Y a la Paola Duhalde. Y a las chicas que están ahora. Toda gente macanuda, de primera. Qué increíble. Las mismas pavadas cambiadas de lugar. Soy tan feliz escribiendo todo esto. Qué se yo, es como que estamos comunicadas, que puedo decir mis cosas. Más ligeras, más profundas, más vagas. Todas sinceras. Y tantos años dedicada a esto de escribir. Es como que las viste pasar todas. Y cada momento es distinto. Viste cómo está el mundo. Ahora te parece que, si pasaste la pandemia, pasás cualquier cosa. Por eso, de vez en cuando, es lindo tener este espacio para destacar el talento, la buena intención, el esfuerzo, la capacidad. Qué sé yo, lo que una alcanza a percibir. Como decía alguien que quise mucho: “no te lo digo por experiencia, sino porque me ha pasado”. No me voy a meter con eso de que la experiencia es un peine, y todo eso porque no soporto los peines.

Lo que sí tengo que decir es que siempre escribí con la más absoluta libertad. De lo que fuera. Y eso es espectacular, no te sentís condicionada, ni nada de eso. Lo que te parece bien, bien, y lo que te parece mal, mal. Ya estoy vieja, algo cansada, pero trato de entender las cosas que pasan. Cada vez me cuesta más. Igual si no comparto, me hago la que sí. Ponele.

Como el lenguaje nuevo, con la e, la x, y todas, todos, todes, todxs; o sea todos. Y todas las cosas del género y la diversidad, y respetar al otro. Se trata de eso, de respeto, de valorar al otro, de aceptar sus decisiones y no vivir jodiendo a los demás. Cada uno hace lo que quiere, pero no vivas juzgando, y calificando y descalificando.

Me acuerdo todos los líos con la ley del aborto legal y todo eso. Lo que me conmueve es la lucha de tantos años, en tantos lugares. Eso sí que vale la pena, luchar por algo y que te salga. Algunas de esas cosas son las que pretendimos reflejar en estos diez años. Siempre con algo de humor. O por lo menos entretenido. Bah…eso me resulta a mí, hay situaciones absurdas que me dan mucha gracia. Y trato de compartirlo. El absurdo es muy divertido. Y también hay mucho idiota, que de tan idiota me da gracia.

Lo que vemos pasar es mucho mediocre, mucho abriboca, mucho papanatas. Mucha cacatúa que sueña con la pinta de Carlos Gardel. Y no es un problema de vejez o de juventud. Boludos hay de todas las edades. Y lo peor es que mala gente también.

Me viene bien estas reflexiones para pedir perdón. Siempre hay alguien que se ofende, o que se enoja un poquito con lo que una dice. Es todo sin mala intención. Algún chusmerío, algo excedido, pero nada grave. Igual algún lío tuve que hacer. Pensá que yo empecé con la Underwood en Pedernera 1212. Después trajeron una Olivetti. Después la medio celestita, la Olivetti portátil. Vos sabés que estaba juntando guita para una eléctrica y me avivaron justo que no gaste, que ya se venía la computadora. Por supuesto que me volví a la Olivetti.

Después me ayudó mucho el curso de Abuelos en Red de la ULP. Me sumergí a un mundo desconocido. Y me ahogué como veinte veces, pero… en fin. Ahora a las trompadas, pero me defiendo. Tengo wasap. Grupos no, muchas pavadas no me aguanto. No soy tan amable. Mucho mail. Lo que más me gusta es lo fácil que resulta corregir, guardar y copiar y pegar. Espectacular. Igual nunca me resistí a los cambios. Estoy vieja, pero no soy chota.

Dios mío. Diez años en estas páginas. Cuántas horas compartidas. Casi una amistad, o sin el casi. Amigas. Fieles destinatarias de ideas y pensamientos que intentamos transmitir. Hay algo de satisfacción profunda en tan fecundo intercambio. Si supieran, además, la cantidad de trabajadoras y trabajadores que se esfuerzan para que esto que una escribe mal y arrebatado, llegue a sus manos como un producto digno. Vale agradecer a toda esa gente.

Bueno…diez años, y mientras el cuerpo aguante…