La fuente de Melchor Romero
Néstor Demo (*)
En el partido de La Plata, Melchor Romero, es una pequeña localidad de la zona sur.
Ahí se encuentra el Hospital Alejandro Korn, la gente lo llama Hospital Melchor Romero, loquero, manicomio y algunos pocos, neuropsiquiátrico.
Ahí curse psiquiatría. Luego de la clase, en una oportunidad, me senté al lado de un interno, podríamos decirle un loco, con toda la concepción bohémica e intrigante que yo veía en la locura; le decían Ada (su nombre era Adalberto), miraba fijo un charco de agua, negra, rancia y sucia.
Le pregunté:
— ¿Qué estás mirando, Ada?
Me respondió, en un casi balbuceo:
—Está por llover, hay olor a tierra mojada.
Su rostro estaba feliz y me parecía que sus ojos brillaban más de lo habitual.
Le pregunté si le gustaba la lluvia y si por eso la esperaba en ese banco. Creo que no registró mi pregunta, siguió mirando el charco y me dijo con un esbozo de sonrisa cómplice y traviesa:
—Yo en esa fuente una vez vi a una ballena, del tamaño de un cangrejo —y asintió con su rostro, manteniendo su sonrisa y la mirada fija sobre esa fuente, que yo también vi.
Me quedé un rato más a su lado, después me fui sin decir nada.
(*) Néstor Demo, médico pediatra, amante de la literatura y apasionado por la música.